La semana de 'Negro sobre blanco', con banda sonora de Aute.
Los hechos acaecidos el pasado viernes (con su pertinente repercusión mediática) me hicieron recordar aquella canción de Joan Manuel Serrat: "Vacía su alforja/de sueños que forja/en su andar tan largo./Nos baja una estrella/que borra la huella/de un recuerdo amargo." Una semana después el cojo y el ciempiés compiten con la tortuga a ver quién llega antes a la meta. En vista del éxito obtenido, cualquier hijo de vecino llega a la siguiente conclusión: en este país (o como se llame) ponemos un circo y, efectivamente, nos crecen los enanos.
Sábado a la noche. Pienso en el poeta maldito Pedro Casariego. Recito de memoria sus versos: "Yo soy un actor secundario/ que se siente muy débil/ porque no come lo suficiente./ Estoy ahí sentado,/ sentado en una silla amarilla;/el suelo es amarillo,/está hecho de hojas muertas./He olvidado mi papel./Algún pájaro ha escrito en mi silla/el nombre de un actor importante./El público está formado por miles de pájaros muy cultos/y espera ver algo grande./Yo he olvidado mi papel/y mi piel de actor está llena de hongos;/estar plagado de hongos/y no comprar un tubo de pomada en la farmacia/hace que me sienta como un salvaje."
Martes. Por su último poemario, Desaprendizajes (Seix Barral, 2015), José Manuel Caballero Bonald ha sido galardonado con el Premio Umbral al Libro del Año. Sus lectores estamos de enhorabuena por partida doble: poemario reciente y la formidable noticia de que el maestro cada día está más joven. ¡Qué suerte tener sus versos enalteciendo la realidad! A pesar de las inclemencias del paso del tiempo, sabemos que el Premio Cervantes 2012 aún ha de regalarnos nuevas obras. Así sea.
Jueves. Tomo café en la Alameda del Banco mientras escucho Hoy por hoy, el matinal de la Cadena Ser. Me maravilla Gemma Nierga. Es una tradición materna. La voz inconfundible de Luis Eduardo Aute me sorprende en el espacio donde se repasa junto a Diego Manrique la banda sonora vital del invitado de turno. Es de agradecer escuchar a Manrique con un artista de su talla. La conversación entre los tres se torna grata y emotiva. En días como éstos resulta un milagro que exista un hueco en la radiofrecuencia donde la palabra y la música valgan algo. Es la magia de la radio, ¿verdad? No estaría mal pasar esta fiebre de la política como espectáculo. Nuestra salud lo aplaudiría.
La admiración y respeto por Aute sigue intacta tantos años después
Mi relación con la música de Aute es entrañable. De entre todos los cantautores que mis padres ponían infinitamente en el coche era el único que me intrigaba de pequeño. A mis oídos de niño se me antojaba grato escuchar a alguien con un pie entre mi ídolo Sabina y el extraterrestre Miguel Ríos. La admiración y respeto por Aute sigue intacta tantos años después. Recuerdo una noche en el Alcázar disfrutando de su gira Humo y azar con mi amiga Irene. Inolvidable concierto.
Parafraseando al propio Aute, a día de hoy uno solo encuentra retiro en la belleza. ¡Qué tranquilizantes son canciones como Imán de mujer o De tripas corazón cuando acechan los lobos en jauría! ¡Qué género tan imbatible es el de la canción popular! En Aute todo cabe: los logaritmos, la pintura, el cine, el erotismo, la poesía... Únicamente Aute es capaz de aunar esta simbiosis perfecta. Es como si, al dictado de Jacques Brel, el Cernuda más explícito y el Neruda más implícito tejiesen los versos de su canción.
Domingo. Quien tenga un amor (o como se llamen) que lo cuide. Sean felices.