"Te encuentras con 52 conciertos que se han sacado de la manga y ni te han avisado para que enviaras una propuesta"

El guitarrista y compositor Santiago Lara, que celebra 20 años de intensa y aplaudida carrera profesional, ha estallado ante las programaciones a dedo de administraciones públicas como la Junta y la falta de oportunidades para los artistas

Santiago Lara, en su casa de Jerez, con su guitarra de los conciertos en ristre.
Santiago Lara, en su casa de Jerez, con su guitarra de los conciertos en ristre. MANU GARCÍA

Entre Paco Lara y Paco de Lucía, toda la vida pulsando cuerdas

Nacido en 1984 en Sevilla, pero criado de toda la vida en Jerez, Santiago Lara es uno de los músicos más reputados de la guitarra flamenca. Lo primero que supo se lo enseñó su hermano Paco, que tiene diez años más que él y fue tocaor de El Torta. Pero también se lo enseñó su hermano José, cantaor. Él puso el oído y empezó a pulsar las cuerdas. Carbonero, un clásico en la iniciación; Balao, impagable maestro jerezano que tiene un abrelatas para las mentes más cerradas.

Con él empezó a volar su creatividad hasta que a los 16 eclosionó en el concurso que entonces organizaba la Bienal de Flamenco. Giraldillo y con Manolo Sanlúcar como maestro en la universidad del toque. Se aprendió Locura de brisa y trino con cintas de cassette, aunque su “héroe”, como siempre dice, es Paco de Lucía. Lo que Messi significa en el mundo del fútbol, aunque él sea del Barça.

Tiene una hija, Pastora, con Mercedes Ruiz, maestra bailaora y coreógrafa a la que compone la música de sus espectáculos. Ahora Lara, que prepara un nuevo disco de versiones —ha viralizado arreglos flamencos para temas de películas de Disney— anda revolucionando Facebook por su honda queja por la forma arbitraria de programar que lamentablemente se gastan las administraciones públicas, especialmente en este caso la Junta de Andalucía y su ciclo en torno a la celebración de los diez años desde que la Unesco declaró al arte jondo como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. "Cansado e indignado", comienza su post, donde denunciaba públicamente, con gran eco por cierto, el "enchufismo, amiguismo y favoritismo" en la institución pública. 

Acaba prácticamente de celebrar 20 años como guitarrista profesional.

Se puede decir. El 5 de octubre pasado, que fue cuando me dieron el Giraldillo al toque en la Bienal, se cumplieron 20 años. Lo gané con 16 añitos nada más. Desde entonces se puede decir que soy profesional…

Llena la nevera...

Se puede decir que sí. Gracias a Dios, después de aquel premio Manolo Sanlúcar se fijó en mí y empezó a rodar la pelota, y he podido siempre mantener un cierto estatus artístico.

Coincide con el maestro en un curso y se lo lleva de segunda guitarra…

Coincidí con él después de este Giraldillo porque fui a un cursillo en Sanlúcar. Me escuchó, le gustó mi forma y me solicitó para entrar en su grupo porque su hermano Isidro no podía tocar. Eso para mí fue la mejor universidad, tenía además edad de eso. Fue digamos empezar el doctorado en guitarra.

¿Qué no se le olvida de lo que le dijo el maestro?

Le considero un gran maestro por todo lo que ha dejado hecho, pero sobre todo porque él nunca enseñaba nada con la guitarra en la mano. No me puso una música para que la pillara o una falseta, él todo me lo enseñó de forma oral, hablando me transmitió muchos valores muy importantes, como por ejemplo lo que es la identidad de la música andaluza y flamenca. Tanto él como Paco de Lucía han luchado por esto desde siempre. Son los dos grandes de esto.

Cuando uno se arrima a uno de los dioses, se da cuenta también lo humildes que son y lo constantes en el trabajo, ¿no?

Por supuesto. Una condición innegable para un artista es el ego, pero ese ego no te puede permitir hacer que te creas superior a nadie ni pensar que lo sabes todo. Al revés, te debe ayudar para darte más fuerzas para seguir estudiando. Evidentemente, estos grandes genios son los más humildes porque Manolo Sanlúcar es el primero que se subía a un escenario con respeto. O Paco, que vino a Jerez a tocar y estaba super nervioso. Esos nervios son humildad. El que se cree superior no tiene nervios, ni inseguridad, pero eso es sano. La guitarra no engaña a nadie. Para ser concertista de guitarra tienes que estudiar todos los días cinco o seis horas como mínimo.

¿Usted qué jornada tiene?

Es cierto que hoy en día, quizás por el problema que tenemos de la falta de oportunidades, llega un momento que algunas veces uno se abandona un poco, ¿no? No estudias lo que quisieras porque te faltan alicientes. Pero evidentemente, en el momento que tengo algo a la vista, o un concierto, ya eso son seis o siete horas diarias como poco. Mínimo. De otra forma es imposible, no se puede hacer un concierto.

"Las etiquetas como la del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad son tonterías porque luego no se actúa consecuentemente con la protección que el flamenco, y sus creadores, merecerían"

Gripa.

Te quedas atascado. La guitarra tiene un componente físico altísimo, aparte de lo artístico. Tener la preparación física, la psicomotricidad fina, la coordinación de todos los dedos de las manos, la fuerza, la velocidad, la sensibilidad… son cosas muy complicadas si no se entrenan.

¿Qué es lo primero que debe tener un guitarrista de concierto?

Un sonido limpio y pulcro. Nadie se imagina a un pianista clásico de concierto tocando fullero o sucio. La guitarra flamenca debe estar en ese nivel, en el nivel de Sabicas, Paco, Manolo Sanlúcar, Vicente Amigo… gente que se sube al escenario y la guitarra suena como un cristal.

Y eso entremezclándolo con el pellizco, la emoción, que la técnica no se lo coma todo, ¿no?

Evidentemente. Está el componente técnico y el artístico, y éste es el que marca la diferencia. El primer componente, la técnica o lo físico, eso es imprescindible. Aparte de eso, lo que marca la diferencia es contar algo. Es muy importante distinguir entre concertista intérprete y lo que es un compositor, son dos cosas diferentes, dos oficios. Hay gente que puede componer muy bien, pero luego no lo puede defender por no tener esa técnica, y el guitarrista que se acerca a la excelencia puede hacer eso.

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Santiago Lara, tras la entrevista con lavozdelsur.es. Autor: Manu García

Aparte de pelear por eso, su carrera demuestra que no le da miedo contagiarse, en el buen sentido, de otras músicas.

Tuve un punto de inflexión en mi carrera, que fue cuando saqué mi segundo disco, Sentimientos nuevos, donde me di cuenta de que había seguido componiendo muy ofuscado, siempre pensando en componer y componer —ha compuesto la música de diez espectáculos de danza para la compañía de su mujer, la bailaora Mercedes Ruiz—, pero me había quedado vacío. Sonaba a lo mismo. Entonces, llega un momento en el que te puedes ensimismar con tu música, pero yo no. Escuchaba lo que hacía y me aburría, y decidí seguir estudiando, investigando, metiéndome en la cabeza de los grandes. Han sido trabajos de crecimiento propio, como el tributo a un genio de la música contemporánea como Pat Metheny, o La Guitarra en el tiempo, donde intento reinterpretar a los genios de la guitarra flamenca. No están todos y espero a hacer otro volumen. Y luego, Tauromagia.

Volvió a Manolo Sanlúcar y fue como cerrar el círculo.

Cierra la trilogía y ahora ya estoy más centrado en mis composiciones. Aunque como trabajo también de búsqueda voy a publicar Flamencover, que es también un trabajo de versiones. Una vez que pase, ya quiero ponerme otra vez a darle fuerte, emprendiendo un camino de próximos discos de composición personal.

En todo esto, llega la peor pandemia en un siglo. ¿Cómo sobrevive un guitarrista?

La situación del flamenco, dentro del panorama cultural y las partidas presupuestarias de las administraciones, es lo último. Se sigue considerando folclore barato o una música que no da la calidad para estar programada de forma permanente en los grandes teatros de España. Los grandes teatros y medianos tienen ciclos de clásica y lírica, y me parece muy bien, pero en España debería de haber, a la vez, ciclos de música flamenca. No festivales o cosas puntuales que suenen a verbena, sino un ciclo con todos los grandísimos músicos que hay en España en el mundo del flamenco que están a la altura de los de la música clásica. Eso no tiene nada que ver con la pandemia porque ya pasaba antes, y esa mentalidad no hemos conseguido cambiarla. Las etiquetas como la del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad son tonterías porque luego no se actúa consecuentemente con la protección que el flamenco, y sus creadores, merecerían. Por otro lado, la pandemia no ha hecho sino aumentar este maltrato. Yo, gracias a Dios, no estoy pasando fatigas porque siempre he planificado mi vida previendo estos problemas, porque los artistas siempre vivimos asustados. Tanto Mercedes como yo hemos sido muy calculadores en este sentido. Pero es que aparte, tampoco nos gusta mendigar trabajo. Los flamencos no podemos mendigar trabajo, es un problema que tenemos. El concepto de a mí no me llaman no puede estar basado en el concepto de que es que no tienes para comer, tiene que estar basado en otra cosa.

"A los dirigentes políticos no les interesa que la gente sea culta, tenga sus propias ideas y pensamientos, y sean librepensadores, sino que lo que quieren es atontarnos"

¿Está condenado al flamenco al eterno y de lo mío qué, de los señoritos hemos pasado a los políticos?

Respeto a todos mis compañeros, y al que vale lo defiendo a ultranza, y la mayoría no tenemos oportunidades. Si te hablo de lo que más me atañe, hay una generación de guitarristas que estamos ahí y estamos haciendo discos por amor al arte porque es que los hacemos y sabemos que ni se van a vender, y los regalamos en las redes sociales porque si no, ni existen, pero es que tampoco vamos a tener oportunidad de presentarlos en directo. No hay una infraestructura para nosotros. Siempre estamos y a mí qué no porque tengamos envidia de otros compañeros a los que llaman más, sino porque no hay oportunidades. No tiene sentido estudiar tanto, hacer un disco y enfrentarte a un desierto sin agua. De vez en cuando aparece un charquito, pero ese es el problema que tenemos.

¿Y qué falla? A menudo, vemos a políticos con la cultura, también el flamenco, en la boca…

Ya sabemos que la cultura ya pasó, como dijo el maestro Leo Brouwer, a dejar de existir para que exista el entretenimiento. Y ahí está todo resumido. No interesa. A los dirigentes políticos no les interesa que la gente sea culta, tenga sus propias ideas y pensamientos, y sean librepensadores, sino que lo que quieren es atontarnos. Cada vez más tontos y más borregos, y lo consiguen con el entretenimiento. Partiendo de ahí, volvemos a lo mismo: el flamenco sigue siendo dentro del pastel, aunque me duela decirlo, un poquito de nata.

Pero en esa nata, aun así, hay mucho dinero público que se reparte muchas veces sin ton ni son.

Si hablamos de presupuestos concretos, creo que están muy mal gestionados. Poco dinero y mal gestionado. El 90% de mi carrera la desarrollo fuera de España, mis ingresos vienen de fuera, aunque los impuestos los pago aquí. Pero no es solo lo económico, es el calor del público o de ciertos gestores culturales que te valoran más que en España. Es muy doloroso por ejemplo que tras 20 años de profesión, que se dice pronto aunque todavía me llamen joven valor, y eso que ya estoy calvo, no haya estado programado nunca en ninguna de las programaciones que ha hecho el Instituto Andaluz del Flamenco o como se llamase antes. Nunca me han programado en veinte años en sus programaciones. A Flamenco viene del Sur —uno de los ciclos de la administración autonómica— he presentado mi candidatura diez o doce veces, pero es que tampoco en los conciertos en el Auditorio Nacional, o ahora recientemente en el ciclo Flamenco 10 —organizado por la Junta de Andalucía con motivo del décimo aniversario de la declaración del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad—. No es una cosa de decir y yo qué, sino de analizar a partir de mi ejemplo lo mal que funciona todo esto.

"En 20 años nunca me han programado desde el Instituto Andaluz del Flamenco. He presentado mi candidatura diez o doce veces"

Usted no es el único…

Muchísimos compañeros han emigrado, talentos del flamenco que tienen que irse de España. Y lo entiendo. Llega un momento que dices: para qué voy a pelear más, si lo que me van a dar es una gala y me la pagarán dentro de muchos meses… En este caso, considero que hay que decir las cosas claras. Los que nos dedicamos a esto sabemos cómo funcionan las cosas, pero la gran mayoría de las personas no saben de esto. Hay que denunciarlo y que vean lo que hacen con presupuestos públicos.

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"Te encuentras con 52 conciertos que se han sacado la manga y ni te han avisado para que enviaras una propuesta". Autor: Manu García

¿Hay convocatorias públicas, ahora por ejemplo en este último ciclo de la Junta?

Llegó un momento con Flamenco viene del Sur que por esto que comento se empezaron a hacer concursos públicos para presentar las propuestas artísticas. Y luego eran elegidas por un comité. Pero es que, según este comité, que no sé quién lo elige y por qué, yo nunca he estado capacitado para estar presente en ninguna de estas programaciones. Quizás veinte veces no, pero ¿ni un par de veces en todos estos años? Me genera muchas dudas este consejo asesor, del que poco se conoce. Faltan criterios, bases y que ciertas cosas no pasen con dinero público. No puede ser que un artista venga de la Bienal de Sevilla, financiada principalmente con dinero público, y al mes siguiente esté otra vez en Sevilla de la mano de la Junta. Hay más artistas que quieren una oportunidad y la merecen porque, como mínimo, son de la misma calidad. Y luego, como comentas, hay otras programaciones que ni siquiera sacan a concurso. Con esta última ya he levantado la voz porque te encuentras con 52 conciertos que se han sacado la manga y ni te han avisado para que enviaras una propuesta… Solo ves que tu trabajo no cuenta para nada para las administraciones que reparten este pastel. Ya está bien de callar la boca y mirar para otro lado.

¿Si hay tantos afectados porque no se suman más, no tendrían que tener ya una especie de sindicato?

Ahora ha surgido lo de Unión Flamenca y aún no me he adherido. Pero porque, siendo sincero, veo que solo se quiere barrer cada uno para lo suyo. ¿Esto que denuncio por qué no lo hace este sindicato que ya existe? Yo lo estoy denunciando en mi nombre, pero hay muchísimos igual que yo que no denuncian por miedo o porque no quieren, pero esto debería reclamarse desde esta Unión Flamenca. Te podría dar veinte nombres de artistas de altísima calidad que siempre están fuera de estas programaciones. No es una pataleta mía. Es verdad que no me programan, pero es que dejan fuera a mucha gente con mucho talento. Claro que hace falta unión porque, dentro del flamenco, la guitarra es lo más maltratado. Con diferencia. Estamos cansados de ver programaciones con treinta espectáculos de baile y dos de guitarra como protagonista. ¿Por qué no puede un guitarrista de concierto actuar en un teatro de Logroño o de Bilbao? Hace falta un circuito estable para la guitarra. El otro día, el ministro de Cultura se reunió con representantes del mundo del flamenco y no había ni un guitarrista. Si el flamenco está perjudicado, nosotros aún más que el resto; y tenemos que defendernos.

Los flamencos se han profesionalizado muchísimo en las últimas décadas, ¿cree que ahora falta dejar cierto servilismo, o dependencia del político de turno, y alzar la voz?

El flamenco ha sufrido una gran revolución. La gran mayoría de artistas hemos evolucionado y hemos revolucionado el flamenco en cuanto a profesionalización y preparación. Hemos tenido grandes ejemplos como Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar, o Antonio Gades y Cristina Hoyos en la danza. Han sido brutalmente profesionales y han llevado el nombre del flamenco a los grandes teatros del mundo. Y ahora parece que estamos sufriendo un retroceso porque creo que no nos defendemos. Somos todos muy egocéntricos y siempre estamos en no digas nada que es peor para ti. Estamos acostumbrados a que nos den una galita, nos callamos y tiramos dos años. Esto llevo diciéndolo muchas veces, no porque ahora me hayan ya achicharrado. Lo de la designación del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es una bobada si no se traduce en oportunidades. Y sobre todo para los que empiezan. Doy muchas clases y, sin ser derrotista, les digo a los alumnos que se preparen porque la cosa está muy fea. Con esta queja defiendo mi trabajo, pero también defiendo a los que vienen. Y creo que hay que hacerlo.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Fundador y Director General de ComunicaSur Media, empresa editora de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero'.

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