El pasado viernes ya se vieron los primeros disfraces y caras pintadas, como aviso a los más escépticos que creyeron que un carnaval en febrero no era posible. La estación de Renfe se llenaba de pelucas y visitantes con sed de carnaval y moscatel. Algunas salas de eventos, como el Serendipia, ofrecieron una programación con agrupaciones carnavalescas, que a la noche se lanzaron en busca de las esquinas más concurridas del casco antiguo.
Un fin de semana ambientado y con fuerte presencia guiri. Guiris de despeñaperros pa'rriba y de fuera de Cádiz. El sábado se pudieron ver ilegales por la zona de la Viña, calle Rosario y perpendiculares a San Francisco. Se escuchaban más cómodamente que de costumbre, ya que la afluencia de público, aunque aceptable, era menor que otros años. La botellona en las plazas del centro estuvo presente, pero no tan masiva como otros años, para beneficio de las vecinas y los servicios municipales de limpieza.
Aunque la ventolera estuvo presente, el tiempo acompañó con la pertinente humedad de todos los años. Un domingo de coros atípico, por la ausencia del carrusel y sus bateas, donde tomaron protagonismo de nuevo las callejeras y los romanceros. En las bóvedas de Santa Elena, con bastante público, Francis Sevilla Pecci dio un pregón dinámico acompañado de su coro a pie La banda del Ilegal, que cantaron un repertorio de coplillas añejas.
Jesús García, componente del coro, reconoce a lavozdelsur.es que este carnaval está "a medio camino". En su opinión, "hay atisbos de carnaval porque se ven agrupaciones por las calles, gente disfrazada, sobre todo niños, pero no se llega a respirar totalmente el ambiente típico". Echa en falta las agrupaciones oficiales "de más renombre", sobre todo las chirigotas y las comparsas. Y las callejeras y romanceros son, a su parecer, quienes están dinamizando el ambiente.
"Hay mucha gente de fuera y he notado que por parte del público hay ganas de carnaval, aunque sea un poco raro, pero hay ganas de escuchar y cantar", expresa. Esas ganas son palpables, imagina, que "por el tiempo que hemos estado sin carnaval". Jesús esperaba un ambiente más frío debido a "la situación de la que venimos y teniendo en cuenta que vamos a tener un carnaval oficial en junio". Para su sorpresa, "me he encontrado un carnaval bastante mejor del que me esperaba: animado y más cerca de lo que es verdaderamente el carnaval, que de lo que no es".
Para Susana Gil, integrante de la chirigota feminista las Cadiwoman, este año también de temática mafiosa como Las Madrinas, el domingo estuvo muy ambientado y hubo mucho bullicio. "Nos costó mucho cantar en la calle y en Cádiz hay que escuchar", recuerda. "La única diferencia entre el domingo de coro de ayer y el de hace dos años, es que no hubo carrusel de coro ni cabalgata", comenta. Susana cree que en Cádiz "lo hemos conseguido", en referencia a un carnaval en febrero. "Esto demuestra que el poder lo tiene el pueblo, porque queríamos carnaval en febrero y lo hemos conseguido", expresa. Y se guarda una reflexión autocrítica: "A ver si aplicamos esto a otras cosas de la esfera social y medioambiental dela ciudad".