Los África, la colonia felina controlada por un grupo de gaditanas en el Campo del Sur

Estas voluntarias llevan desde la pandemia cuidando a los gatos que conforman este asentamiento, que estuvo al menos seis meses abandonado, y abogan por la implementación del método CER en Cádiz para una gestión ética de los habitantes gatunos de la ciudad

María con parte de la colonia felina controlada.

En uno de los recovecos del Campo del Sur, allá donde empieza o termina -según se mire- las casitas de colores, unos vecinos peludos y cuadrúpedos encuentran su hogar entre los bloques que resguardan la muralla de este áureo paseo. Son Los África, una colonia formada inicialmente por 50 gatos, en la actualidad son 30, atendidos desde hace aproximadamente un año, primero por María, a la que se le unió un grupo de amantes de los animales durante la pandemia. Basta con asomarse a la balaustrada para divisar un cartel blanco que advierte al viandante de que está ante una “colonia controlada” y son sus pequeños habitantes los que testifican su realidad, mostrando curiosidad por todo aquel que se acerca.

Los África no se entendería sin María, que fue la que empezó a alimentar a estos gatos coincidiendo con su retorno a Cádiz, después de una temporada trabajando fuera. “Al poco de comenzar a darles de comer me di cuenta de que aumentaban las camadas e inmediatamente pensé: O les sigo dando de comer y me involucro o me voy a mi casa a mirar para otro lado”. Este fue el punto de inflexión que hizo a esta gaditana movilizarse y formarse en torno a la gestión ética de las colonias felinas y el bienestar animal.

Hoy es día de alimentación y captura. Esto quiere decir que la cooperación de las voluntarias y voluntarios de la colonia es total. María es la primera que baja a la zona de la colonia y los gatos inmediatamente le hacen fiesta. Resulta curioso ver a tantos animalitos en un cubículo pendientes de un mismo objetivo. Para ellos, María es sinónimo de cuidados y alimento, pero esta vez, trae consigo un trasportín que le ayuda a bajar su compañero Jesús. La labor de captura consiste en coger a uno de los gatos de la colonia que todavía no están esterilizados, para llevarlo al veterinario y que este realice el procedimiento pertinente de castración, marcaje y desparasitación. Durante el proceso de captura no debe haber ruido ni presencias cercanas, porque podrían perturbar y distraer a los gatos. Desde lejos se advierte cómo se mueve María por la zona; parece una felina más. Entre bloques, acompañada de un paté a modo de anzuelo, va en busca de algún ejemplar sin marcar.

Voluntarias y voluntarios de Los África, esta semana. Juan Carlos Toro

Mientras dura el proceso, Tere, otra de las voluntarias, muestra el censo de los gatos de la colonia. En la actualidad hay un total de 30 gatos controlados, en su mayoría hembras. Hay predominancia de colores oscuros y carey, algunas de tipo “vaquita” (blanco y negro) y dos que presentan el contraste de la familia: Rubio y Gris, en clara referencia al color de su pelaje. Tere explica que además llevan gestionadas 14 adopciones salidas de la colonia, dos gatos tutelados, llamados Pirata y Chica, y cinco adopciones externas.

“La gente nos llama cuando se encuentra a un gato y nosotras ayudamos al proceso de puesta en adopción. Es algo complejo porque hacemos entrevistas a las personas interesadas, vemos que la casa recoge las prestaciones necesarias para la habitabilidad del gato, les hacemos firmar un contrato por el que se compromete a esterilizarlo y hacemos un seguimiento de al menos seis meses”, explica esta voluntaria. Destaca la historia de la última adopción externa, que para sorpresa del grupo no fue de un gato, sino de un pato. “Lo encontraron abandonado en el Parque Genovés y conseguimos buscarle un sitio. Ahora vive feliz entre ocas y otros animales”, acierta Tere, que entiende que la buena labor del grupo trasciende a lo esencialmente felino. “Aquí estamos por los animales”, concreta.

“En Cádiz funciona la colectividad y el boca a boca entre las vecinas"

El equipo voluntario de Los África está formado por unas 20 personas que se reparten las tareas como buenamente pueden. Tienen grupo de coordinación en Whatsapp y Facebook, además de perfiles en las diferentes redes sociales, donde van colgando información relativa a la colonia. Las voluntarias acuden cada dos días a dar de comer a los gatos y limpian el asentamiento felino todos los sábados. Desde que se conformó Los África como una colonia controlada, se han adecentado las casitas donde pernoctan, han habilitado dos grandes areneros que son limpiados con palas, zonas de césped artificial y comederos adaptados para evitar que las gaviotas se coman el alimento de los gatos. El olor del que se aquejaban algunos vecinos ha remitido y la posible basura que se encuentre alrededor, desde Los África invitan a comprobar si es generada por los gatos o si en cambio es vertida por el ser humano. “Desgraciadamente todavía hay gente que utiliza los bloques como basurero”, comenta María. 

Dos de los voluntarios. Autor: JUAN CARLOS TORO

En Los África “es bienvenida toda persona que ame a los animales” y hay diferentes vías para colaborar con ellas: la donación de comida y arena (seca y húmeda) o la aportación de mantas, casetas y demás prestaciones para la colonia. En sus redes también informan sobre los puntos de recogida y facilitan el contacto para cualquier asunto relacionado con donaciones y ayuda de cualquier índole. Todos los gatos de la colonia están amadrinados o apadrinados, lo que supone una cuota mensual de 6 euros con el fin de sufragar gastos de comida y veterinario. Además, disponen de camisetas, bolsos y chapas a la venta para toda aquella persona que quiera aportar su granito de arena a la causa. “Cada vez que llevamos a una hembra al veterinario son mínimo 80 euros y 60 si es un macho”, comenta María a propósito de la importancia de las donaciones. Llevan un total de 19 esterilizaciones gracias a la colaboración de la clínica veterinaria Nueva Tavira.

Método CER en pos de una gestión ética

La principal petición de este grupo de amantes de los animales es que se aplique el método CER en Cádiz, que responde a las siglas de “Captura, Esterilización y Retorno”. Para que esto pueda darse “es imprescindible la comunicación entre instituciones y cuidadoras”, afirman desde Los África. Es la única forma de controlar éticamente a una colonia. Sus voluntarias apuntan a la eliminación de peleas y marcaje de los gatos, la mejora de su salud, además de evitar la superpoblación con este método. De esta manera los gatos continuarían con su función anti-plagas de cucarachas y ratas, mientras se aporta estabilidad al ecosistema y se fomentan los valores de respeto y convivencia. Desde que este grupo comenzara los cuidados, han observado una gran mejoría en los gatos que se manifiesta en la subida de peso, el brillo en su pelaje y un mejor carácter de los felinos. “Los gatos necesitan mimos y limpieza, pero eso no es labor individual sino que precisa de la concienciación y el trabajo comunitario”, advierte María.

El grupo de Los África. Autor: JUAN CARLOS TORO

La importancia de las cuidadoras

Muchas gaditanas y gaditanos seguramente recuerden a Cristina, quizás no por su nombre, pero sí por ser la mujer que alimentó durante años a los gatos del Campo del Sur en frente de Capuchinos. Cádiz Felina es la colonia a la que nos referimos y fue pionera en los cuidados a este tipo de gatos, conocidos como callejeros o ferales, ahora atendidos por las hijas de Cristina, que falleció hace pocos meses. La labor del cuidado animal también está fuertemente feminizada, motivo por el que desde Los África reivindican el trabajo de la cuidadora con A, a pesar de que también existan hombres dedicados a la causa. Estas mujeres, mal llamadas ‘las locas de los gatos’, realizan un trabajo encomiable sin ningún respaldo económico y bajo una fuerte estigmatización social. En la actualidad existe cierto choque generacional, pues las mujeres que se incorporan están más formadas que las cuidadoras de hace 50 años. “La mayoría de las cuidadoras de Cádiz son mujeres mayores que no tienen ni recursos ni medios para implementar el método CER que le estamos exigiendo al Ayuntamiento, por eso es tan importante la formación de las cuidadoras”, señala María.

“Pedimos la implicación de la Concejalía de Bienestar Animal”

No obstante, la dedicación de estas personas no es suficiente y necesitan de la implicación de las instituciones. El martes pasado se reunieron con la concejala de Bienestar Animal, Lorena Garrón, para exponerle la situación de las colonias felinas en Cádiz y presentarle algunas de las medidas que están siendo efectivas en otras ciudades como San Fernando o Barcelona, precursora en la gestión ética de colonias felinas urbanas.

La ubicación de Los África es un hándicap en términos institucionales, ya que a pesar de estar en el centro de la ciudad, se encuentra en una zona competencia de Costas de la Junta de Andalucía. En este sentido, el Ayuntamiento de Cádiz, según cuenta el grupo, ya que no hemos obtenido respuesta por parte de la concejalía, no puede hacer nada por esta colonia. “Existe una campaña de esterilización anual para las colonias censadas de Cádiz, pero no sirven para nada porque quedan muchos ejemplares sin esterilizar y persiste el problema de superpoblación”, comenta María. Durante la reunión insistieron “en la promesa que hicieron de colocar carteles de sensibilización en cada colonia felina, pero muchas -entre las que se encuentran Los África- se quedan fuera por no estar censadas”, cuenta esta voluntaria, que enumera también otras colonias del Campo del Sur, en la Punta San Felipe o el Muelle en la misma situación de vacío administrativo.

Colonia controlada. Autor: JUAN CARLOS TORO
Los animales, recibiendo alimento. Autor: JUAN CARLOS TORO

Por otra parte, Los África denuncian que durante el estado de alarma no se les autorizó para alimentar a los gatos, cuando existen carnets de alimentadoras para las colonias censadas. María tentó a la suerte y fue a cuidar a los gatos mientras duró el confinamiento, a sabiendas de que la policía le estaba haciendo un seguimiento. Su condición de colonia de costa y no urbana hace que todo sea más difícil para este grupo, aunque no se muestran pesimistas, solo quieren “la implicación del equipo de gobierno y que el método CER no se quede solo en sus iniciales, sobre todo en la última, que atiende al retorno y no a la suelta, ya que soltar a un gato callejero en una colonia que no es la suya puede ocasionar un desajuste importante entre los gatos, que llegan incluso hasta la muerte en el más extremo de los casos”, explican las voluntarias. Además, el proceso de esterilización de las campañas no se puede quedar en la intervención, sino que se precisa de un pos operatorio digno en el que los gatos no vuelvan directamente a la calle, porque corren el riesgo de infecciones o apertura de la herida. Esta es otra de las reclamaciones del grupo, que salió con buenas sensaciones de su reunión en el consistorio, aun siendo conscientes de que “todavía es pronto para celebraciones. Todo pasa por la voluntad política”.

Atardece en el Campo del Sur con el cielo teñido de rosa. Es hora de recoger los bártulos. Los mininos ya están alimentados y atendidos. El gato capturado ha sido Kiko, que ha pasado la tarde en el transportín tapado con una sábana mientras su familia felina lo acompañaba. Él será el próximo en ser esterilizado por el método CER, es decir, capturado por su cuidadora, esterilizado y desparasitado en el veterinario. Luego pasará unos días de recuperación en un espacio habilitado por los voluntarios, para ser devuelto finalmente a su hogar: la colonia de Los África. “Todos los gatos deberían estar como ellos, por eso es fundamental la implicación del Ayuntamiento además de la concienciación en los colegios”, reiteran.

 

Colonia Los África Juan Carlos Toro

Las voluntarias de Los África se despiden carritos en mano, donde traían la comida y la arena para los gatos. María y una compañera se desvían hacia otra dirección con el transportín que alberga a Kiko. La sonrisa de ambas puede verse reflejada en los ojos del cariño y el trabajo bien hecho, desde la empatía y la militancia felina. “En Cádiz funciona la colectividad y el boca a boca entre las vecinas", aprecia María, que confía en que "cada vez seamos más las personas que tomemos conciencia de esta realidad que forma parte de nuestra ciudad”.

María  y su compañera con el transportín donde llevan a Kiko, el próximo gato que será esterilizado. Autor: Juan Carlos Toro

 

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