La segunda jornada del IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) de Cádiz ha profundizado hoy en sus paneles temáticos sobre la idea del español como factor de globalización, abordando igualmente el mestizaje durante la época barroca y el lenguaje jurídico.
El panel «La lengua española como factor de globalización. Representaciones y conceptos políticos de una modernidad cultural», ha abordado cuestiones como las políticas de promoción del español, su integración educativa o la necesaria difusión cultural que debe realizarse del español entre todos los hispanohablantes.
En torno a este tema han dialogado la demógrafa y socióloga mexicana Silvia Elena Giorguli Saucedo, junto al historiador español Juan Francisco Fuentes, quien ha abundado en la contribución del Imperio hispánico a la creación de un espacio cultural compartido. El historiador Jorge Cañizares-Esguerra (EEUU), en su intervención titulada «Bilingüismo como apartheid», se ha situado en la actualidad para advertir de los riesgos de la situación del español en su relación con el inglés: “En Austin (Texas) las élites blancas tecnocráticas quieren que sus hijos crezcan hablando español”, ha señalado, para precisar que en el ámbito educativo “en Estados Unidos la lengua de Cervantes no es lengua de conocimiento, es lengua de sirvientas”.
La profesora de Lingüística Guimar Capuscio (Argentina) ha presentado un estudio de caso titulado «El glosario de voces quichuas en la edición de los Comentarios Reales del Inca Garcilaso» ilustrativo del mestizaje que protagonizó la lengua española en América.
Por su parte, el director del Observatorio Nebrija del Español, José Luis García Delgado, ha afirmado que “la comunidad hispanohablante se ha empezado a dar cuenta hace muy poco que la lengua es la herramienta cultural más valiosa a nivel internacional”, y ha puesto el foco en la necesidad de consensuar una promoción activa entre todos los países hispanohablantes. “La política de promoción del español tendría que ser política de Estado, no de Gobierno”, ha enfatizado.
Los aspectos relacionados con la globalización han estado también presentes en otros paneles de la jornada. En «La monarquía hispánica. Historia y lengua» han participado Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia y académica de la RAE, además del historiador peruano José de la Puente Brunke y los españoles Luis Ribot y Carmen Sanz Ayán.
Iglesias ha señalado su vocación por unir historia y lengua, citando al comienzo de su presentación a Octavio Paz y su referencia a las denominaciones: “Si nos gustan los nombres, nos gusta nuestro mundo”, para finalizar refiriéndose a las falsificaciones de la historia de Julio Caro Baroja.
Por su parte, Ribot García ha hablado de la monarquía hispánica como un “fenómeno político excepcional” y Carmen Sanz ha expuesto el uso de la imprenta en Filipinas, clave para la difusión de la religión y la lengua española. Por último, el peruano José de la Puente ha hablado sobre la “polémica e interesante” figura de Ricardo Palma, que protagonizó una tensa “batalla de neologismos” con la Academia.
Mestizaje y barroco
Sobre el mestizaje en la época barroca se ha profundizado también durante las sesiones del día. El profesor y experto en urbanismo y patrimonio Fernando Carrión (Ecuador) y el historiador español Manuel Lucena han conducido el diálogo sobre «El mestizaje global del barroco hispano». Para Lucena, este periodo constituye la “primera ideología global” basada en el “proyecto político y cultural del Imperio español”.
La profesora Ruth Hill (EEUU) ha expuesto la realidad de los llamados “neófitos”, personas recientemente convertidas al catolicismo en el contexto colonial, mientras que el arquitecto Gonzalo Ríos Vizcarra (Perú) ha reflexionado sobre las atmósferas barrocas y cómo se produjo “el modelamiento estético de una nueva realidad continental”.
También han participado el historiador Germán Mejía (Colombia), que ha hablado de la “ciudad indiana como crisol”, y la mexicana Flor Trejo, especialista en historia náutica, quien centró su exposición en las voces y expresiones marineras incorporadas al lenguaje cotidiano, como «abordaje», «zafarrancho», «tirar por la borda», «dar al traste» o «chusma».
El panel «El mestizaje global: ciudades e infraestructuras» se ha detenido a analizar el papel de la confluencia de culturas en el desarrollo de los territorios urbanos, y lo ha hecho desde una perspectiva jurídica, histórica y de ingeniería. Ha estado presidido por la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos Aramburo, con la presencia del ingeniero y empresario Ángel Simón Grimaldos, el historiador José Enrique Ruiz-Doménec y el ingeniero Modest Batlle, que ha repasado la historia de las ciudades americanas y cómo la ingeniería permitió su desarrollo.
Por último, el abogado y profesor Allan Randolph Brewer-Carías (Venezuela) ha reflexionado sobre por qué los centros urbanos de las ciudades americanas son iguales, detallando el esquema de organización urbanística que los españoles tomaron de Grecia y Roma e impusieron en América, marcando sus ciudades.
Lenguaje jurídico: hablando claro
El programa de la jornada ha abordado igualmente «La armonización de los conceptos jurídicos euroamericanos». “Armonizar significa que las palabras deben significar lo mismo. En términos jurídicos, la polisemia es un problema porque hablamos de cuestiones que adjudican derechos. Cuando decimos que alguien es propietario y la palabra propiedad significa algo distinto en España, en Colombia o en Costa Rica, esto es algo grave”, ha ejemplificado Sergio Saavedra, director de la Oficina Técnica de Coordinación de la Red Registral Iberoamericana de Cooperación (Iberoreg).
En la mesa han participado también el director de la Agencia Estatal BOE, Manuel Tuero, que ha destacado la colaboración con la Real Academia de la Lengua para la difusión del Diccionario Panhispánico del Español Jurídico y la creación de una base de datos del derecho centroamericano. Pedro Pernas ha compartido la experiencia de proyectos innovadores como IMOLA para la interconexión de los registros de la propiedad en la UE. También han intervenido Pablo Salazar (Costa Rica) y Martha Lucía Olano de Noguera (Colombia), quien ha recordado, para concluir, que “el derecho es esencialmente un fenómeno lingüístico”.
Abundando en esta misma temática, el panel «El lenguaje de las leyes e interculturalidad jurídica» ha contado con la participación de profesionales y estudiosos del Derecho y la Historia como Juan Sánchez-Calero (España), José de la Puente Brunke (Perú), Antonio García Padilla (Puerto Rico) e Iván Jaksic (Chile).
De la Puente apuntó que “el lenguaje jurídico fue fundamental en construcción de sociedad hispanoamericana, que llega a la independencia con una realidad muy distinta a la que los españoles encontraron a inicios del siglo XVI”, mientras Jaksic puso ejemplos de situaciones problemáticas de interculturalidad en el ámbito de los arbitrajes internacionales.
Sánchez-Calero lamentó que “muchas leyes resultan farragosas. Poco margen queda a la interculturalidad cuando la norma es confusa, inacabable e incomprensible para la mayoría. Es importante que la ciudadanía cuente con un lenguaje jurídico moderno y accesible”, ha expresado como resumen de este coloquio, en el que la figura y aportaciones del humanista y jurista Andrés Bello estuvieron muy presentes.
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