Senador, concejal del Ayuntamiento de Cádiz durante 36 años, pregonero, ex hermano mayor, y presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Graduados Sociales, José Blas Fernández, Pepe Blas en el orbe gaditano, lo ha vuelto a hacer. Volviendo a dejar claro que cuando tuitea tiene más peligro que un mono con dos pistolas.
Pese al vasto historial profesional e institucional que hiciera pensar en una educación excelsa y en un exquisito autocontrol de las formas, en la red del pajarito suele a menudo mostrar un pulso tabernario, por no hablar de cuando ha abierto el pico en otros foros. Hace unos años en un reportaje sobre bajas laborales fraudulentas en El Español aseguró que los gaditanos tenían como “aspiración vital” buscarse una “agüita”. Y se quedó tan ancho.
Ahora, a propósito de la Cabalgata de Reyes de Cádiz, con el oso perjudicado mediante, se ha dirigido a la responsable municipal de Fiestas, Lola Cazalilla, en los siguientes términos: “La cabalgata de los Reyes Magos de Cádiz de este año 2022 se ha parecido en lo mamarracho y ridículo a tu peinado o peluca. Cuánta inutilidad señora concejal de Cádiz”. Ha acompañado el tuit con una foto de la susodicha. Luego lo ha borrado. Y lo ha sustituido por otro nuevo sobre la misma foto de Cazalilla: “Esta concejala es la responsable de la cabalgata de Reyes de Cádiz. Según sus seguidores todo un éxito y usted ¿qué dice de ese oso de cuello torcido?”.
Entre las críticas al ex edil del PP de Cádiz, de todo un poco. “El oso tenía más dignidad que tú hasta con el cuello torcido, hay que tener más clase y menos diplomas caballero”; o “pon el original Pepe Blas. Ridículo el que has hecho tu durante tantos años en el Ayuntamiento”, son solo algunos de los comentarios que le han dejado en su cuenta de Twitter a propósito de este nuevo desbarre de un señor de 74 años que, visto lo visto, no es demasiado consciente de que antes de tuitear hay que pensar.
Como síntesis, la reflexión de Pepe Pettenghi de este 12 de enero en su muro de Facebook: “Burlarse del aspecto físico del prójimo es de malas personas. Y sobre todo, cuando se trata de adversarios políticos, denota falta de argumentos. La crítica hacia la gestión pública o la confrontación de ideas, son legítimas, pero hacer mención del peinado para humillar y atacar públicamente a alguien, resulta despreciable. Y además se le puede volver en contra, tanto si hablamos de peinados como de atributos morales. No sé si me explico… En fin ahí sigue este sujeto consumiéndose en su maldad y su inquina. El señó lo va a castigar”.