"Que ninguna de las dos partes pierda, que todos ganen", decía Teófila Martínez en un encuentro de ciudades portuarias celebrado en Santander en los últimos días de este mes de agosto.
Las dos partes son la ciudad de Cádiz y su puerto, sus muelles, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) que ella misma preside. Su deseo representa con sencilla exactitud el reto que el Ayuntamiento, la patronal, los trabajadores del sector y la entidad que dirige afrontan sin que haya llegado a materializarse desde la década de los 90.
Desde entonces se han reproducido los proyectos y planes para unir el recinto portuario, en su tramo paralelo a la avenida del Puerto, a Canalejas y a la trama urbana de Cádiz, con los intereses empresariales, con una de las articulaciones industriales de una comarca necesitada de actividad empresarial de alto nivel.
El traslado de las infraestructuras a la nueva terminal y la presentación de la transformación de los muelles colindantes al tramo urbano, en la Gran Regata 2023, o las inminentes obras en la nueva Punta de San Felipe, adelantada por lavozdelsur.es en junio, confirman que el viejo deseo ya es una realidad.
Teófila Martínez daba la clave de la fusión en un encuentro de ciudades portuarias: "Que ninguna de las dos partes pierda, que todos ganen"
Todos los avances de "la integración puerto y ciudad", como lo define la Autoridad Portuaria, serán visibles entre el otoño que empieza esta semana y la próxima primavera. "El proceso de unión de puerto y ciudad ya ha empezado", afirma el alcalde Bruno García de León. De hecho, la próxima Gran Regata 2027 debe ser la frontera temporal para que la nueva configuración del puerto "sea protagonista".
La prueba de que las fotografías, los discursos y las buenas intenciones han pasado al terreno de la realidad visible, de lo tangible, llegaba este último viernes de septiembre. La Junta de Andalucía aprobaba de forma definitiva la innovación del Plan Especial del Puerto de la Bahía de Cádiz, que permitirá la integración plena con la ciudad y la reordenación de 335.000 metros cuadrados de suelos portuarios para abrirlos a nuevas actividades.
De la trascendencia del proyecto, quizás la transformación urbanística más importante que viva la ciudad en el siglo XXI, da idea el número y cargo de los presentadores del acuerdo: el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz; la consejera de Fomento, Rocío Díaz, además de los mencionados Bruno García y Teófila Martínez.
"Es un hito para la ciudad de Cádiz, la bahía y toda la provincia", decía Sanz. "Este proyecto va a relanzar la vida de los gaditanos que, por fin, van a poder disfrutar de su puerto como nunca, hay que abrirlo a la ciudad y aprovechar su potencial", añadió.
Será un nuevo foco de atracción de actividad turística, hostelera, empresarial y de ocio para los gaditanos y para sus visitantes, defendieron los cuatro. "El Puerto de Cádiz goza de un potencial enorme, no sólo se abrirá a la ciudad con miradores y zonas peatonales, sino que destinará buena parte de su suelo a otras actividades que generarán un sinfín de posibilidades para la creación de empleo, tan necesario en esta tierra", detalló Rocío Díaz.
Teófila Martínez recuerda que "el Plan Especial plantea un espacio de 335.000 metros cuadrados destinado a albergar actividades englobadas en la relación puerto-ciudad, de los que el 40,85%, es decir, 145.000 metros cuadrados, se destinan a espacios libres, viales y zonas ajardinadas".
El alcalde de Cádiz, Bruno García, insiste en el carácter real, material, de un paso esperado durante décadas: "Con estos pasos que se están dando, la aspiración que tiene la ciudad desde hace muchos años empieza a ser una realidad", ha manifestado. Esta integración va a suponer, a su juicio, "numerosos beneficios para los gaditanos", ya que proporcionará "335.000 metros cuadrados oportunidades en una ciudad en la que el suelo es un bien muy escaso".
La celebración del paso burocrático dado este viernes, así como la curiosidad y fascinación que producen desde hace semanas las infografías, los montajes fotográficos, con el aspecto que tendrá el nuevo bulevar ocultan la mitad del reto: conservar el músculo portuario en buen estado de forma. La APBC publica algunos datos para recordar lo que es preciso conservar, esa mitad que no puede perder, según Teófila Martínez.
Los números a conservar
Entre las cifras que facilita el puerto de Cádiz para orientar están 13.453 toneladas de pesca fresca al año. A esas hay que añadir 5,7 toneladas de otras mercancías circulantes cada doce meses. El puerto gestiona (en los términos municipales de Cádiz y Puerto Real) 4,3 millones de metros cuadrados de dominio público y, por ejemplo, maneja 160.000 metros cúbicos de graneles sólidos al año.
Las cifras que mueve el sector portuario en Cádiz se resumen en los 11.000 empleos que propicia
Esos números, y más, tienen una traducción esencial: el puerto de Cádiz agrupa a 300 empresas con 11.000 empleos a su alrededor. Cádiz y Puerto Real no suman 200.000 habitantes, así que es fácil deducir la importancia de ese tejido laboral en área con esa población.
Al otro lado, los intereses urbanísticos y turísticos de la ciudad, que acoge en los últimos años una media de 300 cruceros (400.000 cruceristas) al año. Y subiendo. Cómo mejorar el apartado estético, el atractivo para el visitante, sin causar el menor daño al apartado industrial. Ese es el reto que ahora parece resuelto.
La clave principal es la nueva terminal de contenedores que permite desplazar y concentrar el grueso del tráfico de mercancías a un punto algo más alejado del casco antiguo, pero estratégico, mejor conectado gracias a un túnel subterráneo que casi lo une al nuevo puente, Constitución de 1812, y a los muelles del Bajo de la Cabezuela, ya con la ansiada conexión ferroviaria visible para los que salen o entran por el puente antiguo, José León de Carranza.
La nueva terminal de contenedores, clave
La construcción de la segunda y última fase de la nueva terminal de contenedores superaba en marzo de 2023 el último trámite previo a su licitación con la remisión por parte de la Autoridad Portuaria a Puertos del Estado de la solicitud de aprobación del Consejo de Ministros del proyecto, obligatoria por tener un importe superior a los 12 millones de euros.
Este último paso consiste en la ampliación del muelle ya ejecutado, con lo que se obtendrá una línea de atraque total de 1.100 metros, con calado de 16 metros. La superficie de explanada se incrementará en diez hectáreas, obteniéndose de esta forma una terminal con un total de 40 hectáreas dedicadas al tráfico de contenedores.
El nuevo tramo de muelle se conformará con la ejecución de 13 cajones de hormigón armado, de 39,5 metros de eslora, 20,5 metros de puntal y 24 metros de manga. Con esta ampliación se da un paso esencial para el traslado de la actividad de carga y descarga de contenedores desde el muelle Reina Sofía.
La propia Autoridad Portuaria resalta que este paso es esencial para "permitir la liberación de terrenos para la transformación" del recinto portuario colindante al casco antiguo, para "la operación puerto-ciudad". Es la condición sine qua non, el paso necesario.
Recreación del nuevo puerto
Esa liberación permitirá ya reurbanizar el muelle Reina Sofía y todo el espacio colindante a Canalejas y la avenida del Puerto. Las obras comenzarán el próximo año y según el vídeo de presentación de la APBC el pasado 7 de septiembre, incluirá hasta el paso del Trambahía entre jardines, terrazas, juegos, infantiles, paseos y zonas expositivas. El punto de atraque de los cruceros quedará separado de este espacio de ocio por una valla transparente acristalada.
El vídeo fue presentado por Teófila Martínez. La presidenta portuaria rebajaba la euforia con el anuncio de dificultades que superar: "Esta integración nos dará aún muchos quebraderos de cabeza en lo que a coordinación se refiere, pero al cabo de años se verá lo importante que resultará tanto para el puerto como para la ciudad y todo el entorno de la Bahía. La integración será física, cultural, económica y social, además de tecnológica", sostiene.
La recreación se daba a conocer en el inicio de la Gran Regata 2023 y es la próxima edición, en 2027, la que aparece como horizonte para que el proyecto culminado sea una realidad.
Otra Punta de San Felipe
La tercera pata del gran proyecto de transformación es la reconversión de la actual Punta de San Felipe en un centro turístico y hostelero de uso diurno. Actualmente es una conflictiva zona de bares de copas pero las obras comenzarán este otoño después que la empresa Chiringuitour SL se hiciera con el concurso público para la "utilización del dominio público portuario estatal".
Detrás de esta sociedad de nueva creación están los empresarios gaditanos Raúl Cueto y Omar Osuna, además de dos empresas de origen valenciano. Según el primero de los responsables, consiste en cambiar el concepto de la entrada de la Punta de San Felipe para que sea más turística. Forma parte de un cambio urbanístico mayor.
El acuerdo para la zona turística llamada Calachica, publicado en el BOE y ya cerrado prevé la "concesión demanial" para usos de "ocio, esparcimiento y restauración" de los ocho locales y la terraza superior que suman 2.389,5 metros cuadrados, de los que 880 son construidos.
Además del complejo tipo beach club, el Plan Especial formalizado este viernes contempla el incremento de la oferta de plazas de aparcamiento para dar respuesta a la demanda que generarán los nuevos usos, así como para atender a la demanda actual del centro histórico. Está prevista una pastilla edificable, en la zona de contacto de la plataforma de la actual terminal de contenedores y el paseo Almirante Pascual Pery, aprovechando la diferencia de cota existente.
Esta pastilla se eleva una planta sobre el nivel del paseo, destinando parte de ella a usos terciarios y comerciales vinculados al espacio libre. Al mismo tiempo, se proyecta un paseo peatonal público que parte de un gran espacio libre al final del muelle Reina Sofía para potenciar las instalaciones náutico-deportivas, desembocando en otra zona de expansión junto al espigón de la Punta de San Felipe.