Luis Rubiales está solo en su cruzada por mantenerse como presidente en la Real Federación Española de Fútbol. El motrileño, de momento, está apartado durante tres meses después de la sanción publicada por la FIFA durante el fin de semana. Cada vez tiene menos apoyos ya que los presidentes de las Federaciones Territoriales, que aplaudieron su discurso en la asamblea, ahora han pedido su dimisión. Además, el medio británico Daily Mail señala que la FIFA estudia una inhabilitación de Rubiales para los próximos 15 años.
Mientras tanto, la noticia más destacada en el entorno del motrileño sigue siendo el encierro protagonizado por su madre, Ángeles Béjar, en una iglesia de Motril mientras realiza una huelga de hambre que cumple ya 24 horas y que únicamente está sobrellevando con agua y bebida isotónica.
En la mañana de este martes, la protagonista de la historia se ha dejado ver ante las cámaras de televisión. "Estoy bien, creo mucho en Dios y pido la verdad. Estaré hasta que mi cuerpo aguante.No pararé hasta que Jenni diga la verdad", ha dicho ante El Programa del Verano de Telecinco.
Además de estas palabras, Béjar ha dejado una declaraciones muy duras. "No me importa morir por la justicia. Mi hijo es una persona decente y no es justo lo que están haciendo". Aunque débil y en 'shock', se encuentra en buen estado, y acompañada de una hermana, con la que ha pasado la primera noche, según fuentes cercanas consultadas por Europa Press. Son numerosos los periodistas que siguen el caso a las puertas de la parroquia del barrio de Capuchinos, cerrada en la mañana de este martes, y adonde también se siguen acercando curiosos.
Comentarios