José Manuel García, ex delegado de alcaldía de Lomopardo, barriada rural de Jerez, se ha enterado en Benamahoma, donde se encontraba trabajando, de que su barriada ha sido desalojada pasadas las cuatro de la tarde de este miércoles. "Acaba de llamarme mi mujer, por lo visto es muy gordo, ya hay media barriada desalojada y por lo visto van a desalojar también Los Albarizones. El cerro de mi pueblo está negro", lamenta el delegado municipal, que regresa a toda prisa a reunirse con su familia. A la otra orilla de la carretera y en el puente de la Venta Cartuja, junto al Guadalete, hay vecinos que confirman que el fuego ha afectado ya a algunas casas.
La violencia de las llamas avanza con el alimento del fuerte viento de levante que desde el pasado lunes tiene en jaque a media provincia. "Se está quemando hasta el aparcamiento de Venta de Cartuja", aseguran testigos presenciales a este periódico.
Hay una cadena de núcleos rurales en el acceso Este a Jerez desde la A-381 y el ramal de la AP4, antes de la rotonda del Monasterio de la Cartuja, Patrimonio Nacional, que corren serio riesgo de verse envueltos por las llamas. En este momento, la ladera de Lomopardo ya se "ha achicharrado", confirman testigos presenciales, mientras que desde la Junta de Andalucía han confirmado a lavozdelsur.es que el monasterio no corre peligro.
El enorme incendio se ha declarado pasadas las tres de la tarde y a esta hora intervienen Bomberos del Consorcio Provincial adscritos a los parques de Jerez, El Puerto y Arcos, y un retén del Infoca, que lanza agua desde un helicóptero ligero que se ha incorporado a las labores de control de las llamas.
Desde el núcleo urbano de Jerez se palpa el incendio porque entra ceniza y olor a quemado por ventanas y balcones. La columna de humo es enorme y es bien visible desde puntos de la provincia como la Bahía y otras zonas de campiña y costa Noroeste.
Los accesos de tráfico de toda esa zona, que soporta un gran flujo de vehículos procedentes, especialmente, del Campo de Gibraltar rumbo a Sevilla están totalmente cortados. Conductores aguardan a que la situación se controle mínimamente para poder reanudar la marcha.