El tenor jerezano Ismael Jordi vivirá su Navidad más especial a sus 49 años. No en vano, el cantante debutará en el Metropolitan Opera House de Nueva York en la noche de Reyes de 2023. Un lujazo al alcance de muy pocos.
Ante un aforo de 4.000 localidades en el principal escenario de la lírica de la Gran Manzana, Jordi encarnará a Alfredo Germont, el amante de la cortesana Violetta en el libreto de La traviata, de Verdi. La pandemia impidió el debú en la temporada lírica neoyorquina hace tres años, cuando el jerezano iba a interpretar a Romeo en Romeo y Julieta de Gounod, por lo que el destino ha querido que sea con Alfredo, rol de una ópera que ha cantado en 104 ocasiones.
En una entrevista con El País, publicada el pasado viernes con motivo del estreno en el Teatro Maestranza de Sevilla de Roberto Devereux, de Donizetti, el cantante vuelve a reiterar los cuidados y el entrenamiento que exige un oficio de máximo nivel como el suyo.
"El cantante de ópera debe ser un deportista de élite", confiesa el jerezano, que colgó pronto las botas como futbolista en su juventud y se volcó por entero en una carrera vocal que no para de reportarle éxitos y alegrías.
Después de veinte años de carrera meteórica que le ha llevado a teatros como el Covent Garden de Londres, Ópera de París, Viena, Amstedam, Zurich, o el Liceo de Barcelona, Jordi considera que la garganta es como "el palo cortao" de su tierra, "cuanto más viejo, mejor". Nueva York le espera con ganas.