La guitarra es un instrumento que da pocas alegrías, pero las que da son importantes.
Santiago Lara (Jerez, 1984) es de esos artistas capaces de sacar adelante cualquier iniciativa que se proponga y subirse al Teatro Villamarta para interpretar el Concierto de Aranjuez y estrenar su propio concierto de guitarra para orquesta será uno de esos hitos que conservará a buen recaudo en su dietario personal y profesional.
Tras más de un año embarcado en el proyecto, confiesa que el 17 de noviembre cumplirá un sueño que tenía marcado en su hoja de ruta desde pequeño y, además, en su tierra y ante los suyos. Sólo maestros como Paco de Lucía, Cañizares o Tomatito se han enfrentado a la obra de Joaquín Rodrigo, cuya complejidad y fama hacen que sea una de las más representadas del mundo, por encima de las piezas más famosas de Mozart, Beethoven o Bach.
Junto al Santiago Lara mantenemos un encuentro entre cafés mañaneros de otoño en Jerez y conocer en profundidad los entresijos de cómo va a desarrollarse un espectáculo en el que estará acompañado por Mercedes Ruiz y David Lagos en calidad de artistas invitados.
Tiene muchas. No te puedes hacer una idea de cuantas. Y todas las que le eches si son pocas. El Concierto de Aranjuez exige mucho a nivel mental, de retención de la memoria y de la digitación, a nivel físico y técnico.
Paco (de Lucía) fue el que abrió la veda, como en muchas otras cosas, pero es cierto que para nosotros tiene quizá una cierta complejidad. Son mecanismos diferentes ya que el modo clásico tiene técnicas y formas a las que nosotros no estamos acostumbrados.
El Concierto de Aranjuez ha sido siempre un hito y una meta que me planteé en mi carrera. Y poder tocarlo será un sueño cumplido. Me considero músico, aunque soy flamenco de formación y nacimiento, y es verdad que hay algunos guitarristas del género que lo han tocado como Paco de Lucía, Tomatito o Cañizares.
En febrero voy a cumplir 40 años, si Dios quiere, y tenía ese propósito en la vida: decir quiero hacer esto y a por ello voy. Hace un año y medio fue cuando, más o menos, empecé a fraguar todo esto, me establecí mi calendario de trabajo — soy muy metódico— y el día 17 se cumplirá.
"Los artistas estamos cometiendo el fallo de querer producir y crear espectáculos de usar y tirar para que los programadores se fijen en ti cada año"
Me gustaría matizar que la obra de Manolo Sanlúcar es todavía más difícil que la de Joaquín Rodrigo. Y tiene mucho en común con la música clásica. Mi maestro estudió composición y su manera de crear era muy orquestal. De hecho, Medea tiene mucho en común con el Concierto de Aranjuez. Él siempre tenía muy presente llevar al máximo la expresión y ese camino también es el que he querido seguir en la obra sinfónica que voy a presentar detrás del concierto.
Ellos van a realizar el intermedio y así poder hacer el cambio de escena de un concierto a otro, ellos dos van a hacer una pieza propia. Yo no puedo hacer más que agradecerles que dos gigantes quieran estar junto a mi ese día. Y de verdad te digo que no sé aún que es lo que tienen pensado hacer. Pero seguro que lo que hagan va a ser una pasada.
A mí me va a venir muy bien ese intermedio que te digo. Por un lado, el público lo va a agradecer mucho y, por el otro lado, voy a poder afrontar la segunda parte con otra mentalidad.
Pues, siguiendo esa estela del maestro, mi primera obra para guitarra y orquesta quería que tuviera ese estilo que te comentaba. Porque, además, a mi Manolo Sanlúcar me decía que era la única manera de que suene lo que yo quiero que suene. A fin de cuentas, si tú haces un trabajo y quieres que alguien te lo orqueste, lo que ocurre es que el otro compositor siempre va a aportar una segunda visión y puede acabar expresándolo de otro modo a como a ti te gustaría o usar unos instrumentos que hubieras cambiado por otro.
El Concierto de Aranjuez es la obra más representada de todas las músicas del mundo. Está incluso por encima de las piezas de Mozart o Beethoven. Eso es brutal. Y está muy protegida porque su autor lo quiso así. Lo dejó todo muy bien escrito y los intérpretes debemos ejecutar precisamente eso. Entonces, claro, hay que intentar respetarla al máximo, aunque uno siempre intente dar una cadencia un poco más personal en los momentos de los solos de guitarra. En mi caso, voy a tocarlo sin modificar nada, pero con naturalidad. Como yo lo siento.
"La guitarra flamenca ha avanzado a una velocidad brutal, gracias a maestros como Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar"
Este es un proceso que lo tenía en la mente desde hace muchos años. Y era un sueño poco menos que inalcanzable. De siempre. Y hasta algo platónico. Pero las cosas te van llegando en la vida y, después de todo mi bagaje, de haber estudiado a tantos maestros, de haber escuchado tanta música, de haber pasado por el conservatorio, al final lo voy a hacer.
Me ha costado mucho trabajo, porque yo quería componer la orquesta y quiero abrir otro camino. Primero me tuve que empapar un manual de orquestación tremendo y estudiar mucho — con mucho respeto siempre— y mucho rigor, porque es un mundo en el que no se puede entrar ahí a lo loco. De hecho, composición es una carrera, pero tengo tiempo en mi vida ahora de poder cursarla porque mi trabajo no me lo permite, de manera autodidacta y con ayuda de grandes músicos que me han asesorado he podido ir escribiendo la obra.
Es cierto que los guitarristas somos casi todos muy neuróticos, pero también es verdad es un instrumento muy difícil y que depende mucho de muchas cosas. La afinación, la técnica, que el modo flamenco es ya de por si complejo o, incluso que ese día tengas un milímetro más largas las uñas, ya parece que ese día no te funciona nada.
Es cierto que es un instrumento muy desagradecido porque, en el momento que lo dejas un poquito, casi que se te olvida tocarlo prácticamente, pero si seguimos en ello es porque te da también alegrías. Y aunque sean pocas, son importantes.
Si. Mi hermano Paco, que está en Australia desde hace tiempo con su guitarra también, fue el que me puso las manos por primera vez y me enseñó las primeras nociones. Y tuve la suerte de aprender de él, que es un gran tocaor.
Pues yo me inicié con mi hermano y cuando ya tenía algo de soltura, me mandó con el maestro Balao, a quien le debo muchísimo porque en los tres o cuatros años que estuve en la academia que tenía en la calle Gaspar Fernández me abrió la mente de una manera increíble y aprendí a estudiar otras músicas que a él le gustaban tanto.
Cuando gané el Giraldillo de la Bienal de Sevilla (2000), el maestro Manolo Sanlúcar se fijó en mí y, cuando dejó Isidro Sanlúcar de ir con el de segunda guitarra tuve la suerte de que me llamó para que me fuese con él.
"El flamenco es un género que siempre ha estado a la vanguardia de la música"
Y además con una raíz inconfundible que es la de Javier Molina. Porque fue el maestro del padre de Manolo Sanlúcar y el maestro Balao también a través de Rafael del Águila bebía de esa fuente. Por edad, justo por delante de mí hay una generación de guitarristas muy brillantes gracias, entre otros, al maestro Balao, que no se quedaba en las cuatro falsetas tradicionales de Jerez y poco más.
Hay un mundo musical, que es en el que estamos nosotros, que es un jardín impuro todavía por descubrir. La guitarra flamenca ha avanzado a una velocidad brutal a nivel musical e intelectual, gracias a maestros como Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar, sobre todo.
Musicalmente, estamos llegando a unas cotas intelectuales máximas y esto nos lleva a de nuevo a mi proyecto. Yo he compuesto para orquesta porque ahí hay un camino y que las orquestas suelen música flamenca, como ya hizo Falla, prácticamente, en muchas canciones de España, que desde la óptica flamenca están valoradas como sublimes. Yo intento escribir la música para que cualquier músico clásico o cualquier músico de cualquier disciplina la pueda tocar.
Yo tuve la suerte de a Balao de profesor, que nos enseñaba esa técnica, nos enseñaba obras que son clásicas y que nos daba las nociones para que no nos encorsetáramos. El flamenco es un género que siempre ha estado a la vanguardia de la música. Sólo hay que ver lo que han hecho Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar y el legado que nos han dejado y que es el resultado de tener experiencias con otros artistas y sacar proyectos adelante.
Porque considero que, aunque todos queremos componer nuestra música y decir que está muy guay, no hay que perder de vista a los clásicos. Tenemos que tocar también lo anterior y en público. Es decir, no es un pecado tocar en un concierto la farruca de Sabicas o tocar Oración de Manolo Sanlúcar o Fuente y Caudal de Paco de Lucía. Es repertorio flamenco clásico. Igual que los clásicos tocan a Mozart, Beethoven o Bach. Y eso creo que lo hemos dejado de lado.
Esperemos que mucho todavía. Aunque quizás los artistas estamos cometiendo últimamente el fallo de querer producir y crear espectáculos y obras de usar y tirar porque estamos en la obligación todos los años de hacer algo y que los programadores se fijen en ti. El circuito ofrece tan pocas oportunidades que nos vemos obligados a estrenar cada año.
La cuestión no es esa y te lo digo como músico y productor, que también lo soy, alquilando incluso hasta teatros. El problema es que el circuito flamenco es muy corto, es decir, donde pueden acoger nuestras propuestas viene a ser unos 40 festivales en todo el mundo y, a lo mejor, me he quedado largo. Y eso provoca que hay un trocito de tarta muy pequeño y mucha gente queriendo comer esa tarta y, además, gente con mucho talento.
Pues casi siempre mejor que en España porque muchos aquí todavía consideran que el flamenco es la feria, la sevillana y la rumba y a eso tenemos que añadir también que algunos artistas etiquetan de flamenco su música cuando no lo es.