El espacio cultural de lavozdelsur.es ya acoge la muestra de Tamara Piña y Jack Bardwell, que pretende comunicar lo oral de manera gráfica. Un experimento que no dejará a nadie indiferente.
Comunicar lo oral de manera gráfica. Eso intentan hacer Tamara Piña y Jack Bardwell en la tercera exposición que acoge la Sala Barbablanca, el espacio de arte de lavozdelsur.es, que se inauguró este viernes con una gran afluencia de público y que se puede visitar hasta el 8 de abril. No se cabía en la sede de Pozuelo, 2, que acoge la obra de estos dos diseñadores que buscan “la unidad estética a algo que viene de lo oral”, en palabras de Piña, que asegura estar “impresionada” con la acogida de la exposición. “El resultado, hasta para nosotros, es inesperado”, apunta.
Una emigrante jerezana y un londinense, compañeros de trabajo en la capital británica, que se embarcan en un proyecto común, #Montandoelpollo, una muestra que “hay que digerir” y deleitarla sin prisa, deteniéndose en los mensajes que acompañan a cada obra, refranes y frases hechas de uso cotidiano, en inglés y en español, de las que desconocemos su origen. Jack Bardwell espera que la muestra sea “educativa” y también aseguraba estar “bastante impresionado” de cómo “se ha volcado la gente”.
Joaquín Carrera, presidente de Comunicasur Media, la empresa que edita lavozdelsur.es, destaca la “potente” labor de la Sala Barbablanca como difusor del arte contemporáneo. “Ahora se me viene un refrán, no hay dos sin tres, ya que ésta es la tercera exposición, o a la tercera va la vencida”, sostiene Carrera.
La velada estuvo amenizada por la música que pinchó Dj Cherni Laboratorio Stereo, que quiso darle una sorpresa a su amiga Tamara Piña aportando la banda sonora a la presentación de su exposición. La muestra, en la que hay 25 cajas artesanales hechas por un carpintero sevillano, pretende también colaborar con “una causa justa”, por eso todo el dinero que se recaude con su venta irá destinado a alguna ONG de la ciudad.
Una noche de viernes maravillosa, otra más, en Sala Barbablanca, que no hubiera sido posible sin la ayuda de colaboradores como Tabanco El Pasaje, La Copistería y Fuego y Sal.
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