La tragedia estuvo sobrevolando durante unos minutos la grada del Nuevo Mirandilla el pasado sábado durante el partido que el Cádiz CF disputó frente al Barcelona. Un aficionado sufrió una parada cardiorrespiratoria que llevó incluso a la suspensión del encuentro durante varios minutos. Tanto en el césped como entre los aficionados se vivieron imágenes de verdadero pánico.
Tras este suceso, el Cádiz CF emitió un comunicado en el que afirmaba que, tras la alerta sanitaria en la grada de fondo sur, "el protocolo establecido con la Cruz Roja entró rápidamente en funcionamiento, asistiendo a un varón en paro cardíaco. Hasta la grada se desplazó uno de los equipos médicos con un desfribilador y el monitor, comenzando las tareas de reanimación. Paralelamente, el Fútbol Club Barcelona ofreció un segundo desfibrilador por si fuera necesario su uso, siendo desplazado hasta la zona por los propios jugadores".
El comunicado del club amarillo concluía señalando que "la reanimación fue positiva pasados unos minutos, siendo el aficionado trasladado a la UCI del Hospital Puerta del Mar donde permanece ingresado".
"No formamos parte del dispositivo sanitario del Cádiz"
Una versión oficial del club cadista que dista mucho de la ofrecida por el médico del 061 EPES que atendió al aficionado en la grada del Nuevo Mirandilla. Aunque Sergio Salgado, el médico en cuestión, no ha querido entrar a valorar el comunicado del Cádiz por "no herir sensibilidades", sí que ha dado una versión muy alejada a la del Cádiz CF.
Dejando claro que no quiere ninguna notoriedad ni protagonismo, este médico de emergencias no ha parado de darle vueltas a lo sucedido el sábado. "Mi cabeza no para de pensar no en lo que pasó, sino en lo que pudo haber pasado y en lo que puede pasar en un futuro". Y es que el desenlace final pudo haber sido trágico de no ser por la actuación de este equipo de emergencias externo al Cádiz CF.
Soy el médico de @061EPES que atendió al paciente en parada cardiorrespiratoria durante el partido #CadizBarcelona y tras 48 horas de reflexión y de ver y leer infinidad de barbaridades en redes sociales y en prensa, voy a intentar hacer un análisis de lo ocurrido
— Sergio Salgado (@SES_onFire) September 12, 2022
El club amarillo no disponía de un equipo de emergencias para un acontecimiento de tal calado como un compromiso de Primera División ante uno de los grandes clubes de España. El doctor Salgado ha señalado al respecto que "en Cádiz hay un equipo de emergencias del 061 EPES y dos equipos SUAP. Ninguno de ellos estamos en el estadio, sino que somos recursos públicos para atender a toda la población general".
Por si a alguien tuviera dudas, este médico de emergencias ha querido remarcar que "no estamos en el estadio y no formamos parte del dispositivo sanitario del Cádiz". Un hecho que choca con la versión ofrecida por la entidad cadista.
Salgado radiografía con todo detalle lo que sucedió en el Nuevo Mirandilla. "Nuestro equipo está formado por un médico, un enfermero y un TES con base en el Hospital Puerta Del Mar, a un kilómetro apróximadamente del Nuevo Mirandilla. A las 20.10 horas recibimos un aviso de CCU requiriéndonos en el estadio por un varón con 'un infarto'. De camino nos confirman una situación de parada cardiorrespiratoria. Al llegar a donde está el paciente, encontramos a varios aficionados realizando compresiones torácicas y una cara conocida: un compañero médico de 061 EPES que estaba como espectador y que lleno de amargura me dice: 'menos mal que habéis llegado, aquí no hay material para nada'. No había material para acceso venoso periférico. Si lo había, no se había usado. ¿Había un desfibrilador? Sí, había un monitor desfibrilador, pero no se estaba utilizando correctamente. El DESA que lanzó Ledesma a la grada yo no llegué a verlo. Ignoro si se rechazó al haber ya uno".
Sigue contando el médico de emergencias que "el primer trazado de ritmo cardiaco que se obtiene es con nuestro monitor, cuando mi TES coloca los parches, mientras mi enfermero consigue el acceso venoso y yo intubo al paciente. Al ser un ritmo desfibrilable, se procede en ese momento al primer choque eléctrico. Tras varios minutos de trabajo con la inestimable colaboración de quienes entraron en la rueda de compresiones torácicas, el paciente recupera ritmo cardiaco propio y pulso, estando sedo-relajado farmacológicamente por motivos técnicos y clínicos que no vienen al caso. Es en ese momento es cuando nos planteamos iniciar el traslado y pedimos la camilla que nos suben desde el terreno de juego. La famosa imagen del jugador José Mari y el vigilante de seguridad por la grada".
Desaparición de material indispensable para el paciente
El profesional sanitario detalla que, una vez el paciente está en la camilla, se disponen a recoger el material con la sorpresa de que "nuestro material indispensable para la continuidad asistencial de un paciente recién resucitado en una situación muy crítica... ¡Ha desaparecido! Mochila de vía aérea, mochila de acceso circulatorio y medicación, mochila de ataque para pacientes COVID y tablet PC (que solo sirve para registrar la asistencia en la historia clínica del paciente) habían desaparecido, dejándonos inermes en tan complicada situación. Decidimos bajar con la mayor celeridad posible hasta nuestra ambulancia, donde tenemos más material y rezando para que el paciente no pierda la escasa estabilidad conseguida, puesto que tendríamos pocas posibilidades de iniciar de nuevo la lucha".
Una vez trasladado el paciente al hospital, el centro coordinador informa que han localizado el material en el estadio. El equipo de emergencia vuelve para recuperarlo sin saber qué es lo que había pasado con él. Y lo que pasó fue que, al que muchos calificaron de "héroe" de la tarde por haber atendido a un cámara en la grada de tribuna, se había llevado sin permiso dicho material "como si no hubiera nadie más en el estadio capaz de hacer esa función, implicando a jugadores y poniendo en grave riesgo la vida del paciente reanimado. Es como si en medio de un atraco alguien le quita la pistola a un policía porque ha decidido que es el único que puede solucionar aquello. Además, incluye material peligroso y biocontaminante que se vapuleó. Resultado: más de 20 ampollas que iban dentro, rotas. Ensució todo queriendo erigirse en el salvador de todo el estadio, apropiándose de material que no era suyo y que ni siquiera sabía qué contenía ni para qué servía (como la tablet PC) y poniendo el grave riesgo la continuidad asistencial del paciente reanimado".
Y, lo que le parece más grave a este médico de emergencias, que el Cádiz no disponga de "un dispositivo sanitario autosuficiente y depende de que recursos externos vengan a sacarle las castañas del fuego. Solo con los recursos presentes en el estadio, ese paciente nunca hubiera salido adelante. Si hubiéramos estado ocupados atendiendo otro servicio, esa persona no hubiera estado hoy con su familia y estaríamos hablando de un drama. No es cuestión de darse golpes de pecho, es necesidad de poner los puntos sobre las íes y que salga a la luz la realidad de lo ocurrido".
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