No es ni una noche, ni dos. En las últimas semanas se encadenan las madrugadas sin poder pegar ojo y las mañanas repletas de suciedad en el entorno. Los vecinos de la zona de plaza Silos, en Jerez, saben desde hace años lo que es sufrir los estragos de la movida juvenil y los efectos nocivos del botellón ilegal.
Al calor del bodegón junto a Bodegas Maestro Sierra, que lleva durante años pasando de mano en mano, pero siempre con fines de celebraciones, eventos multitudinarios y ruidosos, los jóvenes se arremolinan en el rincón de este espacio público y las consecuencias las sufren los vecinos.
En la última madrugada se han sucedido las llamadas de aviso a la Policía Local, como desde el 092 confirman, de vecinos y vecinas que han sufrido durante horas las molestias de los gritos, la música a todo volumen, y el jaleo del botellón, junto a un bodegón que se encuentra acogiendo fiestas de fin de curso en pleno centro histórico de la ciudad.
Por la mañana, suciedad en las calles, restos de botellas, cristales rotos y una imagen lamentable de una zona cuya degradación no frena ni los numerosos pisos turísticos que empiezan a sitiarla.
Los esfuerzos de la Policía Local por perseguir y sancionar el botellón —unas 600 propuestas de sanción en lo que va de año— no parecen suficientes para persuadir a quienes secundan estas prácticas prohibidas en la vía pública y que parecen volver con fuerza.