El alcalde de Cádiz, José María González Kichi, ha escrito en redes sociales una reflexión sobre la gordofobia que, según el regidor, está sufriendo en las últimas semanas. "Escribo un texto en Facebook para fomentar el consumo local y se repiten los siguientes comentarios: Te has hartado de phoskitos en el confinamiento; Te has puesto gordo, Qué gordo estás, por Dios. Comparto otra noticia en mis redes sociales sobre la necesidad de una reforma fiscal para no castigar a los trabajadores y me escriben: Tienes unos kilitos de más, Estás redondo. Abro la prensa, Diario de Cádiz, y un titular que relaciona las iniciativas adoptadas por el Covid-19 con mi aumento de peso: Kichi engorda sus medidas, curioso que también un periódico a la que se le exige un mínimo de responsabilidad social se sume a esto", señala el alcalde.
Al comprar el pan, camino del Ayuntamiento, en el mercado... No falta nunca quien te diga, incluso antes de decirte hola, que hay que ver lo gordo que te has puesto. Las bromas siempre son sobre el mismo tema: la obesidad. Llevo unos días dándole vueltas a esta realidad y me siento obligado a posicionarme, porque haciéndolo quizás pueda ayudar a muchísima gente que seguro se siente reflejado ante esta situación, pero no dice nada. Sólo se aísla. Se calla. Mientras su inseguridad aumenta", apunta Kichi.
"La gordofobia, que si no lo saben es la repulsa hacia quienes sufren exceso de peso y se apartan de los patrones estéticos, tiene consecuencias y tiene componentes de odio, como lo tienen la misoginia, el machismo, la homofobia, la lesbofobia, la transfobia, el racismo, la xenofobia o el clasismo, por poner algunos ejemplos. Ante las enfermedades de transmisión social, como las antes citadas, sólo queda un camino: combatirlas y nunca normalizarlas o invisibilizarlas", escribe el alcalde gaditano.
"Lo verdaderamente importante no es cómo me siento yo, o si me afecta más o menos, no. Afortunadamente no lo llevo nada mal y es muy rara la ocasión que respondo con la misma dosis de maldad (depende de la malaje de quien me lo dice). La cuestión es que además de conmigo, este mismo patrón se repite con todo el mundo, con todo aquel o aquella que ose no cumplir con los estándares de belleza prefijados por la sociedad de consumo", agrega Kichi en sus redes sociales, donde se pregunta "cómo lo sufrirán las mujeres, por ejemplo. Para ellas la validez de su persona aún sigue tristemente sujeta al físico, tienen que cargar con una violencia simbólica contra sus cuerpos, unos cuerpos que se han convertido en campos de batalla sobre los que se opina y se juzga bajo un punto de vista absolutamente patriarcal".
"Si la sufro yo, cómo lo soportarán los niños y las niñas en los patios de nuestros colegios, donde el bullying se ceba con el gordito, donde la ropa ancha intenta disimular los complejos, donde el insulto despiadado va acompañado de las carcajadas a coros y de una gran carga emocional que los aísla, avergüenza y entristece. Y esto lo digo con conocimiento de causa, porque en algún momento de mi vida también me tocó ser ese gordito de patio de colegio", reseña el regidor, quien añade que "somos diversos. En todos los aspectos. Y en esa diversidad debemos reconocernos las unas y los otros. La diversidad para ser y para sentir. La diversidad física, sentimental o espiritual".
"Y si es por el hecho de haber engordado en mi etapa como político, si las críticas van por esa correlación entre buena vida y obesidad, aclaro: Eso también es gordofobia. Porque es gordofobia relacionar el aumento de peso con la pereza, la flojera o la poca actividad", remata. "En un mundo en el que la gente vive presa del miedo, la inseguridad, el odio y la exclusión, el amor y la inclusión, aceptar a cada cual como es, intentar mirar más allá, más adentro, se convierten en formas de resistencia frente a la barbarie".
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