Olga Carmona, la sevillana que dejó el flamenco para ganar un Mundial: su paso por una psicóloga fue clave

La lateral criada en la cantera sevillista pasó de pegar balonazos en Nervión a meter los dos goles que han hecho historia para el fútbol español

La sevillana Olga Carmona, en la final del Mundial.

Imaginen por un momento meter el gol de la victoria en la final de un Mundial. El único gol. Cuántos han querido en la última década parecerse a Andres Iniesta. Pues ahora imaginen que el gol de la semifinales también fuera obra propia.

Eso es lo que ha logrado Olga Carmona (Sevilla, 2000), lateral izquierda de la Selección y capitana que este domingo ha entrado en la historia del deporte español. Metió el 2-1 en las semifinales, y el 1-0 de la final, ambos tantos imprescindibles para estrenar la estrella en el pecho de la Selección.

La historia de Carmona comenzó jugando en el Sevilla FC, el equipo de su barrio, Nervión. Su madre, Olga García, en la SER, explicaba esta semana que habían insistido en que se dedicara al baile flamenco, pero la insistencia de la entonces niña de 7 años pudo más. Probaron también con la natación y con el tenis, pero nada.

En una entrevista en El País, explicaba este mes de julio que sus primeros balonazos fueron con sus hermanos, Fran y Tomás. "Después de un tiempo me dejaron jugar con ellos y aunque había diferencia de físico, ya era rápida y regateaba".

Pasó trece años en la cantera del Sevilla. En 2020, el Real Madrid la fichó para su proyecto por entonces recién estrenado. Pasó de jugar en el extremo al lateral izquierdo, una posición defensiva y menos protagónica en ataque, algo que provocó que sufriera por momentos, hasta que logró adaptarse

El salto al Real Madrid conllevó momentos de mucha presión. En la entrevista, explicaba también que sufrió muchos cambios al marcharse con apenas 20 años a la capital para defender un escudo con mucho peso. "De repente me paraban para pedirme autógrafos", rememoraba. "Necesitaba herramientas para aprender a gestionar estas situaciones".

Gracias a su trabajo con una psicóloga deportiva, consiguió desarrollar "herramientas para aprender a gestionar" este tipo de situaciones. "Es para mejorar en todo, también como persona".

Tras marcar el 1-0 definitivo en la final del Mundial, se levantó su camiseta con un mensaje. Estaba dedicado a Merchi, madre de una compañera en el Sevilla y amiga suya, que falleció. "Esta victoria va para la madre de una de mis mejores amigas, que ha fallecido recientemente", dijo a los micrófonos de TVE.