“No hay pecado más valiente, más transgresor y más irreverente que una mujer en una chirigota”. Con este fragmento del pasodoble Cada vez (Chirimix) arranca el primer documental que recoge la participación de las mujeres en una de las mayores expresiones de la cultura popular que quedan en pie en occidente: el carnaval de Cádiz.
En la película que firma Silvia Moreno, Callejeras (2021), varias mujeres imprescindibles del Carnaval gaditano cuentan cómo viven ellas estas fiestas, desde sus primeros recuerdos y disfraces a su relación con el carnaval de la calle, el carnaval ilegal. Por supuesto, se habla y mucho de qué supone para ellas ser mujeres en un mundo (otro más) dominado históricamente por los hombres. Koki Sánchez, Carmen Guerrero (co-autora de En la calle nos vemos), Ana López Segovia, Adela del Moral (autora del primer coro mixto), Susana Ginesta (autora y componente de Cadiwoman) y Montse González (chirigotera) relatan sus vivencias al ritmo de chirigotas y romances que se intercalan en este documental, estrenado en el pasado Festival de Málaga.
Estas carnavaleras han conseguido desempeñar su vocación sorteando para ello algunas piedras en el camino, no solo por los comentarios despectivos que han tenido que aguntar sino por la dificultad añadida que supone para una mujer conciliar su vida con el tiempo de preparación que requiere el carnaval. Al final, ha sido en la calle, en esta ‘plaza pública’, donde con mayor libertad han podido desarrollar su talento y creatividad, frente a las normas del concurso oficial celebrado en el Gran Teatro Falla. “A pesar de que nunca ha habido ninguna norma que impida cantar a las mujeres en el Falla, el Carnaval es machista como cualquier otro espectro de la sociedad”, cuenta Ana López, dramaturga y actriz de Las niñas de Cádiz.
Una de las protagonistas de Callejeras, Ana Magallanes, mujer romancera y carnavalera, es una de las grandes protagonistas de esta fiesta, que ha conseguido con sus letras y tipos (el disfraz, la caracterización) exponer temas femeninos y feministas con la naturalidad que otorga la calle, adaptando el humor a los tiempos actuales. Como ella misma dice “el humor evoluciona, quien quiera hacer humor tiene que conseguir hacer reír y hay cosas que ya no hacen gracia”. Susana Ginesta añade que “el humor debe ser desde abajo hacia arriba, porque el humor desde arriba hacia abajo es opresión”.
Ana trabaja en prevención de violencia de género y con tratamiento psicológico a víctimas de violencia machista y en sus talleres vió que la sexualidad femenina era un tabú total, “los niños se pensaban que el clítoris estaba en el cielo de la boca o por dentro del ombligo”. De ahí surgió la idea de hacer el romance El rey de la fiesta (2019), en el que hizo de clítoris, “pipetilla para tu abuela”, como dice la letra. “Con una cerveza en la calle te escucha todo el mundo”, y de ahí que Ana se lanzara a sacar este tema más allá de las aulas, la mejor manera de llegar a “la gente que de verdad le hace falta”.
A día de hoy, muchas personas siguen superando sus problemas sexuales con el vídeo del romance de Ana. “Yo solo pido que no se acuerden de mí cuando estén ahí abajo”, cuenta entre risas su autora, y es que le han llegado a pedir permiso para usar estos recursos en países como Colombia o Noruega. Su madre, una persona abierta de mente pero conservadora, le preocupó cómo contarle a su marido, al padre de Ana, el personsaje de su hija, así que pactaron decirle que iba a salir “de feminista”. El “problema” llegó cuando El rey de la fiesta se hizo viral y toda Cádiz supo de este romance.
Este año, Ana Magallanes se ha metido en el papel de Milagro Santos, la madre de José María González 'Kichi', alcalde de Cádiz. “Es un homenaje al matriarcado, son las que sostienen el planeta, el poder real lo tienen las madres pero está invisibilizado”. Para ello, Ana ha creado un “partido político” llamado M.A.M.I (Madres andaluzas mandonas infatigables). El eslogan es: “Si no encuentras tu partido, ¿a qué voy yo y lo encuentro?”. Con este romance Ana se viene a reír de la gente que ha salido en Carnaval pese a las directrices marcadas por el Ayuntamiento: “Si Kichi ha dicho que la gente no salga, yo voy mandando a todo el mundo para su casa”.
Ana estaba ya trabajando en este romance cuando salió la famosa canción de Rigoberta Bandini, Ay mamá, otro himno dedicado a las madres. De hecho, en el libreto aparece una letra adaptada, cuando dice lo del "caldo en la nevera", Ana lo ha cambiado por una "crema de zanahoria en la nevera", haciendo un guiño a ese otro homenaje a las madres que ha dado la música recientemente.
"Hay que hacer un humor inteligente, transgresor y crítico"
Sobre el los límites del humor, el dilema moral y la censura en el Carnaval, Ana considera que la censura absoluta no es la mejor manera de hacer pedadogía, "hay criaturas que no están sensibilizadas, no porque no quieran, sino porque en la sociedad machista tenemos ese tipo de pensamientos. Las que nos hemos sensibilizado hemos deconstruido esos pensamientos porque hemos tenido la oportunidad de que nos lo enseñaran. Creo que la manera más productiva de cambiar el humor es no reirme, eso da muchas pistas. El humor cambia como cambia la sociedad. Los chistes machistas sostienen el sistema patriarcal y hay que comerse un poco el coco, hay que hacer humor inteligente, transgresor y crítico".
Milagri, la madre de Kichi, está "encantá", muy emocionada y agradecida por este homenaje de la romancera gaditana, ha dicho que es "muy respetuoso y que se siente totalmente identificada". Ana asegura que ha sabido hacerlo así porque "madres tenemos todas".
Sobre las representaciones de Milagri, Ana lo deja a la improvisación total. "Esto es espontáneo total, yo voy con mis amigas y cuando está el ambiente a gusto, me lanzo". Atentos estos días a las calles de Cádiz para ver a esta "mujer-clítoris" reconvertida en "madre de todas las andaluzas".