Partido timorato y discreto el jugado en el Martínez Valero, con un equipo amarillo con dos caras bien diferenciadas: una mala y otra pa to sus cuernos. Si bien en la primera parte el único equipo que existió en el campo fue el conjunto ilicitano, en la segunda parte entregó la batuta a un Cádiz que vuelve a demostrar a las claras, que tiene menos fondo de armario que Ramón García pa las campanadas.
Los del Elche se adelantaron primero, con un extraordinario tiro cruzado del argentino Boyé, pero hablando de tiro, delito tiene el que peló al entrenador del Elche, qué bastinazo. Que parece el muchacho que se ha pelao y la ha pagao a plazos. Hecha esta aclaración, conviene resaltar la actuación de otro argentino, el canguro Ledesma, que en este partido no ha sumado muchas cantadas y eso ya en sí es una gesta.
La cosa iba de pamperos, quizás en homenaje al bueno de Diego, que descansará ya en la gloria de los astros del balompié, dejando a Argentina llorando y a los Colombianos na más que vendiendo café.
El propio delantero ilicitano se atrevió a darle un codazo al bueno de Fali, que aunque nuestro gitano no le devolvió el golpe, quedó fuera del campo con sus primos y le dijo al del Elche: “Eh, en las espera te esquino”.
Al Cádiz le pitaron y no le pitaron un penalti en cuestión de minutos, ya que el colegiado, que aunque en un principio observó el empujón al bueno de Jhonson -jugador revelación sin duda y blanco que de la mar su espuma-, después de ver el VAR dijo que nones. Y se quedaron los del Cádiz, con to la cara para chupar caracoles.
Total, que lo que yo me vengo a referir, es el que el Cádiz demuestra una vez más lo que le cuesta hacer un gol. En esta ocasión jugando con uno menos media parte, sin duda al Pelusa, con fútbol no le hicieron ningún homenaje. Debutó Adenkanye, que el nigeriano la patita ya enseña, pero tiene los pelos más tiesos que la fregona de una peña.
En definitiva, que el conjunto de Cervera ha dispuesto de una oportunidad de oro de sumar tres puntos frente a un rival inmediato, pero a ver si se lleva un día a los jugadores a Las Lomas y que practique el tiro al plato. Y como le ganemos al Barsa y consiga la machada Álvaro Cervera, vamos a acabar más contento que Koeman encerrado en una bodega.