A los gaditanos, con el mar, les pasa como a los gachoncitos que dicen ser gitanos. En los días señalaítos se apunta toda la marinería del mundo pero el resto del tiempo, que es todo el tiempo, a la tropa le resulta un elemento ajeno y distante todo eso del agua. A no ser que tenga forma de playa o crucerista, claro.
Las fechas señaladas son pocas: las regatas internacionales de grandes veleros y las salidas o llegadas del Juan Sebastián de Elcano. Estas últimas citas tienen un cariz familiar, nostálgico, religioso, militarista y nacionalista que va por otro lado. Se reproducen un par de veces cada año.
La primera Gran Regata fue en 1992, el año de todo. Un pelotazo que deslumbró a decenas de miles de gaditanos y visitantes. Los primeros aún no se han respuesto de la súbita recuperación de su orgullo marinero y naval.
Luego llegó la del año 2000, de gran simbolismo como el número. Por ver si la primera había sido verdad. Le siguió la Gran Regata del Cincuentenario, por el redondo cumpleaños de este tipo de convocatorias a nivel mundial, en 2006. La de 2012 tenía como misión resaltar el gran momento de la ciudad, la celebración del Bicentenario de la Constitución que iba a cambiarlo todo y apenas dejó huella.
Teófila Martínez recordó y agradeció a los que han trabajado en las seis ediciones, desde 1992. En tres de las citas previas ella era alcaldesa
La de 2016, sin excusa argumental, fue sin embargo la que superó todos los récords de grandes buques participantes, de visitantes y de negocio. Teófila Martínez, presidenta de la Autoridad Portuaria y alcaldesa durante 20 años, no desaprovechó la ocasión de agradecer en la presentación "a todos los que trabajaron en estas grandes regatas desde 1992, a todos los que las hicieron posible". De las seis, tres se celebraron bajo su bastón de mando.
La sexta edición que acoge Cádiz quedó formalmente inaugurada esta mañana de jueves, 7 de septiembre, con un acto protocolario, en el cantil. Minutos antes, el alcalde Bruno García de León se enfundó unas gafas de realidad virtual.
El prodigio digital recrea y detalla la mítica circunnavegación de Magallanes y Elcano, la primera vuelta al mundo de mar en mar, hace 501 años. Ese mismo artilugio, las lentes opacas y gordas que provocan una sonrisa boba en todo portador, deberían ser usadas con cada visitante si se quiere hacer ver que esta edición de 2023 está a la altura de varias de las anteriores.
Por imprevisión del gobierno municipal anterior o del actual, por casualidades o imponderables, el aspecto de los muelles es distinto al de otras grandes regatas que recuerdan los gaditanos
Por la falta de previsión que el actual equipo de gobierno municipal achaca al anterior, por la "falta de sangre" que la oposición ve en el nuevo alcalde, por casualidades como la reparación del Elcano, por algún efecto postpandémico o por culpa del calendario lo innegable es que aparenta ser la más pequeña de las grandes regatas vividas en Cádiz.
La programación musical, como ejemplo, incluye a No me pises que llevo chanclas, Toreros Muertos, Navajita Plateá y Álvaro de Luna como mayores atractivos.
Sólo con mirar hacia los muelles, la conclusión es que los gaditanos y los forasteros viven desde este jueves, y hasta el próximo domingo, una versión menguada, una dosis de recuerdo de las anteriores.
"Esto está precioso", resumía Juan Carlos Azuaga, salmantino, con su hijo de la mano. Y tendrá razón. Tampoco es preciso comparar, siquiera conocer, las precedentes ediciones para disfrutar de la nueva. De hecho, será la primera que recuerden muchos forasteros, muchos jóvenes gaditanos. Siempre hay una Gran Regata inolvidable para cada generación y la de 2023 tiene derecho a serlo.
Los tres grandes
Sólo tres veleros de los gigantes, de los que impresionan y merecen ser visitados se acuestan sobre los muelles del puerto de Cádiz. Cuauhtemoc (México), Sagres (Portugal) y Dar Mlodziezy (Polonia), que es una universidad flotante y centenaria son los únicos buques que pueden despertar un gesto de admiración y un afán de visita. La ausencia del Juan Sebastián de Elcano pesa. Cuatro mástiles menos son muchos cuando escasean los grandes.
Entre las ausencias destaca la de 'Elcano' y entre la presencias inesperadas, invisibles, Putin y Ucrania: sólo con esas palabras puede entenderse que la cerveza cueste cuatro euros y la hamburguesa, nueve
Resultan sorprendentes dos presencias inesperadas. Ucrania y Putin, la guerra y el sátrapa, se han colado en la sexta Gran Regata de Cádiz. Su invisible influencia debe de ser el motivo de que una cerveza cueste cuatro euros; un bocadillo, seis; un "combinado", ocho y una hamburguesa, nueve.
La Gran Regata 2023 será la última en la que el puerto tenga su actual aspecto. El año 2024 marca el inicio de la unión con la ciudad, la nueva terminal de contenedores y la transformación de la Punta de San Felipe
Será el principio del fin de la verja, de la separación. El paseo de Canalejas, frontal, y el muelle empezarán a formar un mismo espacio. La gigantesca terminal de contenedores debe empezar a funcionar y la Punta de San Felipe se transformará en un recinto más turístico, de servicios, con aparcamientos y nuevo aspecto urbanístico.
Bruno García y Teófila Martínez lo destacaron con un pequeño acto previo a la inauguración, en una pequeña exposición dentro del recinto de la Gran Regata, donde se adivinan los aspectos futuros que casi son presente. Cuando llegue la próxima Gran Regata, aún sin año fijado, es probable que el puerto de Cádiz ya sea otro muy distinto.
El regidor y anfitrión dio la bienvenida a todos los tripulantes en la persona de Cheshire, que agradeció "la amable acogida a la hermosa ciudad de Cádiz".
Horeca respalda y aplaude a la organización, el Ayuntamiento ya no es el enemigo
La Regata de Grandes Veleros Elcano-Magallanes, que se celebra hasta el domingo en la ciudad de Cádiz, es "un hito" y va a servir para fijar como futuros turistas a ese público que recale por primera vez en este municipio para disfrutar de los veleros que atracarán en el muelle gaditano.
La hostelería gaditana, según el presidente de su patronal Antonio de María, está "preparada" para hacer frente a la afluencia de público que se espera en la ciudad, con el refuerzo de plantillas y el acopio de productos y bebidas para "que no falte nada".
De María valora como "bastante densa" y "muy completa" la programaciónque se ha realizado desde el Ayuntamiento de Cádiz, con más de 50 actuaciones, conferencias y pruebas deportivas. Un hecho que demuestra "la capacidad de convocatoria de grandes eventos y de organización" que tiene la capital gaditana.
"Para la ciudad de Cádiz y para la hostelería es un hito", afirma el responsable de Horeca, recordando que hacía "siete años" que esta regata no se celebraba en la ciudad. La última vez fue en el año 2016 y la que estaba prevista para 2020 fue suspendida por la pandemia de Covid-19.
Para el presidente hostelero, esta regata pone a Cádiz en el mapa como "el único lugar en España donde se puede ver este espectáculo", lo que atraerá a mucha gente, incluida la que nunca la visitó antes. "Esto nos supone el que se queden prendados de la ciudad y podamos empezar a contar a partir de esta efeméride con un conocimiento que seguro que va a degenerar en visitas posteriores".
El responsable de Horeca anima a los gaditanos a salir a la calle y ver estos veleros, pero también ha esperado que lo haga el público andaluz y español ya que "el entorno va a ser espectacular". "Los que no lo han visto, no pueden hacerse una idea de lo maravilloso y lo precioso que es ver un puerto lleno de mástiles y de cuerdas".