El Ayuntamiento de Jerez está estudiando la posibilidad de poner en marcha los llamados cacharritos de la Feria este mes de mayo a pesar de que ésta, oficialmente, no se celebra ni con casetas ni con la llegada de personas al recinto ferial, que además está marcado por la vacunación masiva en Ifeca.
Fuentes municipales señalan a lavozdelsur.es que están viendo las posibilidades que hay e incluso estudiando el modelo del Ayuntamiento de Sevilla, que ha permitido la puesta en marcha de la Calle del Infierno con atracciones.
Sin embargo, el número de condicionantes que se pueden dar estas semanas es enorme. El primero, la evolución sanitaria. Cualquier decisión que se tome será valorada antes por la Consejería de Salud. Tendrá en cuenta todos los parámetros que existen, informan desde el Ayuntamiento, de positivos, capacidad hospitalaria, rastreo o las medidas a tomar. De hecho, esto llega cuando los expertos alertan de una posible cuarta ola.
Su posible instalación está en manos de técnicos municipales que estudian la viabilidad. Jurídicamente, alertan, es un asunto complejo. Porque los feriantes podrían afrontar un gasto de alquiler e instalación de las atracciones, obtener una licencia y cumplir con todos los gastos secundarios de seguros, por ejemplo, para encontrarse un empeoramiento de la situación y que no sea posible, con todo preparado, su puesta en marcha si la situación de cierre perimetral o cierre de actividad no esencial se acaban imponiendo por parte de la Junta. Estos cierres son a día de hoy automáticos cuando la tasa sobrepasa los 500 y los 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes.
Aunque todo fuera en cuanto a números de positivos como la seda, y fueran cifras contenidas como las de las pasadas semanas desde que se fuera apagando la tercera ola postnavideña, existen más condicionantes como es la necesidad de contar con garantías sanitarias básicas como el cumplimiento de la distancia social, la higienización o el control del uso de mascarillas, que son normas básicas a nivel nacional.
Con todo, a día de hoy fuentes municipales señalan que no está claro ni el sí ni el no, que la situación es cambiante y que el ejemplo de Sevilla es importante. Por lo tanto, en resumidas cuentas, existe prudencia y necesidad de que no haya pasos en falsos, para que la Junta tenga siempre la última palabra. Entre lo que lo hace posible es que los cacharritos son al aire libre, no en espacios cerrados, y sería más fácil controlar los aforos que en una feria al uso, la cual se descartó hace ya meses. Otra cuestión a valorar es si necesariamente tendrían que funcionar solo unos días si la fórmula es sostenible. Todo está abierto, y de producirse probablemente no se parezca a la imagen que recuerda cualquier jerezano de ediciones pasadas. Pero eso, a día de hoy, está en manos de los técnicos, a falta de conclusiones para tomar decisiones de calado, que llegarían a continuación.