Hace 25 años, un cuarto de siglo completo, nació la aspiración. Cádiz quería tener un hotel de cinco estrellas, la máxima calificación administrativa, timbre de gloria para cualquier destino turístico que se tenga en buena consideración.
Eran los últimos 90, con el cambio de milenio a dos bocacalles, y la ciudad, la provincia, aún estaba en el prólogo de un furor turístico que entonces era una remota intuición. Ni había cruceristas (casi 700.000 han llegado en 2023), ni apartamentos turísticos, ni nadie hablaba de Cadizfornia, ni de ciudad de moda.
La sensación de avance debía llegar por un hotel de lujo. Ese proyecto empresarial, el empeño de todo un sector y parte de la población, tomaba forma a 20 metros de la playa de La Caleta. El viejo hospicio del siglo XVI, luego colegio Valcárcel, abandonado desde finales de los años 80 sería el emplazamiento.
La Diputación Provincial, propietaria de Valcárcel, diseñó un complejo plan administrativo para que la empresa Zaragoza Urbana (por entonces ya con el hotel Playa Victoria en funcionamiento en la ciudad) abriera en ese espacio, la gloria de cinco puntas.
Una maraña de retrasos, mociones, expropiaciones fallidas y choques con el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y hasta la Universidad de Cádiz mandó aquella iniciativa a un cajón tan oscuro y profundo que se tragó los planes del hotel. La empresa se cansó y se borró tras 15 años de espera.
El frustrado plan debía revivir un edificio histórico, con protección como Bien de Interés Cultural (BIC), y revitalizar el colindante y avejentado barrio de La Viña, por entonces ya con síntomas de galopante despoblación.
25 años después, un cuarto de siglo completo, el proyecto hotelero de Valcárcel duerme para siempre bajo una montaña de burocracia. Ni siquiera está definido el posible uso universitario del recinto, promovido desde 2016 por el antiguo rector Eduardo González Mazo. En suma, Cádiz sigue sin hotel de cinco estrellas.
Valcárcel es el ejemplo más llamativo del misterioso caso de las cinco estrellas pero hubo anuncios e intentonas después en la residencia militar de Cortadura, incluso en el barrio del Pópulo. Todos cayeron en la parálisis o el olvido por circunstancias variadas: dificultades financieras, frenos legales, propiedad pública...
¿Quién llegará primero?
Sólo uno de esos anuncios seguía en pie hasta ahora. El Pleno del Ayuntamiento de Cádiz, con apoyo unánime de los tres grupos políticos que lo forman daba luz verde a al primer hotel de cinco estrellas en la historia de la ciudad. Era octubre de 2023.
Estará ubicado en el abandonado edificio deportivo de Puerto América, en la Punta de San Felipe. Según la previsión municipal, tendría 260 habitaciones y pasaría a ser el mayor del término municipal. Su apertura, según estas mismas previsiones, crearía 150 puestos de trabajo directos.
El Hotel Puerto América Cádiz SL, impulsado por el grupo inmobiliario AyC Homes, contaría con 19.800 metros cuadrados construidos, un complejo de piscinas, gimnasio, balneario y zona de hostelería y ocio.
A ese primer anuncio se suma un segundo para formar una especie de carrera hacia el estrellato quintuplicado. Este 11 de enero, segundo jueves del año 2024, el supuesto sueño hotelero se amplía y se traslada apenas dos kilómetros por el perímetro litoral del casco antiguo, de La Caleta y Valcárcel a la Alameda, de la Punta de San Felipe a la Caletilla de Rota.
En este último punto, con vistas a la Bahía de Cádiz, con El Puerto de Santa María enfrente, al otro lado de la balaustrada, la cadena Meliá anuncia un hotel de cinco estrellas, a unos pasos de las plazas de San Francisco, Mina y España, de la populosa calle Zorrilla.
La compañía de origen balear no tiene que superar esta vez ningún escollo institucional más allá de cumplir con la básica legislación vigente. Se hace con una propiedad privada que ha tenido usos diplomáticos (consulados escandinavos) en los últimos años en varias de sus plantas, con una finca del siglo XVIII habitada, en muy buen estado de conservación.
Meliá, a través de sus canales digitales oficiales y de una nota pública, fija en el inicio del año 2026 la inauguración. Cuando abra, serán 28 los hoteles que la compañía tiene en Andalucía.
El futuro recinto ofrecerá a sus huéspedes "una experiencia exclusiva con 40 habitaciones" y "servicios de lujo", incluyendo un restaurante con terraza ante el acceso principal por la Alameda Apodaca (renombrada como Clara Campoamor en noviembre de 2021).
La cadena anuncia que el hotel tendrá una vistosa azotea, "exclusivo rooftop" lo denomina, con piscina y vistas al mar. Además, contará con gimnasio y pequeño balneario. Todo distribuido en tres plantas, entreplanta y ese ático.
Meliá recuerda que el edificio es "una antigua casa palacio barroca construida en 1760 para la marquesa de Recaño en estilo isabelino" y anuncia una profunda reforma, con obras durante 18 meses, que darán vida "a un hotel de lujo" que "conservará la elegancia clásica y el legado histórico para combinarlo con todas las comodidades contemporáneas".
Gabriel Escarrer, presidente de Meliá, se muestra "muy orgulloso" de que la cadena hotelera "contribuya a elevar el estándar" en uno de "los principales destinos españoles". Añade que el proyecto es "un testimonio de nuestro compromiso continuo con la excelencia en este destino tan emblemático".
Los propietarios del inmueble, Luis López de Carrizosa Caballero y Diana Domecq Delgado, comparten satisfacción por "lograr promover un proyecto tan importante, un estímulo fundamental" para atraer un turismo de mayor calidad" a Cádiz.
Para Meliá este será su segundo hotel en la ciudad (el otro está en el Paseo Marítimo) y el sexto en la provincia, donde oferta más de un millar de habitaciones en establecimientos como el Gran Meliá Sancti Petri de Chiclana o Meliá Zahara Resorts&Villas, en Zahara de los Atunes y antes conocido como Atlanterra.
El nuevo hotel en Cádiz estará en la división de la empresa denominada "Boutique Meliá Collection", formado por "una cuidada selección de hoteles de lujo de espíritu independiente, que conservan el encanto y respiran la historia, la personalidad, de los destinos en los que se ubican" en Europa, África y Oriente Medio".
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