Pepe Silva, encargado del clausurado consultorio de La Constancia, reconoce que "a lo mejor tenía medicamentos que no podía tener aquí".
Nos atiende en el centro de barrio de La Constancia donde, hasta el pasado viernes, estuvo atendiendo, como a diario, a los vecinos de su barrio. Pepe Silva, 61 años, pasó la noche del lunes en calabozos junto a la farmacéutica de Cuartillos, donde sacaba las medicinas que le solicitaban los ancianos del barrio de manera desinteresada. Reconoce que no le gusta figurar y ser protagonista, pero también entiende que tiene que dar explicaciones.
"Pepe es un señor que ha trabajado 31 años en farmacia y que tiene un poco de conocimiento de lo que es la medicina y la humanidad hacia los mayores", señala en tercera persona. "Hago una labor desinteresada y vivo con mis 426 euros de paga, por eso si a una abuela que la llevo al hospital me da cinco euros, pues me los quedo, porque hay que seguir viviendo".
Silva, auxiliar de farmacia, reconoce que "a lo mejor tenía medicamentos que no podía tener aquí, algunos incluso de los que no les hacía uso, porque cuando muere algún anciano del barrio sus propios familiares me dan sus medicinas", y confirma que su consultorio queda paralizado. "Lo que toca es descansar y empezar una nueva. No es igual tener 25 ó 30 años que 61. Yo creo que dentro de mis posibilidades hacía una labor humanitaria. Aquí había veces que nos daban las 11 o las 12. O me llamaba una abuela con la tensión alta y me pedía que la atendiese. Ahora seguiré atendiendo a los abuelos, pero del tema sanitario me retiro".
Más allá del mal trago que supuso el registro del local el pasado lunes y de tener que hacer noche en calabozos, Pepe se queda con el cariño del barrio, por cómo lo recibieron y por las palabras de agradecimiento que ha tenido a lo largo de los años. "Nadie me ha reclamado nunca nada, ni nadie puede decir que yo haya abusado de su confianza, al contrario".
Pepe, al que se le investiga por un presunto delito contra la salud pública, deberá acudir al juzgado los días 1 y 15 de cada mes. El juzgado de instrucción número 4 es el que lleva el caso y se espera que en las próximas horas se levante el secreto de sumario.
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