Se ha convertido ya en algo habitual que el botellón acompañe a las grandes fiestas. Ocurre en las ferias, ocurre en las Zambombas, ocurre en Semana Santa y, por supuesto, ocurre en el Carnaval de Cádiz.
Este sábado se celebró el pregón y con él comenzó el carnaval en las calles. Hasta el próximo 26 de febrero las agrupaciones estarán todos los rincones de la ciudad y los vecinos y visitantes podrán disfrutar de un ambiente único. Pero con él también llega otro tipo de diversión y de público.
La cuestión está precisamente en si esas congregaciones principalmente de gente joven tienen cabida o no en el seno del carnaval. Personas cercanas a lo más clásico y puro de este evento consideran un error monumental permitir que se repitan imágenes como las de la Plaza de la Catedral hasta arriba de chicos y chicas disfrazados en su mayoría y con cubatas en la mano.
Que pena de mi sábado de carnaval… pic.twitter.com/WuRPcJDeYI
— David Cornejo Prada🧔🏼 (@DavidCornejo__) February 18, 2023
Por otro lado están quienes por resignación o por ver la situación desde otro prisma aceptan que el botellón se instale junto a las actuaciones callejeras, como un atractivo más del sábado de pregón.
Tras todo esto se encuentra un tercer actor, las empresas que aprovechan la situación para vender paquetes vacacionales con alcohol, alojamiento y mucha fiesta. Incluso algunos han llegado a poner en manos de sus clientes anticonceptivos para contar con mayor seguridad sexual durante estas celebraciones.
A todo esto hay que sumar la generación de resíduos inherente a estas prácticas. El área de Medio Ambiente ha notificado que se han recogido un total de 82 toneladas de basura durante la madrugada de este domingo.
El debate está servido. ¿Se está desvirtuando el carnaval? ¿Corre peligro de convertirse en un escenario propicio para que los empresarios ganen dinero a costa de personas que solo quieren apsarlo bien? ¿Qué opinan ustedes?.
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