Muchos futbolistas de élite deberían aprender de la sencillez que está mostrando toda una estrella del balompié mundial durante sus vacaciones en Andalucía.
De conversar tranquilamente en un chiringuito con Joaquín a jugar en la arena con un grupo de chavales. Erling Haaland, uno de los grandes fichajes del mercado veraniego, no va de estrella.
El noruego se integró como uno más entre unos jóvenes para disfrutar del típico juego que consiste en que no caiga el balón al suelo.
Ante el asombro de muchos de los que se encontraban en la playa, el nuevo jugador del Manchester City dejó atrás la aureola de seres superiores que rodea a muchos futbolistas para comportarse de una manera natural que ha conquistado a mucho de los aficionados al fútbol.