Un juzgado de Barcelona está investigando al presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, por un presunto delito de estada de 4,7 millones de euros, según informa El Periódico de Catalunya.
La historia es la siguiente: una familia de tres miembros, los padres y una hija enfermera, resultaron premiados con un boleto de la Primitiva por 34 millones de euros. La familia acudió a comprarse un Lamborghini a un concesionario barcelonés.
Allí, el comercial les dijo que su pareja era asesora de Bankinter, y que podría ayudarles a gestionar su dinero.
Así, decidieron siguiendo los presuntos consejos de la profesional 2,4 millones de euros al 6% de interés en una sociedad con sede en Hong Kong, CSSB Limited, con una firma del contrato en noviembre de 2017.
Laporta, como abogado, habría actuado en el contrato como representante de la sociedad, vinculada al club de fútbol Reus, actualmente desaparecido. Laporta siempre negó haber estado vinculado a esta sociedad.
El problema es que Laporta también habría asesorado a la familia, sin conocimientos financieros, y llegó a invitarle al palco del Camp Nou aprovechando su relevancia pública.
De los 792.000 euros que debían haber ganado en sucesivos contratos, cuando la inversión-préstamos a CSSB Limited alcanzaba ya los 4,7 millones, tan solo percibieron 84.000 euros, además de no recuperar el dinero invertido.
El próximo lunes está llamado a declarar Laporta en un asunto producido entre 2016 y 2018, años en los que se mantuvo en la actividad privada, alejado tanto del mundo del fútbol como de su salto a la política, cuando fundó Democracia Catalana y llegó a ser concejal.