Dicen por Santiago que se repite la historia con los mismos personajes pero ahora con otra víctima Francisco Javier Ramírez Cachinero, que tomó posesión del cargo como hermano mayor en diciembre de 2022. Al año y tres meses de coger la vara dorada, Cachi, como es conocido este cofrade, arroja la toalla con una dimisión irrevocable e inmediata. De hecho ayer hubo una reunión de urgencia en Santiago por este motivo presidida por el sacerdote y director espiritual, Diego Moreno, en la que se debatió qué hacer ahora en las mismas puertas de una Semana Santa y en plena Cuaresma. No ha trascendido si hubo alguna solución.
Parece, según fuentes consultadas por este medio, que no solo ha sido otra vez la cuestión de los capataces lo que ha abocado a esta renuncia: se han sumado otras historias que ya venían avisando de que venían bajando muy turbias las aguas por el Prendimiento. Una de ellas es lo que ha sucedido en otras cofradías cuando sale de hermano mayor uno que presuntamente podría ser ‘manejable’, algo que no ha sucedido con Ramírez Cachinero el cual no resultó ser el ‘hombre de paja’ que algunos esperaban.
Ciertamente los comentarios de que en El Prendimiento pasaban cosas estaba al cabo de los corrillos cofrades. Un signo evidente fue el cese de la teniente de hermano mayor por falta de sintonía con el máximo dirigente de la corporación. Después, en Navidad, hubo mucha discordia por la organización de la Zambomba de la cofradía que a punto estuvo de ser suspendida
Y un hecho más a sumar, la elección de los capataces para 2023 que, por decisión de la junta de gobierno, no repitió la fórmula de 2022 en la que Juan Montero actuó como capataz general. Para este año se excluyó a este y solo se designaron los del misterio y el del palio.
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