El director artístico del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA), Rafael Estévez (Huelva, 1979), no seguirá al frente del cargo público, al que accedió en septiembre de 2016, después de denunciar los impagos de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía (AAIICC). Según un comunicado hecho público por el bailarín y coreógrafo, el ente no ha pagado los derechos de autor pertenecientes a los creadores de la obra Flamencolorquiano del Ballet Flamenco de Andalucía —programada en el próximo Festival de Jerez—, derechos que se han venido devengando estos últimos meses desde su estreno el pasado día 19 de julio en el Ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife) hasta hoy.
La AAIIC tampoco ha pagado los honorarios debidos a Valeriano Paños, compañero artístico de Estévez desde que fundaran la compañía Dospormedio & Cía, en su calidad de coautor de la coreografía de la mencionada obra, trabajo realizado, estrenado y representado en 37 ocasiones, "lo que demuestra la paciencia, la confianza y la buena fe del artista". Y todo ello, asegura, "a pesar de que nosotros, Rafael Estévez (director artístico) y Valeriano Paños (bailarín principal y maestro repetidor) del Ballet Flamenco de Andalucía, hemos venido cumpliendo rigurosamente con nuestras obligaciones contractuales en la esperanza que la AAIICC cumpla con las suyas".
"Pero este último mes, desgraciadamente, todos nuestros esfuerzos encaminados a que la AAIICC por una parte pague los honorarios de Valeriano Paños por la creación de la coreografía Flamencolorquiano, así como los derechos de explotación de la misma a los distintos coautores de dicha obra, y por otra parte, regularice la cadena de contratos de cesión de derechos de explotación sobre la obras Flamencolorquiano, Aquel Silverio y Flamenco, Tradición, Vanguardia (Proyecto Cantera), se han visto frustrados". Por todo ello, ambos han decidido no prorrogar nuestros contratos laborales que finalizarán el 31 de diciembre 2018.
"Emitimos este comunicado para explicar esta desagradable situación a la que ninguno de los dos hubiésemos querido llegar, porque no podemos ni queremos consentir que se puedan ver afectados el prestigio, respeto y consideración del que gozamos por parte del público, profesionales de las artes escénicas, programadores, gestores culturales, directores de festivales y teatros y de los compañeros de profesión, maestros y alumnos conseguido tras años de trabajo, esfuerzo, dedicación, rigor y disciplina, ética y profesionalidad", aseveran en el comunicado. A lo que añaden: "Y porque no debemos ir en contra de nuestros principios, nuestros derechos, nuestro honor y nuestra dignidad, porque estaríamos contribuyendo a que este tipo de situación se vuelva a repetir con los compañeros que puedan optar a este cargo en un futuro y para que no se vean afectadas las nuevas generaciones de bailarines/as y coreógrafos/as".
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