Este jueves hay prevista una reunión entre el Ayuntamiento, con la alcaldesa Mamen Sánchez a la cabeza, y representantes de los caseteros y otros agentes que tienen implicación con la fiesta. Asimismo, también habrá reunión de la Mesa del Turismo, donde está representado el Clúster Turístico Destino Jerez. En ambos encuentros se hablará largo y tendido para terminar de acordar la fecha de la Feria del Caballo de 2022. Será la feria postcovid, el ansiado regreso de la fiesta grande jerezana, de Interés Turístico Internacional, tras dos ediciones suprimidas por la pandemia.
En principio, la regidora socialista anunció que las fechas estaban cerradas, del 7 al 14 de mayo del año próximo, pero hubo reacciones negativas al anuncio al advertir de que podían producirse fricciones entre los caseteros por la celebración de la Feria de Sevilla, que abandona abril en 2022 y se ha fijado del 1 al 7 de mayo. La propuesta, en todo caso, sigue siendo idéntica: Jerez, por el peso de su feria y su propia idiosincrasia, no tiene intención de mover su fecha al escenario que se había planteado: retrasar el encendido del alumbrado al 14 de mayo.
Las razones para poner en común la fecha previamente fijada van a ser de peso: más allá del inconveniente para algunos caseteros y feriantes de la zona de los cacharritos, el grueso de caseteros, según ha podido saber lavozdelsur.es, son de la zona, mientras que apenas hay un 20-30% que tendría conflicto por montar también en Sevilla. El caso de las atracciones puede ser algo más problemático, pero no es insalvable tampoco, como ha ocurrido en otras ediciones con otras ferias pegadas en el calendario.
Posponer la fecha dada inicialmente es hacer coincidir el final de la Feria del Caballo con el arranque de la de Córdoba, prevista del 21 al 28 de mayo, y acercarla a la de El Puerto, prevista entre el 25 y 30 de mayo, por tanto siempre habrá un calendario apretado, sea cuando sea.
El otro motivo razonable para no retrasarla no es baladí: atrasar la Feria del Caballo a mediados de mes significa que muchos de sus visitantes pierdan ese poder adquisitivo que sí tienen a primeros de mayo, aunque en este caso la cita comience el día 7. Por tanto, analizados todos los condicionantes, aunque la alcaldesa escuchará a todas las partes, lo lógico y normal es que Jerez mantenga su fecha sin estar demasiado atento a lo que ocurra en Sevilla, dos celebraciones de primavera que, sin duda, tienen caché y entidad propia.
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