González Byass encargó al prestigioso arquitecto Aníbal González, tras terminar la estación de trenes de Jerez en 1930, la construcción de un pequeño tabanco –que tendría en sus primeros años el nombre de la bodega– en el rincón de la misma estación.
A finales de la década 40, la bodega decidió arrendar este bar a un particular. El establecimiento, que tiene protección arquitectónica como la estación de trenes, pasó a estar regentado por el tío de Fernando Antonio Alfonso Fernández, quien lleva casi 45 años detrás de la barra tras la jubilación de su tío.
A Fernando, que se convirtió en dueño del establecimiento en 1992, también le ha llegado la hora de un merecido descanso y ha puesto en venta, como indica Diario de Jerez, su negocio.
Ya hace unos meses, tras toda la vida en activo, Fernando confesaba a lavozdelsur.es, sus intenciones de "coger vuelo" y vender el local. “Esto es muy sacrificado; estoy bajando la guardia, cuando cumplí los 60 reduje el horario de apertura". Ahora, este histórico bar de Jerez busca el que sería su tercer propietario en casi cien años de vida.
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