Será que Cádiz no tiene feria. Es la única población andaluza -grande, mediana o pequeña- que no tiene una celebración festiva primaveral o estival de ese tipo. Sus vecinos tratan de consolarse con las del resto de la provincia, y de Andalucía, pero quizás no alcanza.
Hubo amagos en el siglo XX, como la Velada de los Ángeles, pero nunca cuajaron. Siempre extraños. A la vieja ciudad gaditana le faltan excusas para juntarse y celebrar, así que la Gran Regata también puede ejercer ese papel.
Con el Trofeo Carranza y la Velada de los Ángeles muertos y enterrados, hace falta algo, aprovechar como fiesta cada ocasión que pase
Las grandes citas invernales, la última o la próxima, quedan lejos. Con el Trofeo Carranza muerto y enterrado, hace falta algo más. Nadie sabe bien qué, así que conviene aprovechar cada ocasión peregrina que pase o se pose.
Estos días, hasta este domingo, la excusa está atracada en los muelles del puerto. Sin albero y con adoquines. Sin trajes de gitana pero de corto en mangas y pantalón. Los 14 barcos vienen a ser tremendos coches de caballos tirados por velas que admiten visitas en vez de dar paseos.
Hay unas cuantas casetas sin lonas ni toldos. A su alrededor se colocan los sitios de comer y beber, alguna atracción, fiestas de espuma, de pompas de jabón o, como este sábado, una concentración de coches y motos clásicos. Lo que toque.
Hasta el Carnaval se juntó con este híbrido festivo. Tres escenarios, abarrotado especialmente el situado en la puerta del Ayuntamiento, añadieron coplas al surtido de atractivos para acercarse alos muelles.
Todos esos reclamos, si es que hicieran falta, funcionaron en el sábado de Gran Regata 2023. Mostró el mayor lleno del recinto portuario de los cuatro días y tres noches que programa la escala gaditana.
Con los barcos ya cerrados, conciertos, barras y locales efímeros se llenan cada noche de un ambiente verbenero similar al de cualquier feria andaluza
La letra está muy bien pero hay que llevarla a la práctica y pensar en los niños. En los chicos y en el que los mayores llevan dentro. El pasodoble de Paco Alba decía que sobran las verbenas porque "Cádiz está de fiesta todo el verano". Igual era una premonición. El Brujo haciendo de Nostradamus.
A la lírica del maestro conileño hay que ponerle práctica e infraestructuras. Hacen falta casetas, o trasuntos, actuaciones y atracciones, algo que invita a quedar, a verse y disfrutar. Como sucede en las ferias que los gaditanos pretenden recuperar, hay dos. Una de día y otra de noche.
La diurna tiene las visitas a los buques como gran atractivo. Las mayores colas se vieron este sábado, de nuevo, ante el Sagres (Portugal), el rey de la fiesta Cuautehmoc (México), Capitán Miranda (de Uruguay) y los polacos Dar Mlodesky y Fredryk Chopin. El viento de Poniente refrescó la solana y ayudó.
Pero la marabunta de feriantes llega con la noche y la madrugada. La del viernes al sábado confirmó el carácter feriante y verbenero que tiene, al menos, la mitad de esta convocatoria. El ambiente fue digno de cualquier real de tamaño reducido. Con otros modos, ataviada de otra manera, marinera y placentera.
David Palomar y Navajita Plateá llenaron de ritmo flamenco toda la velada desde el escenario principal frente a varios miles de espectadores. Diego Carrasco, cadista converso, y Nolasco también se dejaron ver y oír desde un escenario que sonó a feria durante horas. Todos los artistas que agarraron el micrófono tuvieron un recuerdo sentido para María Jiménez.
David Palomar, Navajita Plateá y Diego Carrasco tuvieron un recuerdo sentido para María Jiménez desde el escenario
Apenas a cien metros de la gran plaza musical están las barras, carpas y espacios para tomar y bailar. Hasta las cuatro de la mañana están activos estos espacios, atestados, que confirman el carácter festero de la Gran Regata, su otra cara, junto a los barcos ya con la pasarela cerrada.
Despedida y cierre desde las 14 horas de este domingo
La de este sábado ha sido la última noche de esta pseudoferia marinera o, al menos, al borde del mar. Este domingo llega el final, de la escala en Cádiz y de toda la Gran Regata. El puerto gaditano era su último punto de paso.
El cierre comenzará a las 14 horas con el suelte de amarras. La fragata Numancia de la Armada Española y dos aviones de combate Harrier se suman a este desfile. Los gaditanos y los visitantes se apostarán en balaustradas, paseos, alamedas y cualquier espacio que se asome a la Bahía de Cádiz para ver partir a los protagonistas de la fiesta, camino de sus casas.
La gran parada naval y final, el desfile de embarcaciones, está anunciado a las 15 horas.