La producción literaria de Carlos Fortea (Madrid 1963), es tan extensa que la enumeración de sus títulos excedería el lugar destinado a esta columna cultural. Traductor de más de 150 títulos de literatura alemana, es autor, a su vez, de una media docena de novelas juveniles, tres novelas para público adulto, varios textos didácticos y ensayos. Si a todo esto unimos su labor como profesor de traducción en la Universidad de Salamanca, donde fue primero Vicedecano durante 5 años y Decano después durante 8, y en la actualidad profesor de traducción en la Universidad Complutense de Madrid, encontramos a un escritor cuyo abanico literario va desde la traducción jurada, pasando por la ensayística y llega hasta la novela. Precisamente, de estas dos últimas quisiera hacerme eco en esta columna.
Carlos Fortea, Premio Nacional de Traducción por su obra Los Effinger, de Gabriele Tergit, (Libros del Asteroide, 2022) ha desgranado en el ensayo Un papel en el mundo (Trama editorial 2023, Madrid), libro de poco más de cien páginas, el papel de los escritores a lo largo de la historia. Mas no trata solo sobre el papel de los escritores, sino sobre la historia del propio papel, léase libro. Del surgimiento del libro, cita con gran atino El infinito en el junco de Irene Vallejo, hasta su prevalencia en el mundo actual entre e-books y otros dispositivos electrónicos.
Plantea qué es lo que hace que alguien se dedique a escribir: ¿se escribe para huir de la muerte, conjurarla o más bien para huir de la vida? Sea lo que sea, parafraseando a Vargas Llosa, el juego de la literatura no es inocuo. (Permítanme aquí los posibles lectores que recuerde al poeta Leopoldo María Panero cuando escribía que “se arriesga el poema como un tiro en la sien”). Quizá no sea para tanto, o sí.
Citando a Camus, habla de los escritores y su compromiso con el mundo; intervenir en el mundo, dixit, por ello distingue entre escritores comprometidos y escritores militantes, siendo estos últimos los que toman partido desde dentro de un aparato político. Desarrolla en el ensayo el cambio que supuso la auctoritas en la Antigüedad hasta el intelectual del siglo XX, cuya relevancia se ha desplomado en este siglo XXI. ¿Dónde están ahora los intelectuales?, se pregunta Carlos Fortea.
Como se ha comentado al final del primer párrafo de esta columna, quería hacerme eco del último ensayo publicado del autor, pero también de dos de sus obras narrativas, publicadas ambas por Nocturna Ediciones. La primera novela tiene como título Los jugadores. Publicada en 2015, narra la historia, en parte ficción y en parte realidad, de una serie de personajes que recalan en el París de 1919 durante la Conferencia de Paz. Es una novela policíaca en la que aparecen varios personajes españoles, que viven, o malviven, entre espías, justo antes del Tratado de Versalles.
La novela nos transporta a un París en el que, como en la actualidad, sufre una crisis de identidad preocupante. La novela fue finalista del Premio Espartaco de la Semana Negra de Gijón.
La otra novela es El aviador, 2023. En esta novela el autor rescata algunos de los personajes españoles que aparecen en la novela anterior pero no ya en París, sino en el Londres de 1940, justo en el momento en que la ciudad es bombardeada por la aviación alemana. La aparición de algunos escritores españoles en el libro refuerza el papel del escritor ya descrito anteriormente cuando se hablaba de la diferencia entre escritores comprometidos y militantes.
Por último, mientras escribo estas letras me informan de que la Editorial Villa de Indianos acaba de publicar la nueva traducción que Carlos Fortea ha realizado de La metamorfosis de Franz Kafka. ¿Alguna excusa para no leerlo?
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