Según la Guardia Civil, once de ellas no están siquiera registradas en la base de datos del Sistema Automático de Identificación Dactilar y el resto no tienen calidad para ser identificadas. El archivo del caso podría estar cerca.
Si no hay un vuelco en los acontecimientos, parece que Agustín Morales Ruiz, alías El Gata, un delincuente común fallecido hace años en una prisión onubense, será la única persona que, con certeza, se sepa que tuvo algo que ver en el crimen de Juan Holgado en noviembre de 1995. Y es que, según ha adelantado el periodista de Canal Sur, Francisco Méndez, ninguna de las otras 22 huellas que se han analizado en los laboratorios centrales de Criminalística de la Guardia Civil, en Madrid, han podido dar un nuevo nombre que ayude a proseguir con la investigación del caso.
Como se recordará, la pasada primavera la titular del juzgado de Instrucción número 1 de Jerez ordenaba que esas huellas, existentes en el sumario, fueran analizadas para que se cotejasen con las bases de datos del Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID), un registro electrónico cuya función es facilitar la identificación de personas a nivel de los 190 países miembros de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol). Pues bien, por extraño que parezca, once de esas huellas no están siquiera registradas en el SAID. El resto son de tan mala calidad que, directamente, imposibilitan cualquier tipo de identificación. Debido al resultado de estas pruebas, las cinco personas relacionadas con El Gata que había pedido la Fiscalía que fueran investigadas, quedan exentas de ello, por lo que se cierra aun más el círculo de sospechosos. Y sin sospechosos y sin pruebas desgraciadamente no hay caso.
Así que cuando hace unos meses parecía que habría nuevas esperanzas de avanzar en un caso que ya casi todos daban por cerrado, ya que la Audiencia Provincial veía "precipitado" archivarlo hasta que no finalizase la investigación, se produce un nuevo varapalo, quién sabe si definitivo, para la familia de Juan Holgado.