El alcalde de Cádiz le sube la paga al carnaval de la calle para empezar con buen pie y olvidar agravios

Las subvenciones para los eventos previos y durante la semana de fiesta suben hasta los 150.000 euros. Han sido aceptadas todas las solicitudes de ayudas presentadas por peñas y asociaciones, el 100%

Actuación de la chirigota 'Que ni las hambre la vamo a sentí' en el primer día de concurso.
Actuación de la chirigota 'Que ni las hambre la vamo a sentí' en el primer día de concurso.

Hacen falta pocos estudios en Sociología y Antropología para comprender que el carnaval de Cádiz, sus agrupaciones e intérpretes, sus organizadores y participantes, vienen a ser mayoritariamente progresistas, de izquierdas, lo que quiera que eso signifique en 2024.

La comparsa de Antonio Martínez Ares, La oveja negra, lo declaraba de forma textual, "ya sabes que soy de izquierdas", en el primer pasodoble dirigido al nuevo alcalde de Cádiz, Bruno García de León, este pasado jueves.

El pronunciamiento de la mayor estrella actual de la comparsa se recibe con naturalidad. Nadie se va a sorprender. De hecho, podría ser rubricado por más del 70%, de los que se consideran comparsistas, coristas (puede que el porcentaje baje en este apartado), cuarteteros o chirigoteros, del Concurso y de la calle. Siempre con el millón de matices que precisa la ideología política particular, las simpatías por unas siglas y la tendencia de voto.

El nuevo regidor gaditano, jerezano, ya fue concejal con Teófila Martínez. Conoce esta realidad interna del carnaval (más que de la ciudad, como refleja el resultado local de las elecciones municipales) y trata de convivir con ella con sus armas habituales: diálogo y cercanía. Aquí no pasa nada. Podemos hablarlo.

En los años 2013 y 2014, las chirigotas callejeras se enfrentaron al Ayuntamiento por unos incidentes con vecinos y hasta llegaron a trasladar varias convocatorias a Puerto Real

En el último mandato de la ex alcaldesa (2011-2015), las diferencias políticas se hicieron carnestolenda. Unos incidentes entre chirigoteros callejeros y vecinos (molestos con el ruido y el bullicio) en 2013 y 2014 desembocaron en discrepancias entre las agrupaciones ilegales y la Policía Local, a la que acusaban de no apoyarles frente a insultos o lanzamientos de agua. En el Falla, el hartazgo ante la sobredosis de publicidad municipal también era un clamor.

La sangre llegó al río. Concretamente, al Río San Pedro. Los grupos decidieron trasladarse, casi totalmente, a Puerto Real para realizar allí algunas concentraciones, amagos y versiones del Carnaval Chiquito. Fue un amago de simbólico traslado. "En Cádiz no nos quieren", sería el figurado lema de la mudanza.

Expresaban así su rechazo a lo que consideraban manipulaciones, desconsideraciones del Ayuntamiento de Cádiz hacia la fiesta, hacia la tradición y su libérrima expresión en el teatro y fuera.

En junio de 2015 llegaba a la Alcaldía José María González Kichi. Comparsista de tronío, aficionado apasionado, carnavalero de cuna y cánon. Con él, varios grandes aficionados y chirigoteros entraron en el Ayuntamiento en forma de colaboradores o asesores.

Las diferencias entre agrupaciones, callejeras o no, y administración local parecían quedar atrás, imposibles en la nueva etapa. El alcalde era uno de los nuestros, pensaban casi en cada local de ensayo, en cada casa donde ensayan las callejeras.

La llegada de Kichi a la Alcaldía abrió una etapa de presunto idilio entre Ayuntamiento y carnaval que finalmente quedó en tibia y mutua decepción

Pasados casi nueve años del advenimiento de Kichi, nueve meses de su salida de la Alcaldía, el balance de aquel idilio es que tampoco fue tal. El intento de que el Concurso Oficial fuera autogestionado con asambleas por los participantes ofreció un resultado irregular, una participación media. Los habituales defectos del certamen (horarios, exceso de inscritos, fases, preselección sí o no) quedaron cómo estaban.

El museo, La Casa del Carnaval, abierta precipitadamente casi en campaña electoral de las municipales de 2023 resultó un pequeño fiasco. Las instalaciones no han entrado en funcionamiento de forma completa, aparecen los primeros desperfectos y ha caído demasiado pronto en cierta indiferencia turística y vecinal.

Ese recinto, el Concurso del Falla, adquirieron un protagonismo desmedido en los ocho años de kichilato pero a la vuelta de los dos mandatos, a la hora del balance final, parece que el Carnaval no devolvió todo ese desvelo y atención al ex alcalde y sus colaboradores. En las coplas del Falla de 2022 y 2023 incluso aparecieron las críticas afiladas (la más comentada, de nuevo, de Martínez Ares).

Esa posible decepción tibia y mutua no ha cambiado la realidad. El nuevo alcalde del Partido Popular sabe que la mayor fiesta de la ciudad, un fenómeno turístico, cultural y mediático algo hipertrofiado, sigue mayoritariamente formado por personas "de izquierdas", poco receptivas a su gestión y su figura. Al menos, de entrada.

Conocedor de esa realidad, prudente y preventivo, anunció desde sus primeros días en el cargo que escucharía a todas las asociaciones (agrupaciones, peñas, historiadores...) para tomar nota de cada sugerencia. Su equipo dice que lo ha hecho. Los colectivos afirman que no tanto.

Mientras ese canal de comunicación se limpia y perfecciona, Bruno García de León ha optado por reforzar un aspecto fundamental de cualquier relación humana: el dinero.

Acompañado por la concejala de Fiestas y Carnaval, Beatriz Gandullo, presidía este jueves el Consejo de Participación del Carnaval en la Calle donde se abordaban los preparativos para la celebración de la principal fiesta de la ciudad.

Todo aceptado

El primer anuncio estaba claro: aumento de las subvenciones la fiesta denominada ilegal y considerada la auténtica. Según indica el Ayuntamiento en una nota, los responsables municipales aprueban además el 100% de las propuestas presentadas por peñas, entidades y colectivos a la convocatoria de subvenciones. A todo que sí. Café para todos, dice el tópico de los cronistas políticos. Un aumento de la partida presupuestaria de 130.000 a 150.000 euros.

Las entidades que han solicitado las ayudas podrán llevar a cabo las actividades propuestas durante los días previos al Carnaval y en la semana oficial de la fiesta, entre las que se incluyen actos gastronómicos, certámenes y otro tipo de actos lúdicos. A nadie se le ha negado nada. Empezar con buen pie podría llamarse la escena.

Bruno García, además, se "compromete a trabajar en las diferentes propuestas presentadas por los diferentes colectivos y ha garantizado los servicios para que el carnaval en la calle se desarrolle siguiendo los requerimientos de las entidades y agrupaciones participantes". En resumen, que no se repita lo del último bienio con Teófila Martínez.

"Se va a estudiar la apertura de una ludoteca durante el carnaval, así como la instalación de aseos en distintos puntos de la ciudad que acogen actividades, como el barrio de Santa María. También se van a coordinar los actos del programa municipal para que a las agrupaciones no les coincidan diferentes compromisos al mismo tiempo, tal y como ha sucedido en ediciones anteriores", añade el acuerdo.

Hasta las ideas propuestas desde la oposición (PSOE y Adelante Izquierda Gaditana) van a ser aceptadas, como la participación de las agrupaciones en la cabalgata principal del carnaval de Cádiz.

El alcalde ha asegurado que "tal y como se prometió en el programa electoral, será el mundo del carnaval el que proponga los cambios que se deben llevar a cabo. Así lo hemos hecho con el Concurso Oficial, en el que hemos adelantado el inicio de la sesión y hemos reducido el número de agrupaciones, lo que nos está permitiendo cerrar a las doce de la noche y que el teatro esté lleno de público desde el principio hasta el final de la función, que era lo que nos demandaban", afirma el alcalde.

Sobre el autor:

Afot

José Landi

Nacido en Cádiz, en 1968. Inicia su trayectoria en 1990. Columnista, editorialista, redactor, colaborador, corresponsal o jefe de área en 'Guía Repsol', 'El Periódico de la Bahía de Cádiz', 'Cádiz Información', 'Marca', 'El Mundo' y 'La Voz de Cádiz'. Ha colaborado en magacines o tertulias de Canal Sur radio y tv, Cadena SER, Onda Cero y COPE. Premio Paco Navarro de la Asociación de la Prensa de Cádiz en 1997 y 2012 (a título colectivo). Premio Andalucía 2008 a la mejor labor en internet (colectivo). Ganador del I Premio de Relatos Café de Levante. Autor de la obra de autoficción 'Ya vendrán tiempos peores' (2016). Puso en marcha el proyecto de periodismo gastronómico 'Gurmé Cádiz' y mantuvo durante diez años blogs como 'El Obélix de San Félix' y 'L'Obeli'. Forma parte del equipo que realiza el podcast de divagación cinematográfica 'A mitad de sala'.

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