El pase de Cuartos de Final del COAC de la chirigota del Bizcocho volvió a dejar un reguero de ingenio al estilo del autor de La Rinconada, que desde hace unos años es una apuesta segura de originalidad.
Su chirigota cantó en último lugar en la sesión del martes. La última y nos vamos encontró un público algo más frío que en otras ocasiones. Si bien no era tan tarde, quizás se hizo evidente que el Falla no estaba tan por la labor como en otras ocasiones. O quizás es cuestión de gustos.
Con un pasodoble sobre los ultras de las chirigotas, el Bizcocho lanzó una reflexión sobre las críticas que, de una manera o de otra, ha ido recibiendo su grupo en los últimos años cuando ha tenido el favor de la gente frente a otras agrupaciones, algo que a menudo no ha ido de la mano de la opinión del jurado.
En su letra, más que ultras, ha recordado que cada año ha habido chirigotas que sí han sido del agrado del Falla y de la calle, como Los impacientes, de Puerto Real, o los Daddy Cadi, de Sevilla, años en los que el Bizcocho no fue favorito.
El estilo del Bizcocho, en cierta forma, ha conectado mejor en los últimos años con una parte los aficionados quizás más joven. Y tiene dos distintivos: el primero, muy cercano a la actualidad. No es el único autor que apuesta por ello, pero sí es un recurso que muestra rapidez a la hora de desarrollar letras durante el propio concurso y capacidad de trabajo por parte de los componentes.
Y, en segundo lugar, su humor negro, o sin límites más allá de hacer reír, sin miedo a polemizar. Pasó con el humor negro de No te vayas todavía, en 2017, con un ataúd en el Falla, su primer gran pelotazo en el concurso. Al año siguiente, de vendedores inmigrantes en las playas, se quedaron en Cuartos de Final y, parece, por un humor que para alguno cruzó alguna línea. Algo así pasó con Gente con Chispa, en 2022, que para algún miembro del jurado, el apartado del tipo fue puntuado con un cero, algo que se guarda solo para los auténticos mamarrachos que van al Falla sin preparación alguna, y no era el caso.
Dentro de ese humor fresco, de actualidad, y cruzando para alguno esa difusa frontera de los límites del humor, el Bizcocho presentó este martes un cuplé dedicado al cartel de la Semana Santa de Sevilla. "Un Cristo que se ve juvenil y muy destapado", dice sobre el cartel.
El golpe de humor más oscuro estaba en el remate. "El cartel es el transexual que no dejó Marta entrar en la comparsa", dice para finalizar la copla.
Se refiere al pasodoble de la comparsa La Resbalaera, que habla del supuesto caso de transfobia en una comparsa femenina de Cádiz, que no habría dejado entrar en el grupo a una mujer trans. Todas las miradas fueron a parar al grupo de la comparsa We can do... carnaval, que entró en la final de 2022. El grupo desmintió ese caso, una acusación grave de La Resbalaera que por el momento no han ampliado con más detalles.
Hubo risas con el cuplé del Bizcocho. Y también una oleada de "uuuuh", de sorpresa, de saber que el autor se metía en el charco. Son cosas en las que el Falla, hay que recordar, suenan poco. Pero que en las agrupaciones callejeras, las llamadas ilegales, las que no van al concurso, es mucho más habitual.
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