La llegada de tres cruceros por alrededor de 12 horas ha transformado Cádiz enormemente en este martes, primer día de agosto. La Tacita es uno de los lugares preferidos por los turistas en la provincia de Cádiz, y la actividad del muelle comercial no para durante estos meses veraniegos.
En la mañana de este martes, con la llegada de los 13.000 cruceristas, Cádiz estaba desbordado. El recorrido habitual de este tipo de turistas es San Juan de Dios, calle Pelota, la Catedral, Compañía o plaza de Las Flores. Los freidores, al mediodía, presentaban colas inusuales para un día entre semana.
"Me cuesta incluso caminar, no se puede estar en la Catedral", decía una mujer de toda la vida del entorno. Las tiendas de artículos de recuerdo, o incluso los bares más autóctonos, también tenían amplia presencia de turistas extranjeros. El Brim, un clásico de Cádiz, tuvo la mañana de este martes mucho comensal que piden diciendo 'please'.
El aspecto de la ciudad era más propio de un día de Semana Santa o de carnaval. Calles por las que se unía el trajín diario de habitantes, los turistas que pasan varios días y, sobre todo, los cruceristas. Esos 13.000 viajeros de apenas 12 horas, desde que desembarcaron alrededor de las ocho y hasta que empezaron a irse a partir de las seis, suponen algo más del 10% de los habitantes censados en la ciudad.
Y no será la última ocasión que Cádiz presente este aspecto durante el verano. Los cruceros seguirán llegando y continuará un turismo que para muchos es agua de mayo, para los negocios locales. Para otros, parte del paisaje de un Cádiz que está de moda.
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