Por una contradicción urbanística contemporánea, algunos de los perfiles más recordados, queridos y fotografiados de muchas ciudades coinciden, también, con los más abandonados y ruinosos.
Sucede en numerosos centros históricos españoles, en el llamado casco antiguo de muchos municipios. Edificios históricos abandonados, sin uso ni residentes que amenazan ruina.
En la ciudad de Cádiz, esa circunstancia se da en una de las zonas más ensalzadas por el turismo y el costumbrismo: la playa de La Caleta. A su alrededor se concentran solares e inmuebles que arrastran un triste historial de proyectos frustrados y cierres crónicos.
Valcárcel, Escuela de Náutica, Castillo de San Sebastián y Campo de las Balas son los ejemplos más reconocibles y recordados, también los casos más complejos. Todos ellos acumulan más de un cuarto de siglo de infrautilización total o parcial, permanente o temporal, en un área de pocos hectómetros a la redonda.
Esa zona incluye dos precedentes afortunados: el antiguo Hospital de Mora y El Olivillo pudieron salir de la misma oscuridad del abandono con nuevos usos. El primero, a finales del siglo XX, con su paso a Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
El segundo, como centro de colaboración de universidad y empresas. Eso sí, renació en 2019 tras 30 años de cierre. Precisamente a su vera se producirá la primera de las novedades ahora, en lo que parece un nuevo ciclo de reactivación del entorno urbanístico de La Caleta.
Por orden temporal de aparición de operarios y obras, será la glorieta Simón Bolívar, entre El Olivillo y la Casa del Estudiante de la Universidad de Cádiz, la que acoja la primera prueba de reactivación.
Será en los primeros meses de 2025 cuando se produzca la inauguración de una nueva residencia de estudiantes, de titularidad privada, de cuatro plantas de altura en esa glorieta, con lo que todo su perímetro quedará completado tras 35 años de cierres, vallas y solares vacíos.
El siguiente paso será mucho más sonado. Antes de que concluya el año se producirá la cesión, mediante convenio, de la Escuela de Náutica al Ayuntamiento de Cádiz. Su futuro es aún pura incógnita.
Actualmente, es de titularidad municipal y lleva 30 años sin uso, entre puntales y redes de protección, a pesar de estar protegida en un catálogo arquitectónico como pieza del movimiento Docomomo de mediados del siglo XX.
"Es un convenio urbanístico que abre nuevos usos al edificio. Ya tiene unos, pero con el compromiso de cambio de usos adquiere más valor", adelanta el concejal de Urbanismo. Habla de muchas opciones e incluso menciona la palabra "acuario" pero todo es pura elucubración todavía.
Antes de final de año, un convenio permitirá que pase a manos municipales. Eso sí, aclara, para Náutica hay una excepción: "Pedimos que no se le dé uso hotelero. Lo demás lo iremos trabajando y trabajando para buscar una compatibilidad entre los usos del suelo y la viabilidad de proyectos que llevan años esperando".
La tercera pieza en marcha es la venta del Campo de las Balas para la construcción de un hotel. Está aprobada por el pleno municipal y el gobierno local recuerda que viene de pactos y decisiones tomados por sus predecesores.
La inversión hotelera debe permitir, según Cossi, "que el paseo peatonal se prolongue por todo el perímetro, desde Santa Bárbara hasta Santa Catalina".
También, asegura, debe ser un acicate para afrontar la remodelación de Santa Bárbara, una vez recuperado el teatro del parque en 2025 y con un nuevo proyecto para una pérgola en un pésimo estado de revista tras una década de abandonos e incendios.
"La discusión a nivel político no trata de imponer un planteamiento ideológico sobre si todo es público o todo es privado" en el entorno de La Caleta, "sino abrir un marco de colaboración que permita desarrollar ese suelo, que haya proyecto", detalla el edil.
Cossi: "No puede ser que la joya de la corona de la ciudad esté rodeada de un cinturón de fincas abandonadas"
"No puede ser que la joya de la corona de la ciudad esté rodeada de un cinturón de fincas abandonadas esperando a que un día se les dé viabilidad", matiza el número dos del gobierno municipal de Cádiz. Añade que la recuperación de la zona, por una serie de acuerdos y proyectos encadenados, no es fruto del azar.
"Es uno de los puntos estratégicos en nuestro programa político. Desde que aterrizamos hemos intentado pensar en que Cádiz tiene que tener fórmulas de colaboración público-privada que permitan la generación de economía, de empleo, la revitalización de muchos espacios públicos y de los barrios que los rodean".
Conocedor del rechazo de una parte de la ciudadanía a la concesión de muchos de esos espacios (Campo de las Balas y Escuela de Náutica) a empresas privadas para proyectos como hotel y universidad, respectivamente, dice buscar un equilibrio entre inversiones particulares e institucionales.
"Solo de lo público no nos podemos nutrir y tampoco vamos a irnos a privatizar sin ton ni son". De forma irónica, el proyecto más esperado, conocido y comentado de la zona, la reconversión de Valcárcel en Facultad de Educación, puede ser el último en hacerse realidad.
Si las obras pueden ser una realidad antes de que concluya 2026 en Escuela de Náutica y Campo de las Balas, si la Glorieta Simón Bolívar está completada y hay acercamiento al acuerdo en el Castillo de San Sebastián, Valcárcel parece tener el futuro más nuboso pese a que su reutilización se debate desde 1999.
Las nuevas dudas de la Universidad de Cádiz sobre la necesidad y la financiación del proyecto, los eternos desacuerdos entre las tres administraciones implicadas, mantienen el principal edificio de la zona en la parálisis.
Cossi admite que Valcárcel es "la bóveda" de todo el plan de recuperación de La Caleta y se niega a caer en el pesimismo: "Este Ayuntamiento mantiene el optimismo y el compromiso con esos cinco millones que aparecen por primera vez en el presupuesto".
Mientras cae la pieza mayor, el gobierno municipal piensa en todas las demás, quizás complementarias, en el entorno de La Caleta. El delegado de Urbanismo recuerda que el Baluarte del Orejón está en obras.
Cossi se atreve a pronosticar que a medio plazo es posible completar el paseo superior de la playa por el espacio que ahora ocupan las pistas deportivas del colegio Santa Teresa: "Hay que buscar alternativas".
"La intención es recuperar el Balneario de La Palma"
La recuperación del Balneario de La Palma para usos distintos a los actuales (Centro de Arqueología Subacuática) es otra de las sorpresas: "Oficialmente, no hemos dado ningún paso para recuperarlo, pero esa es la intención".
"El equipo de gobierno tiene voluntad de ganar ese espacio si se reubica el Centro de Arqueología Subacuática en alguno de los nuevos espacios, por ejemplo, en la Escuela de Náutica. Se puede barajar en función de cómo surgen estos proyectos en estos meses".
"Sería bueno para la ciudad recuperar un espacio patrimonial de primer nivel con posibles actividades económicas, público-privadas. La parte en concesión permite combinar distintas opciones", detalla Cossi.
La reapertura a las visitas del Castillo de San Sebastián en agosto es otro de los motivos para creer en una recuperación integral de todo el frente urbano y patrimonial de La Caleta.
"Estamos trabajando con Costas [Ministerio de Medio Ambiente] desde el principio y el alcalde ya ha comentado que está abierta la posibilidad de prorrogar un mes, durante octubre".
Más allá de ese uso temporal, "que depende un poco del clima, lo importante es que, en paralelo, se nos ha abierto de par en par la comunicación institucional para solicitar la desafectación del castillo".
El objetivo final es "un expediente de Urbanismo, con un plan de viabilidad y unos compromisos de aportaciones para que haya ciertas actividades públicas que generen unos recursos que permitan una rehabilitación integral y un mantenimiento del conjunto de la fortificación", añade el edil.
Costas se hace cargo del perímetro de la muralla y el compromiso municipal añade contenido y mantenimiento interior. Ese es el reto final, el ideal a perseguir.