De tener el partido ganado en el minuto 90, a perderlo en el descuento. El Cádiz, de más a menos, acabó naufragando ante Osasuna, que repitió el mismo resultado con el que ganó al Cádiz el curso pasado en su campo. El conjunto rojillo apeló a un final épico para asestar un duro varapalo a los de Cervera, que tienen ahora dos semanas por delante para corregir errores y repasar cinco de las curiosidades que dejó la primera derrota en el Nuevo Mirandilla.
El Carranza no botó
La Plataforma Estadio Carranza había lanzado una iniciativa para que la afición gritase al unísono "¡Que bote Carranza!" en el minuto 10 de partido. La acogida fue tímida y la reacción de la grada llegó seis minutos más tarde, pero por otro motivo: el primer gol del partido obra de Álex Fernández.
Las cosas raras del Cádiz
Aunque el final de partido fue de auténtica locura, para Álvaro Cervera no fue un partido "loco". Eso sí, para el técnico amarillo su equipo empezó a "hacer cosas muy raras: empezamos a despejar balones, a conceder centros y al final nos acabaron ganando. En los últimos quince minutos hicimos todo lo que no sabemos hacer".
Sigue la mala racha histórica
El Cádiz no pudo vengarse ni de la derrota de la campaña pasada que supuso el fin de una buena racha ni pudo acabar con esa racha negativa que lleva en los compromisos frente a Osasuna. Los amarillos llevan desde la temporada 86-87 sin ganar en su campo en Liga a los rojillos.
Doble estreno, distinta cara
Osasuna llegaba a Cádiz sin haber marcado un gol en sus dos primeros compromisos ligueros. Su estreno goleador lo hizo a lo grande, con tres tantos y el primer triunfo de la temporada para los rojillos. El bando amarillo también tenía un estreno, pero en este caso negativo: la primera derrota en el Nuevo Mirandilla.
El debut de Andone
Florin Andone, la última incorporación amarilla, debutó en la segunda mitad al sustituir en el minuto 68 a Álvaro Negredo. El Cádiz, en ese momento, iba ganando 2 a 1. Pero el rumano entró en el peor momento, ya que los de Cervera estuvieron muy grises en la segunda mitad, con especial desacierto en los últimos compases de partido.