"Creo que es justo decir que la vida de mi padre hubiera sido diferente si no hubiera sido por Cádiz y Osasuna, que le dieron la oportunidad". Quien realiza esta afirmación es Aimee Robinson, la hija menor de aquel británico de Cádiz, Michael Robinson, que siempre será bien recordado por las gradas del Carranza y El Sadar.
Como bien señala Aimee a lavozdelsur.es, "las relaciones de mi padre con ambos clubes son muy distintas. Una fue en el campo y la otra fue desde la grada". En Pamplona, Robinson puso su corazón futbolístico y en Cádiz se dejó el alma futbolera.
Su recuerdo nunca caminará solo
El pasado 9 de agosto, Liverpool y Osasuna rindieron un homenaje de lo más especial al gaditano nacido en Leicester. Anfield, el campo en el que galopó durante dos temporadas (83-84 y 84-85) entonó un emocionante You'll Never Walk Alone al que siguió una entrañable ovación en recuerdo del carismático presentador y exfutbolista.
Desde el conjunto red llegaría al Queens Park Rangers Football Club, su último equipo en Inglaterra antes de recalar en Osasuna, donde puso fin a su carrera como jugador.
"Osasuna —cuenta su hija— le abrió las puertas a España, lo que fue el comienzo de un viaje espectacular en una nueva cultura, y Cádiz fue la ciudad que le adoptó y ahí intentó agradecer ese cariño aportando donde pensó que mejor lo podría hacer, en el club de fútbol del Cádiz".
"Osasuna le abrió las puertas a España, lo que fue el comienzo de un viaje espectacular en una nueva cultura"
En el Cádiz le hubiera encantado jugar. En la Tacita de Plata se encontraba como uno más de sus habitantes. Le inspiraban las letras del Carnaval y se dejaba llevar por la gracia gaditana. Enamorado del estilo de vida de la gente del sur, cada vez que sus obligaciones profesionales se lo permitían, Michael buscaba su reencuentro con la Gades de sus amores.
Y Robin, parafraseando nuevamente a ese otro maestro inmortal que es Aragón, todo lo que tenía no lo cambiaba "ni por otro amor ni por un continente, no lo cambio porque en este mundo no hay nada más puro que pueda encontrar" que el amor incondicional a dos equipos como Cádiz y Osasuna. "La palabra favorita de mi padre era oportunidad. Las oportunidades fueron muy diferentes, pero ambos equipos le abrieron la puerta y le hicieron sentir que su sangre era española".