José Manuel Quintero: "He cambiado mis zapatos por una silla de ruedas, pero sigo siendo el mismo"

El joven deportista chiclanero se ha repuesto de su ausencia en las Paralimpiadas cerrando la temporada con su mejor marca personal. Con un palmarés deportivo envidiable, su historia de superación es todo un ejemplo para el deporte

Quintero, un deportista que no pierde nunca la sonrisa.

Un espejo en el que debe mirarse el deporte

José Manuel Quintero (Chiclana, 1998) soñaba de pequeño con ser militar y jugador de waterpolo, pero sus sueños cambiaron de dirección el 10 de julio del año 2012. Aquel día le operaron la espalda por un ependimoma (tumor benigno) que fue diagnosticado de casualidad, ya que no tenía ningún síntoma. Lo vieron al hacer una resonancia porque se hizo daño entrenando. Los médicos dijeron que lo mejor era operar, que sería sencillo. Pero la siguiente noticia que tuvo después de pasar por quirófano fue: "Si en 72 horas no has vuelto a mover las piernas, estarás en silla de ruedas para toda tu vida". Así, sin anestesia en el mensaje, le comunicaron el resultado de la intervención. Una lesión medular debido a una negligencia médica. Por lo que una silla de ruedas le acompaña desde entonces.

Un año estuvo ingresado en Toledo en el Hospital Nacional de Parapléjicos. Su vida había cambiado por completo, pero Quintero, lejos de rendirse, empezó a crecer y crecer. "Aquello me hizo mirar únicamente al presente. Por mucho que planifiques las cosas, todo puede cambiar en un segundo". El guion de su vida se escribió con otras letras. Regresó a los estudios, cambió el waterpolo por la natación en aguas abiertas y conquistó, casi nada, el campeonato del mundo de duatlón (2019). A sus 22 años, su trayectoria deportiva es simplemente impresionante: campeón de Europa, numerosos campeonatos de España y un cuarto puesto por relevos en campeonato del mundo de atletismo disputado en Dubai en 2019.

Entre sus sueños también estaba participar en las Paralimpiadas de Tokio, pero otra vez el destino quiso ser caprichoso y se ha quedado fuera de la lista de participantes de la selección nacional. Un duro revés deportivo, pero José Manuel está acostumbrado a luchar para superarse a sí mismo y seguir disfrutando del presente.

Te llevas el palo de no poder estar en Tokio y a los pocos días superas tu mejor marca personal. No deja de ser esto un ejemplo de lo que es tu vida: superación y no rendirte a pesar de las adversidades. 

Hay cosas que no están en nuestra mano. Lo que sí está en nuestra mano es cómo afrontamos las cosas. Hay que afrontarlas de manera positiva y luchando por lo que te apasiona. Puse en redes sociales que no iba a estar en Tokio, pero iba a luchar por estar en París. Los demás están entrenando ahora para Tokio y yo ya estoy entrenando para París. Esa es la ventaja que les llevo. Hay que verlo así. La vida es así. A veces las cosas van bien y otras, mal. No está en nuestras manos controlar las cosas. Lo que sí podemos controlar es nuestra cabeza, nuestra actitud y la forma de afrontar esos momentos. Son cosas que te enseñan. Todo lo que ha pasado esta temporada es un aprendizaje que me llevo como deportista. Seguro que me va a ayudar para preparar París.

La gente de fuera del deporte no llega a entender las situaciones de estrés a las que está sometido un deportista. Lo hemos visto recientemente en el caso de Simone Biles. La presión y responsabilidad es tremenda. Te juegas años de trabajo a una única carta. 

Si le preguntas a cualquier deportista de alto rendimiento te va a decir que ha pasado por un momento duro de bajón, de sentir que todo el trabajo al final no tiene el resultado que esperaba. Es el problema del deporte. Por ejemplo, mi caso. Quedas cuarto del mundo, estás preseleccionado para los Juegos, tienes un montón de posibilidades y estás becado por el Comité Paralímpico. Pero como en los siguientes campeonatos, en el plazo de unos meses, no demuestres que sigues teniendo ese nivel, ya sea por una lesión, por no estar centrado por alguna razón personal, por lo que sea, lo pierdes todo. El cuerpo no es una máquina.

Y entran en acción muchos factores...

Yo quizás puedo estar entrenando perfecto y a lo mejor llega el día del campeonato y como algo que me cae mal o el cuerpo no me responde. Entonces todo está tirado a la basura. Tú te preparas unas oposiciones, pero lo que tienes estudiado, lo tienes estudiado. En el deporte, te hartas de entrenar para conseguir un pico de forma que te dura muy poco. Al final, aunque hayas entrenado bien y tengas el cuerpo para dar el cien por cien, puede aparecer cualquier factor externo que te falle y entonces la has cagado. A mí me ha pasado que creía que podía hacer una buena marca y he tenido viento, que a partir de dos segundos las marcas ya no son oficiales, o ha llovido. Se han dado una serie de acontecimientos que no están en nuestras manos, pero que afectan al coco. Piensas que estás dándolo todo, pero que a lo mejor no sirve para nada. Y eso te lleva a reflexionar sobre lo que estás haciendo.

Quintero, con sus compañeros del relevo español.

Al final es una exigencia contigo mismo y una presión por la responsabilidad hacia los demás.

Es la presión que tú te pones. En mi caso, es más la que yo me pongo que la que me ponen las demás. Quieres hacerlo bien. Estás dejando muchas cosas atrás por ese sueño. Disfruto de los entrenamientos, del campeonato, pero no es nada fácil afrontar un mal resultado después de tanta lucha. 

¿Cuánto tiempo le dedicas al deporte?

Actualmente me dedico al cien por cien. Entreno normalmente dos veces al día, aunque hay algunas veces que es una sesión. Entreno de lunes a sábado y descanso el domingo. Llevo una buena alimentación, voy al fisio, duermo mis ocho horas. Son una serie de cosas que te ocupan al día. Por la mañana, el atletismo me lleva un par de horas. Luego, el gimnasio me lleva dos horas. Las horas de margen las dedicas a estirar, hablar con la federación para tramitar el papeleo o hablar con algún patrocinador. Cuando eres deporte minoritario, tú te encargas de todo. Te tienes que encargar de los campeonatos y de buscar la financiación. 

Vamos, un trabajo. Vives por y para el deporte.

Sí, pero no se podría considerar trabajo porque cuando tienes una beca lo que te da es para subsistir. Esto lo hago porque me apasiona, me gusta y tengo una edad en la que puedo permitirme dedicarme al deporte y ver hasta donde puedo llegar. A no ser que seas futbolista, vivir del deporte es casi imposible. Y más cuando es un deporte minoritario o Paralímpico". 

 
El atleta de Chiclana, junto a Adiaratou Iglesias, su compañera de selección.

¿Sueñas ya con París 2024?

Ahora estoy un poco planteando cómo vamos a afrontar la próxima temporada. El principal objetivo será el Mundial de Japón. Al final, no he podido estar en los Juegos, pero espero visitar Japón de una manera u otra. El Mundial es el principal objetivo y ya veremos cómo llevar a cabo la preparación, con diferentes concentraciones que vamos a hacer durante todo el año. Estamos pendientes de saber cuándo se van a celebrar los campeonatos de España y los internacionales. Ahora todos están centrados en los Juegos y hasta que no se termine no se paran a planificar el resto. A partir de octubre o noviembre ya empezarán a aparecer controles de tiempos y ya estaremos a punto. 

No entiendo mi vida sin el deporte. Es una herramienta que te aporta valores como el esfuerzo, el sacrificio y luchar por tus sueños

¿Te ha transformado el deporte o hubieras llevado el mismo camino de no haberte quedado en silla de ruedas? 

No entiendo mi vida sin el deporte. Desde pequeño era deportista. Sí que es cierto que cuando tuvo más importancia fue cuando me quedé en silla de ruedas. Que de un día para otro vas a estar en silla de ruedas para toda tu vida, con trece años, en plena adolescencia. Fue una etapa muy dura, un momento bastante malo. Tuve que rehacer mi vida con trece años, en plena edad del pavo, con las tonterías de la adolescencia. Tuve una maduración obligatoria. No porque quisiese, sino porque era lo que había. Todo lo que viví fue duro, pero el camino me hizo más fuerte. Volver al instituto y hacer cualquier cosa que antes parecía fácil y que ahora requiere más esfuerzo y te acabas haciendo más fuerte.

¿Fue el deporte una tabla de salvación?

Sí, totalmente, fue lo que me ayudó a salir adelante. El deporte me dio un objetivo, me dio felicidad y algo por lo que luchar. Y de ahí me permitió ser lo que soy hoy. Es una herramienta que te aporta valores súper importantes como son el esfuerzo, el sacrificio y luchar por tus sueños. El deporte tiene un papel muy de inclusión. Yo entrenaba y competía en campeonatos con personas sin ningún tipo de discapacidad. Eso era como una forma de hacerle ver a la sociedad que yo era uno más, que Quintero era el mismo chaval de siempre. He cambiado mis zapatos por una silla de ruedas, pero sigo siendo el mismo. 

En el mundial de atletismo celebrado en 2019 en Dubai

Ojalá algún día no se hable de discapacidad y sí de la capacidad que tenemos todos. Estamos empeñados en ponerle etiquetas a todo... 

A mí eso me da igual. No soy el típico que se fija en la palabra que van a utilizar, si discapacidad o persona con diversidad funcional. No le tomo demasiada importancia. Sí hay palabras que hay que sacar del diccionario como tullido o inválido, que creo que ya utiliza poca gente. El hecho de que me digan discapacitado o con diversidad funcional no va a cambiar mi vida. Que me llamen como quieran. 

El hecho de que me digan discapacitado o con diversidad funcional no va a cambiarme. Mi silla es mi compañera de vida

Pero a veces se desvían los discursos con otras intenciones, como lo que ha pasado con Ana Peleteiro y Ray Zapata, medallistas en Tokio. 

Lo importante es el respeto. Cada persona es como es. Yo me lo trato de tomar con buena filosofía y con humor. Qué más da lo que me digan. Mi silla es mi compañera de vida.

En redes transmites una positividad increíble. Tus conferencias tienen que ser una inyección total de vitalidad. ¿Qué te aportan? 

Las conferencias me dan la satisfacción de poder ayudar a otras personas que estén pasando por un mal momento. Mucha gente dice: "sí, ayudar a alguien que se ha quedado en silla de ruedas", pero no me dirijo solamente a personas que hayan pasado por algo similar a lo mío. Todo el mundo tiene sus momentos de bajón, de estar tristes. Yo también tengo momentos de estar bajo de ánimos. Poder ayudar a personas a que pasen esa ansiedad, ese momento malo, y puedan salir de ahí con más fuerzas, a mí me aporta mucho. Si con mi experiencia de vida, con todo lo que he vivido y he aprendido, puedo ayudar a otras personas a afrontarlo de otra manera, seguiré haciéndolo porque me hace superfeliz. Igual que me da mucha fuerza el apoyo que recibo por parte de mi familia, mis patrocinadores y todas esas personas que, aunque no las conozco, me mandan muchos ánimos y mensajes positivos a través de las redes. 

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