El Consejo Local de la Mujer organiza un acto contra la violencia de género en Jerez: "Mientras muera una mujer solo por el hecho de serlo, seguiremos reuniéndonos cada 25 de noviembre”.
Seis amigas de la asociación jerezana Pozo de la Viuda son de las primeras en llegar al acto conmemorativo en el Día Internacional contra la Violencia de Género. Con el paraguas en una mano, y el móvil en la otra, las señoras discurren sobre el asunto en cuestión. “Yo me digo muchas veces, todo el que se tira después de matarla, ¿por qué no se tira antes?”, comenta Mariló Fernández, una jerezana de Picadueña Baja que ayudó a que una mexicana que estaba sufriendo malos tratos por parte de su pareja, denunciara y regresara con vida a su país de origen. Otra de las mujeres comparte que Dolores, una difunta amiga de la asociación, fue maltratada desde que se casó hasta que falleció. “Cuando ella venía con nosotras, el marido salía por la ventana y le decía: ¿A dónde vas con las putas estas?”, expresa. “La pobre, jartita de palos…”, espeta otra de ellas.
¿Llegó Dolores a denunciar? “No, que va… Ella tenía otra mentalidad”, contesta Mariló, a lo que otra compañera de la comunidad interviene: “¿Pero sirve de algo denunciar? La última mujer que ha muerto a manos de su marido tenía hasta vigilancia. ¿Sirve de algo? Yo creo que no es suficiente”. La mujer comienza a reflexionar sobre esta lacra social y señala que no entiende por qué las mujeres que son maltratadas son las que tienen que salir de su casa: “Además de víctimas, somos presas”, apostilla.
A su vera, otra vecina espera paciente a que su compañera acabe para contar, en pocas palabras, la tragedia que vivió su hija. “Ella se queda embarazada al poco tiempo de empezar con su pareja. Se van a vivir juntos y se casa cuando cumple 22. Dos años después, cuando mi hija comienza un grado superior, es cuando me entero de todo”, comparte. Su madre confiesa que no estuvo atenta. “Veía cómo empezaba a cambiar de ropa, que se tapaba algunas zonas…”, añade. Pero dice que en el momento en que su hija comienza a dar clases, es cuando va abriendo los ojos poco a poco y termina yéndose a vivir con ella. “Al principio la amenazaba con quitarle a la niña, mi hija pasó mucho miedo”, concluye. No importa la edad, no importa el barrio. La violencia machista es un problema sociocultural y está presente en todo el país. Para luchar contra ello, en el Día Internacional contra la Violencia de Género, el Consejo Local de las Mujeres organiza un acto en el interior del Ayuntamiento, por inclemencias meteorológicas. Más de cien personas, mujeres en su gran mayoría y hombres que se suman a la causa, muestran con pancarta en mano durante un acto solemne su rechazo a la violencia machista. “¿De verdad somos de un país desarrollado? Mientras muera una mujer solo por el hecho de ser mujer, seguiremos reuniéndonos cada 25 de noviembre”, indica Patrocinio Bermúdez, vicepresidenta ciudadana del Consejo de la Mujer, durante la lectura del manifiesto.
"Mientras muera una mujer solo por el hecho de ser mujer, seguiremos reuniéndonos cada 25 de noviembre”
La Asociación Jerezana de Mujeres Sordas (Ajemusor), la de Pino Grande, la Asociación Agustina de Aragón, la Asociación manos abiertas hacia el futuro, La Orquídea y la Asociación de mujeres Vodemu, entre muchos colectivos, participan en el acto con numerosos carteles que reflejan su indignación y su lucha contra los actos machistas. El año pasado, 60 mujeres murieron a manos de su pareja, este año ya van 40.
Al finalizar la lectura del manifiesto, proceden al minuto de silencio. Un minuto en honor a las que se fueron, a las que siguen adelante, a las que viven con miedo y a las que sufren en silencio. El minuto se hace eterno. Un silencio que se vuelve desgarrador a causa de la lluvia que choca en el techo de cristal y que finalmente termina en un sonoro aplauso. El cierre lo pone Almudena Navarro. La artista interpreta un baile sin música y completamente vestida de negro. “Ella ha querido bailar en silencio, como viven muchas de las víctimas de género”, explica la presentadora del acto. Así, sin más actuaciones que la intervención de la teniente de alcaldesa de Acción Social, Carmen Collado, para dar por finalizado el acto, termina un día por y para las mujeres que son humilladas, infravaloradas, acosadas y maltratadas por el simple hecho de serlo.