La mayor autoridad española en etiqueta institucional, Antonio Sancho, se retiró hace apenas dos meses. Preguntado en entrevista sobre qué es el protocolo, decía: "No es ponerse un traje determinado, una corbata o una levita. Es orden y, sobre todo, es educación. Si no hay educación en cualquier ámbito, no vamos a ningún sitio. Educación y respeto, sobre todo".
El respeto y la educación, la colaboración, como todos los conceptos humanos, evolucionan, son cambiantes. A punto de alcanzar el primer cuarto del siglo XXI, las prácticas que hace pocos años eran indiscutibles pueden volverse cuestionables, revisables.
Hasta mediados de los años 90, estos trabajadores debían llevar guantes blancos o servir comida en recepciones y actos públicos
Ese orden del que hablaba el maestro jubilado puede residir también en el acuerdo entre dos partes, entre dos niveles de la administración. Su entendimiento, sin presiones ni exigencias, puede verse como una elevada forma de consideración mutua.
El intercambio de pareceres ha propiciado un cambio minúsculo pero simbólico en el protocolo de los plenos, y comparecencias públicas del Ayuntamiento de Cádiz. Desde la próxima sesión, los conserjes no servirán agua a los concejales.
Precedentes olvidados
La imagen del funcionario (uniformado de azul marino y celeste en esta categoría laboral en la ciudad de Cádiz) llenando la copa de los ediles queda atrás. Ya será cosa del pasado, aunque muchos, de puro cotidiano, ni siquiera la recordarán.
El motivo del cambio está en la solicitud de los propios conserjes. Portavoces sindicales y responsables de este grupo de empleados públicos admiten que varios trabajadores habían pedido dejar de cumplir con esta función de relleno (de copas).
"Atendemos una petición de los sindicatos, nos reunimos y preguntamos qué podíamos hacer por mejorar sus funciones"
Los que preferían dejar de cumplir esa función alegaban "incomodidad", afirmaban que "es algo embarazoso tener que cruzar varias veces un pleno o una rueda de prensa, donde hay cámaras, muchas personas mirando, simplemente para hacer algo que podrían hacer los propios concejales".
"Los muebles donde se almacenan el agua y los vasos tampoco son cómodos ni prácticos, el riesgo de caída y rotura era constante... Algunos no estaban muy a gusto con esta costumbre", resume una representante sindical.
Una de las trabajadoras afectadas recuerda que se trata solo de "un paso más, es una evolución que se da en todos los trabajos. Hasta mediados de los años 90, los conserjes llevaban guantes blancos o servían croquetas y tapeo en las recepciones. Poco a poco, todo eso fue desapareciendo. Lo del agua es lo mismo".
La concejala de Función Pública: "Es una petición que llevaban años reclamando y lo que hacemos es atenderla"
Fuentes oficiales del Ayuntamiento de Cádiz han confirmado que este cambio llega "tras ser solicitado por los sindicatos al alcalde en una reunión". En ese encuentro, "Bruno García se comprometió a la modificación. Se trata de una petición sindical que ya fue trasladada al anterior equipo de Gobierno".
La concejala de Función Pública, Maite González García-Negrotto, detalla que se trata de satisfacer una demanda laboral, sin más: “Lo que hacemos es atender una petición de los sindicatos. Hemos mantenido reuniones para conocer de primera mano la situación de los conserjes y saber qué podemos hacer para mejorar sus funciones”.
La delegada municipal, número tres del nuevo equipo de Gobierno, recuerda que la demanda ya venía del mandato anterior: “Se trata de una petición que llevaban algunos años reclamando y a partir del próximo pleno o las próximas ruedas de prensa cada concejal dispondrá de un envase con agua. Ya no será necesario que nadie la sirva durante las sesiones plenarias y comparecencias públicas”.