La prensa de Soria no duda en presumir del soriano Manuel Gómez por sus éxitos deportivos. Realmente es de Jerez, dio el paso con 18 años de irse a la ciudad castellanoleonesa para sacar el máximo provecho a sus grandes condiciones y bien que lo está aprovechando.
En el reciente campeonato de España sub-20 mejoró su marca personal al superar el listón de 5,20 metros en la pértiga y consiguió la medalla de bronce. Anteriormente había logrado el oro en el campeonato autonómico absoluto en pista cubierta y otro oro en el mismo campeonato, pero al aire libre.
Ahora forma parte del Club Atletismo Numantino a través del Centro de Tecnificación Deportiva de Soria, que trabaja en el perfeccionamiento y la tecnificación de los deportistas que puedan tener un futuro en la alta competición. Vieron las cualidades de Manu y, un año después, están encantados con el rendimiento del jerezano. Ahora está de vacaciones en Jerez, pero de reojo está pendiente de lo que pueda pasar de cara al Mundial sub-20 de Perú porque está de reserva y la Federación le ha pedido que tenga el pasaporte a punto por si tienen que tirar de él.
Descubrió el mundo de la pértiga casi por casualidad después de haberse iniciado en el atletismo en otras especialidades y ahora su vida gira en torno a ella. "Aquí no había buenos medios ni buenas instalaciones. Al final no sentía que estuviera bien asesorado por parte del entrenador que tenía aquí, me dieron la opción de irme para allá y no me lo pensé, contando siempre con el apoyo de mis padres", relata a lavozdelsur.es.
Dani y Rocío, sus padres, recuerdan aquel momento con toda naturalidad. "Nunca tuvimos ningún tipo de duda porque él lo tenía clarísimo. Se veía que aquí ya tenía su tope. Entonces le surgió la oportunidad, contactaron con él, le dieron su beca y en casa ni siquiera hubo debate. Él tenía muy claro lo que quería hacer, ese es su sueño, su motivación y no queríamos que se quedara con la espina de no haberlo intentado. Sabía perfectamente que si quería progresar tenía que salir de aquí".
Puso fin a ocho años compitiendo en Chapín y tomó la decisión de centrarse en el deporte, pero siempre con los estudio en paralelo. Está estudiando un Grado Superior de Educación Física, pero ha abierto un paréntesis con el permiso de sus progenitores: "Siempre hemos sido muy estrictos con los estudios. En un niño de 15 años lo primero es lo primero, le pusimos ciertos niveles, tenía que sacarte el Bachillerato, tenía por lo menos tener selectividad. Por nuestra parte es una especie de paréntesis en su desarrollo profesional. Ahora mismo está centrado en lo que tiene que estar centrado, que entendemos que es lo que le hace feliz y que es su sueño. Tiene 19 años, toda la vida por delante y está en el momento de ver si realmente puede llegar a donde él quiere llegar o no. En el momento que vea que se estanca, entonces volveremos a sentarnos a analizar y tomar una decisión", explican sus padres.
Manu tiene claro que puede ser alguien importante en el mundo del atletismo y va a entregarse al máximo para conseguirlo. "Yo lo que quiero es romper una barrera. De los pertiguistas españoles ninguno pasa de 5,60. Históricamente sí han pasado, pero en las últimas décadas no. Yo quiero hacerlo, no quiero quedarme estancado. Mi idea es hacer algún día 5,80 y poder ir a los Juegos de Los Ángeles. Yo lo veo factible".
Está dispuesto a renunciar a todo lo que suelen vivir los chicos de 19 años para conseguirlo. "Cuando veo que se acercan las competiciones, soy el más estricto. Me gusta llevar la alimentación perfecta, suplementación perfecta, no salir, no beber y no acostarme tarde. Para mí no es un sacrificio. Las personas que realmente están enfocadas en lo que quieren hacer, en su objetivo, en sus metas, lo llevan mejor".
Echa de menos a su familia, pero sabe que estar en Soria le puede permitir alcanzar objetivos impensables si se hubiera quedado en su zona de confort. Piensa en Los Ángeles, pero con los pies en el suelo. "Yo soy pragmático y a mí me gusta ir paso a paso. Ahora mismo yo me quedo con una frase que mi padre me dice siempre: centímetro a centímetro, a colación con los saltos que tengo que dar".
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