Todo ocurrió en los minutos finales del partido de fútbol de la Cuarta Andaluza Cadetes que enfrentó al Écija Club de Fútbol con el CD Mairena. Con el resultado de 3-2 para los locales, el conjunto visitante empate en los últimos instantes. En el momento de la celebración, el delegado del Mairena se dirige a la granda, donde se encuentran aficionados de ambos equipos, echándose la mano a sus partes, en un gesto de clara provocación.
Un padre del equipo local que se encuentra en la grada le dice que se dirija allí y se lo haga a él. El delegado, ni corto ni perezoso, abandona el banquillo y abre la puerta que da acceso a la zona donde se encuentran los aficionados. Es ahí donde se forma la marabunta. Un "hecho bochornoso que mancha el fútbol y da mal ejemplo a unos chavales de 14 y 15 años", lamenta el Écija CF en un comunicado.
El delegado propinó un puñetazo al padre referido, lo que provocó que su hijo, que se encontraba entre los jugadores del partido, saltase también a la grada. Tras la lluvia de golpes, la situación pudo controlarse, aunque el delegado visitante rompió también el mobiliario del banquillo visitante.
"Creemos que esto es fruto de un acto de un energúmeno que utilizan el fútbol para expresar sus frustraciones, personas que hay que apartar y sacar de nuestro deporte. Queremos agradecer al entrenador, a sus directivos, y familiares de jugadores presentes del CD Mairena, su actuación en todo momento con nosotros. Pedimos al CD Mairena y la Federación Sevillana de Fútbol que tome medidas para erradicar estos brotes graves de violencia", señala el conjunto astigitano en un comunicado.
"El fútbol no puede ser violencia, no puede ser guerra, queremos a todos los violentos fuera de nuestro querido deporte, ni un segundo más en el fútbol. Nuestro fútbol, el que queremos, el que amamos, el que es el deporte más apasionante del mundo, es educación en valores, es salud, es trabajo en equipo, es solidaridad, es superación, es vida... y nunca debe ser violencia", añade el Écija CF.
Tras el incidente, la Policía Nacional llegó a las instalaciones deportivas, donde el padre que recibió el puñetazo mostró su intención de denunciar. Su hijo, que estuvo forcejeando con el delegado, también recibió una serie de golpes. Después del partido acudió a un centro médico y el parte de lesiones, donde figuran los rasguños que presentaba el menor, ha sido presentado junto a la denuncia.
Una vez calmadas las aguas, el delegado del Mairena se ha puesto en contacto con el Écija en numerosas ocasiones para mostrar su arrepentimiento por todo lo ocurrido. Ha comentado que todo fue fruto del nerviosismo y que nunca había sido protagonista, tras muchos años en el fútbol, por algo parecido.
"Es triste que seamos protagonistas por un hecho de este tipo. Soy padre también y entiendo a todo el mundo, pero no concibo la agresión en el fútbol. Este hombre nos ha pedido perdón y entendemos que todo el mundo se puede equivocar, pero tenemos que acabar con la violencia en el fútbol", destaca Mario Tirado, director deportivo del Écija CF, a lavozdelsur.es.