La periodista Cristina Fallarás, que hace unas semanas destapó el Caso Errejón publicando en su cuenta de la red social Instagram denuncias anónimas sobre abusos sexuales del político Íñigo Errejón, ha subido en las últimas horas dos casos de denuncias de mujeres anónimas sobre violaciones y abusos sexuales en Jerez.
La cuenta de Fallarás, (@cfallaras), incluye testimonios de mujeres en municipios de todo el país, que de forma totalmente anónima pueden hablar de experiencias pasadas y recientes donde han sufrido la violencia machista.
Es el caso de una chica que ha recordado cómo hace 20 años en Jerez de la Frontera "cuando a las manadas no las llamaban manadas, un grupo de chicos violaron a una chica italiana, aprovechando su estado de embriaguez, muchos de ellos ahora son padres, el caso es conocido y también dicen que hay un vídeo. Silencio absoluto y cuando he escuchado la historia la culpa es de ella, que era una zorra", explica esta publicación de Fallarás, el domingo por la tarde.
El testimonio ha impulsado a otras mujeres a denunciar casos similares. Una joven, que vivió durante su adolescencia en la ciudad, ha querido aprovechar esta denuncia sobre la violación a la chica italiana, para contar su dura experiencia.
"Hola Cristina, después de leer el texto de Jerez se me ha vuelto todo, llevo tiempo queriendo escribirte y contar la situación que viví, pero siempre me pone muy nerviosa. Viví en Jerez durante gran parte de mi adolescencia y juventud, siempre he sido la puta y la guarra por disfrutar de mi sexualidad. En un cumple fuimos a una casa rural, éramos un montón de gente (chicos y chicas) me tomé una cerveza y ya no recuerdo nada más hasta el día siguiente, sé que me drogaron, abusaron de mí en el baño entre varios (otras personas vieron lo que pasaba a través de la ventana y se rieron, acusándome de guarra) me metieron en una cama y pasaron varios por ella", expresa la joven en el testimonio.
La publicación, que sigue en tres imágenes separadas en la cuenta de Fallarás, continúa. "Todo esto lo supe después, estuve semanas sin querer salir de casa, muerta de la vergüenza y del asco. Decidí salir y asumir "que había sido consentido" antes que aceptar que había sido abusada por mucha gente conocida. Pensé en denunciar, pero tenía miedo y vergüenza. Siento rabia e impotencia, mucha. A día de hoy hago como si nada hubiese pasado... Pero sí que pasó, después de eso también me enteré de que uno de ellos con el que había estado antes de manera consentida y quedado varias veces me hizo fotos mientras dormía desnuda y se las pasó por el grupo a todos sus amigos, todos me habían visto desnuda y yo no tenía ni la menor idea. Lo peor de todo es que me siento muy culpable y pienso que podría haber evitado esas situaciones no saliendo o no bebiendo, pero la culpa no es mía", concluye.
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