El Concurso del Falla del Carnaval de Cádiz de 2024 será el primero de Bruno García como alcalde, y en parte será también el primero, desde 2020, de plena normalidad. Porque la edición de 2022 se celebró en mayo, provocando así que la de 2023 contara con menos tiempo de preparación del repertorio para autores e, incluso, para los propios componentes de las agrupaciones.
En una reunión entre el Ayuntamiento, representado en la mesa por el propio alcalde, y el Consejo de Participación del carnaval, con un nutrido grupo de asociaciones representadas, prácticamente quedó decidido que todo seguirá como estaba. El Ayuntamiento ha propuesto varias modificaciones al Reglamento, como refleja Diario de Cádiz.
La primera de ellas, de pura organización del concurso, implica que los coros pierden dos representantes en cuartos de final, y que sus dos plazas para esta fase irán para una chirigota y una comparsa más. Es una modificación que se basa en una idea asentada: el nivel de la 'clase media' de coros no es especialmente alto. Seguirán siendo 56 agrupaciones las que pasen el primer corte.
La segunda modificación puesta sobre la mesa por el Ayuntamiento es el aumento de los emolumentos del concurso para las agrupaciones, que reciben una parte de lo que generan directamente por su participación, gracias a varias formas de explotación comercial, como son la venta de entradas y los derechos de televisión.
De lo demás, por el momento, nada. Ni una revisión del sistema de las cuatro fases actuales del concurso, ni sesiones de tarde como las de antaño, ni recorte del número de noches de Falla, ni un compromiso directo para evitar que el concurso alcance noches de entre semana con el teatro funcionando hasta las tres de la mañana.
Y, por supuesto, nada de una fase preliminar solo para algunos grupos, con el fin de evitar que comparsas y chirigotas, especialmente, que no alcancen un mínimo nivel pisen las tablas. Una idea que lleva años dando vueltas en paralelo al aumento brutal de inscripciones tanto de fuera de la provincia como en esta y en la capital.
Por el momento, es difícil saber si una revolución en el concurso es un asunto a tratar para ediciones posteriores, cuando haya mayor margen de calendario en busca de un consenso mayor, o si el COAC será en tiempos de Bruno García muy similar al concurso de los últimos años, cuando el Ayuntamiento retomó las competencias que había cedido en favor de los propios autores años antes.