Tras los partidos internacionales la Liga Santander regresa al estadio que todavía se llama Ramón de Carranza. Y el conjunto amarillo lo ha hecho como se fue, con una derrota a sus espaldas. En esta ocasión, frente al mítico equipo de la ‘Réal’ Sociedad –con acento en la ‘e’ y no en la ‘a’, como que diría el bueno de Michael Robinson—, sin Karpin pero con un rubio que a los de Cervera se la ha liao mortal.
El partido comenzó con un homenaje a dos grandes personajes recientemente fallecidos: el exjugador Bolea y el gran Theo Vargas. Vaya nuestro reconocimiento a dos buenas personas, sobretodo a Theo, que como compañero de los medios, aguantó grandes cargas.
Entrando ya de lleno en la crónica del envite, es cierto que la Real tiene un equipo muy completo, con Silva como principal estrella de garantía, pero pa Silva bueno, el que iba en la comparsa de la peña Nuestra Andalucía. No obstante, los amarillos se defendieron como pudieron, sin nadie arriba que hiciera daño, ya a los delanteros no le llaman por su nombre, les llaman los pescaíto en blanco. Qué poco daño hacen a los guardametas, hacen menos pupa que tirarte en la arena seca. Encima salieron los andaluces muy desconcertados, como se nota que la Celaá les ha tocado los colegios semiprivados.
Total, que lo que yo vengo a referir, es que al Cádiz le han perimetrado en la liga. Si bien fue capaz de ganar algún que otro partido, sin el Choco Lozano, sin Negredo y sin Jose Mari, está claro que no da pa más el Cadi. Y mira que yo soy cadista de pura cepa, pero o cambia de rollo Cervera o nos vemos jugando contra el Compostela.
El club de la Tacita de Plata deberá ir a comprar en el mercado de invierno, menos mal que el presidente de la Junta ha estado atento y a los establecimientos de juguetes ha dejado hasta las ocho que estén abiertos.
Y dicho todo esto, le digo a Juanma Moreno que no reúna más a la Junta para dar comunicados perimetrales, que parece un Hermano de Mayor de una cofradía, diciendo que han dao lluvia y no se sale. Nos vemos la próxima semana contra el Barsa, que va a ser más difícil ganarle, que dormir en el casco antiguo en la semana de carnavales.