El viejo proyecto de recuperar Valcárcel como espacio público vuelve a caer en el letargo por la inacción colectiva. El antiguo hospicio del siglo XVII de Cádiz, protegido como Bien de Interés Cultural por la Junta, no tiene actividad desde mediados de la década de los 90, más allá de servir de aparcamiento al aire libre en su entorno directo y vallado.
Desde entonces, Diputación (propietario) anunció inicialmente un hotel de lujo en 1999. Una maraña burocrática paralizó la propuesta. La Universidad de Cádiz, ya en 2016, lo propuso como sede de la Facultad de Ciencias de la Educación, ahora en el campus del Río San Pedro en Puerto Real.
Tras otro laberinto administrativo de un lustro, parecía que un acuerdo entre Junta, Ayuntamiento, Universidad de Cádiz (UCA) y Diputación en 2022 al fin confirmaba ese uso educativo que reforzaría la vida cotidiana del envejecido y turistificado barrio de La Viña. Hasta hubo una foto y una firma para simbolizar este acuerdo tripartito.
La Universidad de Cádiz, bajo control administrativo de la Junta de Andalucía, deja fuera de su plan de infraestructuras 2024-2027 cualquier inversión en Valcárcel. Cualquier iniciativa queda aparcada, de nuevo sine die, al menos por omisión.
El nombre del lugar ni siquiera aparece en el Plan de Inversiones e Infraestructuras de la UCA para los próximos tres años, aprobado y publicado esta semana con el visto bueno de la Consejería de Universidades.
La administración autonómica destina 35,6 millones de euros a la UCA según los proyectos de inversión propuestos por la propia universidad. Según ese guión, el dinero debe repercutir en digitalización (seis millones y medio de euros), eficiencia energética (otros seis millones), mejora de instalaciones (12 millones) y nuevos equipamientos (11 millones).
En el desglose pormenorizado, Valcárcel no aparece en el documento. Ese silencio administrativo significa que tres años después, el proyecto vuelve a morirse antes de nacer, algo que hace sin apenas descanso desde hace 25 años.
El alcalde de Cádiz, Bruno García, parece quedarse solo en esta nueva renuncia colectiva. Aseguraba este viernes que su compromiso sigue firme aunque el resto de administraciones implicadas guarden silencio.
Cree que la ausencia en el plan económico de la UCA "no significa que se haya perdido. No significa que se acabó, en absoluto. En el Ayuntamiento creemos que debe ser un espacio con uso público y lo demostramos con cinco millones en una partida de nuestro proyecto presupuestario".
Con su declaración, aprovechó para hacer política partidista: "Esa es nuestra forma de mostrar nuestro apoyo, con cinco millones en el presupuesto municipal, no con declaraciones y protestas como el equipo de gobierno anterior".