Debutó con el Cádiz hace más de medio siglo y durante seis temporadas seguidas estuvo firmando goles en amarillo en Segunda (cinco campañas) y Tercera (un año) hasta que le llegó la llamada de uno de los históricos del fútbol español. A finales de la temporada 74-75, el Atlético de Madrid puso sus ojos en Francisco Baena Jiménez (Cádiz, 1949), por el que pagó quince millones de las antiguas pesetas.
A su llegada a la capital de España se encontró con un sabio de Hortaleza que le exigió lo máximo desde el banquillo. Inolvidable el genio y figura de Luis Aragonés. En el club rojiblanco cumplió ese sueño que perseguía Rubiche de ver a su hijo en Primera División. Precisamente, desde el equipo infantil del Tabacalera, club fundado por su padre, llegó Baena a las categorías inferiores cadistas.
Del Atlético de Madrid pasó al Alavés, donde jugó una temporada para regresar al viejo Carranza, colgando las botas a principios de la década de los 80. Tras su carrera futbolística lo intentó en el mundo de los negocios, pero no tuvo mucha suerte.
Entrenador en todas las categorías inferiores
Paco Baena es uno de esos mitos vivientes del cadismo. Un nexo de unión entre generaciones pasadas y presentes. ¿Qué ha sido en los últimos años de aquel excelente rematador de cabeza? ¿A qué se ha dedicado en todo este tiempo el otrora goleador cadista? "Después de montar el negocio regresé al Cádiz como técnico y entrené en todas las categorías inferiores hasta llegar al Cádiz B. Luego estuve en el primer equipo como segundo entrenador con 15 o 16 entrenadores. También estuve dos años en el Rayo Vallecano y ahora sigo en el Cádiz como embajador junto a Pepe Mejías".
También Paco Baena cuenta con una puerta a su nombre en el Nuevo Mirandilla, algo que agradece a la actual directiva. "Hemos tenido presidentes que no se han acordado de los veteranos. Desde que está Vizcaíno se están acordando de nosotros. La verdad es que se están portando genial. Otros presidentes que he tenido no nos han hecho nada. Ha tenido que venir uno de Sevilla para darnos valor a nosotros”
"Ha tenido que venir un presidente de Sevilla para darnos valor a los veteranos"
Esta etapa como embajador cadista la está disfrutando al máximo. "Tengo el contacto con los aficionados que antes no tenía y disfruto mucho cuando vamos a los colegios y compartimos experiencias con los niños. Gusta que te recuerden por tu paso en el club. Y siempre se disfruta mucho en las visitas a las peñas. Con el covid hemos estado parados, pero otra vez volvemos a estar en compañía de la gente", destaca.
Lo que no le gusta a Baena es el fútbol actual. "Ha cambiado mucho. Hay equipos que juegan sin delanteros cuando el fútbol es meter goles y para meter goles cómo vas a jugar sin delanteros. Casi todos los partidos son empate a cero o a uno. A mí el fútbol de ahora no me gusta. Me gustaba más el de antes. Si los futbolistas de mi época jugasen en los campos de ahora, con los balones de ahora, todos los futbolistas de mi etapa jugarían en Primera División y los de ahora no jugarían en los campos que teníamos antes".
Para la que ha sido su afición durante toda una vida en amarillo solo tiene palabras de agradecimiento "El Cádiz es todo para mí y la del Cádiz es la mejor afición del mundo. Llenamos el campo, animamos desde el primer minuto y si pierde el Cádiz no pasa nada. La verdad es que está todo el mundo con el Cádiz. Vamos a ver si tenemos la suerte este año de quedarnos en Primera otra vez", subraya el embajador cadista.
"La del Cádiz es para mí la mejor afición del mundo"
Y como embajador y referente cadista también tiene palabras para los más jóvenes, para el futuro de la entidad. "A los chiquillos que están jugando al fútbol lo que les digo es que lo primero son los estudios. En la época mía acabé el fútbol y no tenía estudios. Puse un negocio sin tener ni idea y lo perdí. Si hubiera estudiado un poquito lo mismo todavía lo tendría. Lo primero de todo es estudiar, hacerle caso a los entrenadores y que le digan a sus padres que no se metan en los partidos. Los chiquillos tienen una táctica en el vestuario y llegan los padres y se ponen a decirle cosas. Lo que hacen es perjudicarlos. Padres que no han jugado al fútbol, que no tienen idea y que quieren saber más que el entrenador".
Palabra de Baena, un cadista que lleva más de medio siglo en el club amarillo contando sus años como canterano, jugador del primer equipo, entrenador y embajador. Toda una vida unida a la pasión por unos colores.