La célebre novela A sangre y fuego, del periodista sevillano Manuel Chaves Nogales, será llevada al cine por el director Juan Antonio Bayona. El propio cineasta lo ha anunciado este domingo en el Teatro Lope de Vega durante el ciclo Voces esenciales del Festival de Cine Europeo de Sevilla que se celebra estos días.
Bayona ya está trabajando con Agustín Díaz Yanes en el guión que adaptará el libro de Chaves Nogales, uno de los mejores escritos sobre la Guerra Civil española. Éste es un proyecto en el que el director de cine lleva "varios años trabajando" y tiene un significado especial para él, ya que su padre es sevillano, originario de la localidad de Osuna, al igual que lo fue el gran periodista y escritor fallecido en el exilio en Londres en 1946.
Bayona ha explicado que descubrió A sangre y fuego hace años y le interesó "especialmente la visión humanista" que Chaves Nogales plasmó en los relatos que componen el libro, cada uno de ellos, como especificó en su día el propio Chaves, "extraído fielmente de un hecho verídico". Convertido hoy en un auténtico clásico de la literatura española del siglo XX tras varias décadas de olvido, el libro fue escrito en Madrid entre los años 1936 y 1937 y se fue publicando en sucesivos entregas en distintas revistas internacionales.
El cineasta barcelonés ha desvelado también que lleva ya algún tiempo en contacto con la familia del escritor y que llegó a conocer personalmente a su hija Pilar, fallecida en 2021 a los 101 años y a través de la cual pudo tener acceso a testimonios de gran valor sobre la figura y la obra del autor. Antes de realizar este anuncio, en conversación con el periodista Gerardo Sánchez, director del programa de La 2 Días de Cine y con Charo Ramos, periodista y coordinadora del ciclo, Bayona ha compartido con los espectadores que abarrotaban el Lope de Vega algunas de sus experiencias como director y cinéfilo.
"Cuando era muy pequeño se hacían ciclos de televisión, sobre Hitchcock o Truffaut o Kurosawa o Spielberg. Y yo los disfrutaba por igual, eran películas de autor, y eran películas accesibles. Cada semana descubrías cosas y la figura del director de cine estaba muy presente en mi cabeza desde muy pequeño, aunque a decir verdad yo sobre todo quería ser Superman, me pasaba el día tirándome al sofá con una toalla como si fuera una capa".
"Mi madre es de Jaén y mi padre de Osuna, ambos emigrantes en Cataluña, en la periferia de Barcelona", ha recordado el director. "Mi padre era pintor pero no pudo estudiar, no tuvo esos recursos, y al final acabó pintando casas, pero siempre tuvo esa veta artística, en casa pintaba siempre y también era muy cinéfilo. De esa experiencia me acordé mucho al hacer 'Un monstruo viene a verme'", ha evocado.
"Viendo empecé a comprender que me interesaba mucho menos la realidad que el cine, y en torno a él yo articulé mi realidad, encontré un refugio. Yo no recuerdo un momento en que decidiera ser director de cine: siempre estuvo ahí, era una vocación total", ha contado.
El director, que ha conquistado un lugar propio en el cine europeo y el de Hollywood, entre la realidad y la fantasía, ha defendido la importancia de la "intuición, de esa especie de sabiduría no articulada" a la hora de hacer cine. "La historia que cuento en 'Lo imposible' me emocionaba mucho en un punto en concreto, y hacer la película fue para mí una manera de intentar averiguar por qué sentía esa emoción tan grande. Estoy convencido de que cuando conectas con lo más profundo tuyo, con algo que sientes de verdad, conectas también con el público".