En un fútbol de verano marcado en estos tiempos por las giras americanas o asiáticas, disfrutar de clásicos de este tiempo como el Trofeo Carranza siempre es un motivo de alegría para los amantes del fútbol más alejado del negocio.
En una noche que siempre es especial en la Tacita de Plata por todo lo que rodea a este histórico torneo, el Atlético de Madrid alzó su undécima copa al dar buena cuenta de un desdibujado Cádiz CF.
De los amarillos no hubo noticias en prácticamente toda la noche. Estuvieron apagados o fuera de cobertura. Los del Cholo Simeone no tuvieron problemas para ganar de manera fácil y contundente.
Al equipo de Sergio Rodríguez todavía le falta mucho para parecerse a ese conjunto que labró su permanencia en Primera en el último tramo del pasado ejercicio. La grada lo sabe y por eso acabó coreando en la segunda mitad "¿dónde están los fichajes, los fichajes dónde están?".
El partido pasará a la historia como uno más de los típicos de pretemporada. Los colchoneros demostraron tener una mayor preparación a estas alturas del verano y mandaron de principio a fin. Morata adelantó al Atleti, que luego contó con la ayuda de la mano de Saúl para firmar el segundo. Wass y Griezmann pusieron el 0-4 en el marcador al poco de empezar la segunda mitad.
Los rojiblancos levantaron el pie del acelerador y es cuando se vio un poco al Cádiz, que marcó el gol de la honra (1-4) por mediación de Álvaro Giménez. Entre lo más positivo del partido para los locales estuvo el debut de Kikín, joven jugador de Trebujena.